La Palma en Netflix: ¿En qué medida se basa en el verdadero desastre de 2021?
¿Qué es realidad y qué es ficción?
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La última serie exitosa de Netflix, La Palma, ha escalado rápidamente a lo más alto de las listas de streaming, cautivando a los espectadores con su tenso drama y su escenario de catástrofe de alto riesgo. Sin embargo, a medida que la serie sigue acaparando la atención, muchos se preguntan hasta qué punto la historia se basa en la realidad. ¿Está La Palma realmente basada en hechos reales, o es pura ficción?
El acontecimiento real detrás de La Palma
La serie se inspira en la erupción en 2021 del volcán Cumbre Vieja en La Palma, una de las Islas Canarias. La erupción, que duró varios meses, causó grandes daños en la isla y obligó a evacuar a miles de personas. Es un suceso dramático de la vida real que ha dejado un impacto duradero en la población local. Sin embargo, aunque la erupción constituye el telón de fondo de La Palma, gran parte de la historia en sí es ficticia.
El argumento de La Palma
En la serie, una familia noruega llega a La Palma para pasar unas vacaciones de Navidad, sólo para encontrarse en medio de una catástrofe cada vez mayor. La serie también sigue a Marie, una científica noruega que estudia el volcán y está convencida de que una erupción catastrófica podría causar una destrucción aún mayor. Mientras la familia y los científicos luchan por sobrevivir, la tensión crece en torno a la idea de un posible mega tsunami, algo inspirado en preocupaciones científicas reales, pero exagerado para conseguir un efecto dramático.
Datos e impacto
La erupción de Cumbre Vieja de 2021 fue un acontecimiento importante, que duró del 19 de septiembre al 13 de diciembre de 2021. Fue una de las erupciones volcánicas más importantes de la historia reciente, y las coladas de lava destruyeron casi 3.000 edificios, entre viviendas, granjas y empresas. La erupción también devastó las plantaciones de plátanos de la isla, que constituyen un importante recurso económico para La Palma, y dejó inhabitables muchas zonas. Afortunadamente, aunque la erupción causó importantes daños materiales, no hubo víctimas directas.
Libertades creativas en La Palma
A pesar de basarse en un acontecimiento real, La Palma se toma libertades creativas al contar su historia. La serie imagina un escenario en el que la erupción podría desencadenar un tsunami masivo, algo que ha sido tema de especulación científica, pero que no ha ocurrido en la realidad. Algunos estudios han sugerido que una erupción lo bastante grande en Cumbre Vieja podría, en teoría, hacer que una parte de la isla se derrumbara en el océano, generando potencialmente un megatsunami que podría afectar a las costas atlánticas de Norteamérica, Europa y África. Sin embargo, muchos científicos coinciden en que el riesgo de que se produzca un acontecimiento de este tipo es extremadamente bajo. Aunque la amenaza de un tsunami es una teoría científica real, sigue siendo altamente improbable, y La Palma lleva este concepto a un extremo dramático.
Dramatización
La serie fue creada por Martin Sundland, Lars Gudmestad y Harald Rosenløw Eeg, con un reparto de talento que incluía a Ingrid Bolsø Berdal, Anders Baasmo Christiansen y Thea Sofie Loch Næss. La narrativa ficticia se elaboró para añadir un interés personal a la catástrofe real, centrándose en un grupo de personajes que deben sobrevivir no sólo a la erupción volcánica, sino también al caos y al peligro que la siguen. Aunque la erupción volcánica constituye la espina dorsal de la trama, el drama humano es donde realmente brilla la serie, explorando temas de supervivencia, miedo y resistencia.
Rodaje de La Palma en escenarios reales
Los efectos visuales de La Palma son especialmente impactantes, con escenas de la erupción del volcán, flujos de lava y los impresionantes paisajes de la isla que añaden un elemento de realismo a la trama, que de otro modo sería ficticia. La serie se rodó en La Palma, aprovechando el dramático paisaje volcánico de la isla para dar vida a la catástrofe. Algunas escenas también se rodaron en la cercana Tenerife, que forma parte del archipiélago canario.
Mezcla de realidad y ficción
Aunque La Palma se inspira en gran medida en la erupción de 2021, no es un documental sobre el suceso. La serie mezcla realidad y ficción para crear una narración emocionante que se centra más en la experiencia humana durante una catástrofe que en los detalles precisos de la erupción. La serie es un relato ficticio de lo que podría haber ocurrido en el peor de los casos, utilizando la erupción real como punto de partida para un drama lleno de suspense y emoción.
En conclusión, aunque La Palma se inspira en hechos reales, sobre todo en la erupción volcánica de 2021, gran parte de la historia está ficcionalizada para conseguir un efecto dramático. Los sucesos catastróficos, la historia de supervivencia de los personajes y la idea de un megatsunami forman parte de una narración de ficción construida en torno a una catástrofe de la vida real. Para quienes se pregunten hasta qué punto la serie está basada en la realidad, la erupción en sí es real, pero el resto de la historia (aunque inspirada en hechos reales) se toma libertades creativas para crear un escenario más emocionante y más grande que la vida real.
Ficcionalizar catástrofes: ¿debe hacerse?
Ficcionalizar catástrofes de la vida real como la erupción de Cumbre Vieja plantea un interesante debate sobre la ética y el impacto de dramatizar acontecimientos tan traumáticos. Por un lado, ficcionalizar estas catástrofes puede servir como una poderosa herramienta narrativa, amplificando las apuestas emocionales y creando una narración intensa que cautive al público. También puede sensibilizar sobre cuestiones del mundo real, como los peligros potenciales de las erupciones volcánicas y los tsunamis, llamando la atención sobre ellos de una forma más atractiva.
Por otra parte, algunos argumentan que convertir tragedias reales en entretenimiento podría trivializar el sufrimiento de los afectados. Se corre el riesgo de simplificar en exceso las complejidades de tales sucesos y puede incluso difundir información errónea si no se maneja con cuidado. En última instancia, se trata de un equilibrio delicado: cuando se hace con respeto y sensibilidad, la ficcionalización de estos sucesos puede arrojar luz sobre los peligros del mundo real, pero es importante recordar que la línea que separa la realidad de la ficción debe estar claramente definida, especialmente cuando se trata de sucesos que han dejado secuelas duraderas en la vida de las personas.
¿Qué opinas de la ficcionalización de catástrofes reales en películas y series de TV? ¿Debería hacerse? Cuéntanos en los comentarios.