Desde hace meses, cuando Newell encendió la mecha al decir que de cara a navidades podríamos hablar de juegos de Steam en consolas, los rumores de un hardware dedicado de la compañía no han hecho más que surgir a borbotones. Se pensaba que podría ser SteamPal, pero, finalmente, la portátil de Valve es Steam Deck.
Planeada para diciembre de este mismo año, con un enfoque híbrido que recuerda por completo al de Nintendo Switch, pero con un hardware más avanzado y con unas dimensiones también mayores. Es una portátil que se mueve en el sistema operativo SteamOS 3.0 (basado en Linux con escritorio KDE), con doble stick, botonera frontal y un dock que se venderá por separado más adelante (aunque adelantan compatibilidad con soluciones de terceros). Y, por supuesto, todo el catálogo de Steam.
Prometen desde Valve poder ejecutar los grandes triple A de PC en su hardware sin despeinarse. Para ello, han contado con AMD, que se encarga del diseño de la APU con arquitectura Zen 2 y RDNA 2, de nueva generación, batería de 40 Wh con la que Valve adelanta entre 2 y 8 horas de autonomía, además de pantalla de 7 pulgadas a resolución de 1280x800 píxeles.
Función de suspensión para volver a la partida cuando quieras, sticks analógicos con sensores táctiles, trackpads, giroscopio y la posibilidad incluso de usarse con un PC portátil (permite instalar software ajeno a videojuegos). Estará disponible en tres modelos que van desde 419 hasta 679 euros, en los que varía tanto el almacenamiento interno (ampliable mediante microSD) como el tipo de pantalla, amén de otros accesorios: