Aunque puedo entender el argumento de que Fallout es una mejor adaptación de videojuegos, ya que trata de tomar lo que los jugadores pueden experimentar en los videojuegos y llevarlo a un nuevo medio, eso puede convencer a The Game Awards, pero a mí no me convence. En mi opinión, a pesar de que Arcane no tiene nada que ver con League of Legends aparte de sus personajes y su lore, el hecho de que sea un programa mejor lo convierte en una mejor representación de los videojuegos, en su conjunto.
Sí, si intentas que un amigo se aficione a Arcane, tienes que decirle que no se parece en nada a League of Legends, pero ¿realmente puedes venderle a alguien Fallout diciéndole que es igual que los juegos? Una de las razones por las que The Last of Us de HBO me pareció bastante aburrida fue que se limitaba a contar una historia que ya habíamos visto antes, aparte del excelente episodio de Bill y Frank. Para hacer algo realmente grande, no puedes limitarte a volver a contar con una adaptación, sino que debes, bueno, adaptar. Eso es lo que hace que Fallout y Arcane sean tan geniales, porque toman lo que existe y moldean algo nuevo teniéndolo muy presente.
Antes de adentrarme en la segunda temporada de Arcane, volví a ver la primera, y está a la altura de algunas de las mejores series de televisión que he visto. Tiene un ritmo brillante, está bien escrita y es eficaz a la hora de equilibrar un reparto numeroso y dar a todos el tiempo suficiente para brillar. La 2ª temporada no siempre da en el clavo, sobre todo en el final, pero la gran mayoría de la serie tiene la misma grandeza.
Lo que más brilla siempre en Arcane es la atención al detalle de los animadores. El amor que sienten por estos personajes es superior incluso al del stan más entregado, por muy controvertido que pueda sonar eso para algunos. A quien se le ocurrió hacer que las manchas de lágrimas de Jinx fueran un "Vi" al revés, o animar la escena del baile entre Ekko y Powder a cuatro fotogramas por segundo -el mismo tiempo que Ekko puede rebobinar el tiempo- merece un aumento. Son esas pequeñas cosas, esas cosas que crees que eres el único en descubrir, las que hacen que te sientas tan individualmente unido a una serie, solo para descubrir después que hay toda una base de fans ahí fuera apreciándola incluso más que tú. Eso es lo que hace que una serie pase de ser una de las mejores del año a una de las mejores de la década.
¿Creo que Arcane podría haber acabado mejor? Sí. Si todo hubiera ido perfectamente, creo que podría haber estado fácilmente entre los cinco mejores de todos los tiempos para mucha gente, pero creo que eso habría requerido una tercera temporada, algo que los guionistas no creían necesitar. Aun así, si nos fijamos en la calidad de la animación de ambas temporadas, es difícil imaginar cuánto dinero habría hecho falta para pagar una tercera. Separar el conflicto Piltover contra Zaun de la trama arcana habría sido muy beneficioso, en lugar de secuestrarlos en partes separadas de la temporada, sin dar nunca la sensación de que ninguna de las dos tramas principales está totalmente resuelta.
Por otra parte, este año he visto mucha mala televisión y malas películas (gracias, Netflix), e incluso mejores series, pero nada me ha impactado tanto como Arcane cuando aparecen los créditos finales. Te pide que hagas algo más que mirar, que te deleites con la serie en su conjunto, que escuches la banda sonora mucho después de haber terminado los episodios, que leas las entrevistas para ver qué ocurre a continuación, cuál es el plan para el próximo League of Legends. Demonios, puede que incluso te den ganas de jugar a League of Legends, antes de que llegue la claridad post-Arcane y te des cuenta de que no quieres perder 1000 horas jugando a un juego que sabes que odias desde el primer minuto. Qué logro es Arcano. Que pueda hacer que un juego tan infernal parezca tan atractivo.