Apenas hemos arañado la superficie de la exploración cósmica. Aunque podemos utilizar telescopios para asomarnos a las estrellas y documentar sistemas y galaxias distantes, en cuanto a acercar realmente algo humano a estos cuerpos lejanos, estamos muy, muy lejos. De hecho, los objetos fabricados por el hombre más distantes siguen siendo las sondas Voyager, con Voyager 1 actualmente a unos 24.000 millones de kilómetros de la Tierra y Voyager 2 a unos 13.000 millones de kilómetros, ambas fuera del alcance de nuestro sistema solar. Están tan lejos que transmitir una señal de radio entre las sondas lleva entre 19 y 23 horas, y las dos sondas han tardado casi 50 años en alcanzar la distancia de la Tierra a la que se encuentran actualmente.
Las aventuras de ambas sondas están llegando a su fin, ya que sus fuentes de alimentación están empezando a menguar y a fallar tras 47 años en el espacio profundo. La NASA está buscando formas de prolongar su vida útil y continuar sus misiones el mayor tiempo posible, y el último esfuerzo en este frente incluye apagar partes de Voyager 2, reservando energía para que pueda seguir aportando datos e información en su admirable viaje a lo desconocido.
En un comunicado de prensa, Suzanne Dodd, directora del proyecto Voyager de la NASA en su Jet Propulsion Laboratory del sur de California, comenta esta decisión y lo que espera que esto les ayude a conseguir: "Las Voyager han sido estrellas del rock del espacio profundo desde su lanzamiento, y queremos que siga siendo así el mayor tiempo posible. Pero la energía eléctrica se está agotando. Si no apagamos ahora un instrumento de cada Voyager, probablemente sólo tendrían unos meses más de energía antes de que tuviéramos que declarar el fin de la misión".
Teniendo en cuenta que ningún otro objeto fabricado por el hombre ha alcanzado nunca el espacio interestelar, que se considera la zona donde termina la heliosfera de nuestro sistema solar, cualquier posibilidad de ampliar las misiones Voyager es de suma importancia, ya que podrían pasar años o décadas antes de que otra sonda alcance la distancia que han logrado estas dos.