El estudio español Devilish Games nos trajo en 2016 King Lucas, un juego retro de plataformas para PC que se inspiraba en los clásicos de los 80. Tras la buena acogida y la repercusión que obtuvo, ya tenemos disponible su versión para Nintendo Switch, con novedades, pantallas mejoradas, más acción y el mismo humor sutil de siempre.
Con un argumento muy sencillo, empiezan todos nuestros problemas como el que no quiere la cosa. Nuestro protagonista es un caballero que deambula por un camino, hasta que se topa con un rey que nos pide ayuda. Su hija, la princesa, se ha perdido por el castillo, y está buscando desesperadamente valientes que vayan a su rescate. En un principio no es nuestro trabajo, pero viendo la recompensa... Venga, allá vamos.
Entramos al castillo y rápidamente captamos el estilo del juego. Una habitación a modo de "mazmorra" con varias escalinatas, criaturas y algunos miembros de la corte que viven dentro. Cuando salimos de una habitación pasamos a otra, y así sucesivamente. Encontrar a la princesa no es difícil, pero ahí no acaba el juego, claro que no. Después de un encargo vamos haciendo otro, y seguimos explorando nuevas zonas.
La gran mayoría de salas cuenta con algunos personajes que van haciendo que la narrativa avance y dé la sensación que estamos en otra misión. Aunque los diálogos son escuetos, dan suficiente información como para ir conociendo a cada compañero y el entorno que nos rodea, y así vamos construyendo la historia. Cabe decir que el toque de humor del juego es fantástico (al pobre rey le dejó la reina por un lío de faldas...), y cada diálogo es una pequeña joyita de la que disfrutar. No es profundo ni lo pretende, lo importante es ir avanzando habitaciones y completando nuestro cometido, pero se agradece el empeño en construir algo más.
Respecto a la jugabilidad, cabe destacar que King Lucas se trata de un juego sencillo en cuanto a términos de mecánicas y producción. El estilo de combate se basa simplemente en golpear con el arma y saltar. No obstante, la falta de movimientos al atacar se compensa gracias a la tienda de armas, donde podemos canjear las monedas que vamos obteniendo en mejorar levemente nuestro personaje y su fuerza. Las interacciones con el herrero son divertidas, y nos lo vamos encontrando en diferentes zonas donde nos ofrece su servicio.
Pero lo que de verdad destaca en King Lucas y nos da la sensación de juego longevo es el sistema de habitaciones, donde encontramos más de 1000. El gran mérito de este título es hacer que cada nueva sala no parezca la repetición de otra, y lo consiguen de forma excelente. Se nota el trabajo y desempeño puesto en cada una, y siendo un juego de presupuesto (y precio de venta) humilde, hay mucho esmero en que cada habitación no se parezca en nada a la anterior. Así se consigue que no se haga repetitivo, y hay distintos alicientes como ir hablando con los nuevos personajes que encontramos o cumpliendo pequeñas misiones ("mata a 10 arañas") que enriquecen la partida.
El entorno, además, tiene un estilo caricaturesco muy definido, como de animación retro ochentera. Es fácil empatizar con aquello que vamos encontrando, y si juntamos las misiones con lo que nos va contando cada miembro del castillo, nos divertimos a la par que nos esforzamos para abrirnos camino entre la maraña de habitaciones. Por supuesto, contamos con un mapa que nos orienta algo, con el clásico formato de ir iluminando zonas de éste a medida que encontramos nuevas salas.
En cuanto a la banda sonora, pasa bastante desapercibida, puesto que simplemente nos acompaña a lo largo del recorrido pero en ningún momento enfatiza la historia, que como hemos comentado es bastante simple. Se limita a cumplir y hace de refuerzo en la ambientación las habitaciones, también muy al estilo retro que antes comentábamos.
En definitiva, King Lucas es un juego divertido con el que vas a comerte el coco yendo de habitación en habitación para encontrar a la princesa. No es profundo, no ocurre nada impactante ni tiene giro alguno, y ahí radica su humor y lo que le convierte en un buen juego, que para nada esa es su función. El cometido de entretener y pasar un buen rato lo cumple a la perfección, y si te enganchas puedes estar horas y horas jugando.
No podemos no mencionar el hecho que cuesta 4,99€, y si bien ese precio no debería influir demasiado a la hora de valorarlo, es un aliciente más para jugar, que por tan poco puedas obtener tanto. Si buscas echar un buen rato como el que no quiere la cosa, igual que nuestro protagonista caballero, merece una oportunidad.