La administración Trump está sentando discretamente las bases para una posible revocación de las sanciones a Rusia, señalando un cambio estratégico destinado a remodelar la relación de Washington con Moscú, según fuentes (vía Reuters).
La Casa Blanca ha dado instrucciones a los departamentos de Estado y del Tesoro para que elaboren una lista de sanciones que podrían levantarse, incluidas medidas dirigidas contra oligarcas y empresas rusas, como parte de unas negociaciones más amplias con el Kremlin.
Aunque estos debates de política interna no son infrecuentes, el momento en que se producen subraya la urgencia de la administración por lograr un avance, tras las recientes reuniones entre funcionarios estadounidenses y rusos en Arabia Saudí y Turquía.
Anteriormente, Trump había advertido de que aumentaría la presión sobre Rusia si se negaba a negociar, pero recientes declaraciones de funcionarios de la administración sugieren una postura más suave, supeditada a la voluntad de Moscú de entablar conversaciones económicas y de seguridad.
Los detalles de lo que Rusia podría ofrecer a Estados Unidos a cambio siguen sin estar claros, y la propuesta podría enfrentarse a una oposición significativa en el Congreso, donde el escepticismo bipartidista respecto al Kremlin sigue siendo elevado.
Mientras tanto, Rusia, deseosa de revitalizar su economía, ha insinuado una posible cooperación económica, incluidos acuerdos sobre minerales de tierras raras. Por ahora, está por ver hasta dónde está dispuesta a llegar la administración Trump para restablecer los lazos con Moscú.