Amir Satvat, galardonado con el primer premio "Game Changer" de The Game Awards 2024, se ha sincerado sobre los innumerables mensajes de odio que ha recibido desde que aceptó el premio la semana pasada. Satvat, que ha pasado años ayudando a desarrolladores despedidos a conseguir nuevos puestos de trabajo (colocando a casi 3.000 personas), afirma que las reacciones han sido intensas, incluidos comentarios perturbadores y antisemitas dirigidos a su familia.
En un post de LinkedIn, Satvat compartió su frustración por el asunto, admitiendo que es difícil ignorar todo, especialmente cuando los ataques se vuelven tan personales. "Esto también puede pasarte a ti cuando sacrificas más de 2.000 horas de tu tiempo para ayudar al sector", escribió Satvat. Su trabajo ha sido un salvavidas para muchos desarrolladores que se han visto afectados por la oleada de despidos que ha asolado la industria del videojuego en los últimos años.
En The Game Awards, el presentador Geoff Keighley dedicó un momento inusual a abordar los despidos que afectan a la industria, honrando a Satvat por sus continuos esfuerzos. Su discurso de aceptación conmovió a muchos asistentes, pero no todos fueron tan amables. Algunos críticos, especialmente en las redes sociales, afirmaron que Satvat estaba siendo presentado como un "héroe" cuando, en realidad, es parte del problema.
Las críticas se intensificaron tras revelarse que Satvat trabaja para Tencent, empresa que se ha asociado a prácticas empresariales controvertidas. A pesar de estas afirmaciones, Satvat insiste en que su función en Tencent no tiene nada que ver con los despidos y que nunca ha participado en ninguna fusión ni despido en su carrera.
Satvat también defendió el trabajo que ha realizado, señalando que quienes se burlan de sus esfuerzos no comprenden la profundidad de los recursos que ha creado ni la comunidad que ha ayudado a fomentar. "Tenemos 15 recursos en 5 hogares diferentes", dijo Satvat, explicando que su proyecto es mucho más que una simple hoja de cálculo.
La atención negativa ha sido abrumadora, pero Satvat sigue comprometido con su causa. Terminó su post expresando su frustración por la naturaleza personal de los ataques, que han incluido comentarios ofensivos sobre su esposa. A pesar de ello, Satvat afirma que continuará su misión de ayudar a los demás, jurando que éste será su último comentario sobre el tema.
"No quería decir nada, pero ha habido demasiados comentarios sobre mi familia, sobre mi mujer, sobre su origen religioso", escribió. "Y otras cosas que se pasan de la raya. Tanto, que es imposible no decir nada".
Mientras Satvat se enfrenta a estos retos, se plantea una cuestión más amplia: ¿Somos capaces de separar completamente el trabajo de una persona de la negatividad que a menudo lo rodea? ¿Cómo seremos capaces de navegar por la fina línea que separa el elogio del odio en un mundo que se apresura a juzgar pero tarda en comprender?