La casa Guinness: Temporada 1 completa (Netflix)
El creador de Peaky Blinders, Stephen Knight, vuelve para una nueva serie que profundiza en la historia de una de las bebidas alcohólicas más famosas de todos los tiempos.
No se puede negar que el guionista Steven Knight tiene un estilo y un toque particular. Ya sea en Peaky Blinders, Los héroes del SAS, Taboo o Mil golpes, cada uno de estos proyectos tiene una premisa muy diferente y, sin embargo, resultan sorprendentemente familiares. A Knight le gusta centrarse en épocas más históricas y de época, le encanta polarizar las variaciones de clase y demográficas, tiende a centrarse en la industria mugrienta y sucia, y a menudo le gusta llevar el foco de atención a zonas y lugares menos conocidos. De nuevo, Knight tiene un estilo que ha funcionado una y otra vez gracias a su habilidad para elaborar historias interesantes y personajes cautivadores.
Así pues, tras el Tommy Shelby de Cillian Murphy, el James Delaney de Tom Hardy, el Paddy Mayne de Jack O'Connell y el Sugar Goodson de Stephen Graham, ahora tenemos uno de los nombres más famosos de todo el mundo. Sí, no hay necesidad de aprender por qué este grupo de individuos es importante, ya que el logotipo del arpa y la turbia bebida negra son suficientes para que cualquiera los reconozca. Este programa trata de los Guinness, y de cómo un grupo de hermanos se unen en un intento de proteger la inmensa dinastía y riqueza que su padre les dejó tras su fallecimiento.
La idea de titular La casa Guinness así es realmente genial. Muchos están algo familiarizados con los dramas dinásticos desde hace poco, gracias a los esfuerzos de HBO como Sucesión y La Casa del Dragón. La casa Guinness pretende unirse a esta consolidada compañía, y el título dice todo lo que podrías necesitar saber sobre este programa. Sin embargo, cuando empiezas el primer episodio, enseguida queda claro que hay multitud de entresijos añadidos que hay que desentrañar, y así es como esta primera temporada de episodios consigue, como mínimo, mantener enganchado al espectador a lo largo de las aproximadamente ocho horas de televisión que tiene reservadas.
Resumiendo, hay cuatro hijos del linaje Guinness entre los que hay que repartir la riqueza y las propiedades de Benjamin Guinness. Ben es un borracho y un fracasado, Anne es una mujer casada y los otros dos, Edward y Arthur, son futuros caballeros con grandes ambiciones. Esto prepara el terreno para una serie en la que los herederos tienen que sortear sus propias y complejas dificultades, al tiempo que superan cualquier amenaza al trono, ya sean nacionalistas irlandeses, ladrones chantajistas de poca monta, una familia extensa tramposa e incluso las expectativas de la sociedad.
En cierto modo, es lo que cabría esperar de un drama de época, ya que explora la homosexualidad oculta, el romance prohibido, las turbulencias políticas de la época... Pero todo ello con un toque caballeresco, lo que significa que sigue habiendo peleas de taberna, bodas excéntricas y borrachas, protagonistas emocionalmente distantes y moralmente tensos, y todo ello mientras resuena la dinámica familiar central. En última instancia, esto significa que La casa Guinness se convierte en una especie de combinación del drama de Sucesión, la dinámica familiar de Peaky Blinders y los astutos giros políticos de La Casa del Dragón. Y en la práctica, es un núcleo entretenido que te mantiene enganchado.
En parte, esto se debe también al reparto, que ofrece interpretaciones sólidas, sobre todo Anthony Boyle como Arthur y Louis Partridge como Edward. De hecho, una de las estrellas sorprendentes es Jack Gleeson como Byron Hedges, ya que el antiguo actor del Rey Joffrey de Juego de Tronos vuelve a la palestra como un personaje que roba cualquier escena en la que aparece.
Además, todos sabemos que hay que esperar una calidad de producción decente de Netflix gracias a los inmensos presupuestos de sus programas, pero La casa Guinness da la sensación de ser más real y de primera calidad que muchas de las otras opciones del servicio de streaming. En todo caso, no me sorprendería saber que han aprendido mucho de la producción de Bridgerton a lo largo de los años, ya que nunca dudas de la calidad de esta serie, ya sea en la elección de decorados y localizaciones o en el diseño del vestuario, entre otras cosas.
En pocas palabras, aunque La casa Guinness carece del agudo ingenio de Succession, esta primera temporada es sin duda otra sólida propuesta de Stephen Knight. Está más en la línea de Peaky Blinders y Taboo, y destaca como un drama bien actuado, bien escrito y bien producido que, suponiendo que Knight esté interesado en volver al proyecto para ampliar su historia, tiene mucho margen para seguir floreciendo hasta convertirse en un drama dinástico más complejo y entretenido en los próximos años. No hay mucho más que decir, aparte de que esta es una de las mejores series que verás en Netflix este otoño.






