El desmantelamiento de los estudios de creación de videojuegos de Google de la noche a la mañana ha dejado en la calle a unos 150 trabajadores y algún que otro juego en malas condiciones. Como reveló Kotaku, Phil Harrison había felicitado a los equipos solo cuatro días antes del despido, por lo que ni se lo esperaban ni tenían un plan de desactivación preparado. El caso más sangrante es el de Typhoon Studios, que había sido adquirido apenas un año antes y estaba en una condición sana tras triunfar con su primer juego, Journey to the Savage Planet.
La aventura espacial llegó a Stadia el mismo día en el que sus trabajadores se iban a la calle y se ha convertido en el símbolo de este destrozo. Por eso, y porque ha llegado a la plataforma con un bug grave, de los que destrozan una partida, como cuentan en Reddit. La ironía es que ya no había programadores que lo solucionaran porque estaban en la calle; ante las quejas, Google señaló a 505 Games, su editorial, pero la compañía italiana respondió que ellos no tenían el código, pues era propiedad de Google.
Un cruce de responsabilidad del que finalmente se ha hecho cargo el gigante americano, como ha mencionado un community manager en el foro, pero que ha dejado ver la vulnerabilidad que se ha abierto tras esta decisión.
Además, Google afronta una demanda colectiva por la "falsa resolución 4K" en algunos juegos de Stadia.