No hay nada en este mundo como la primera vez que aparece ante tus ojos el destructor imperial persiguiendo a la Tantive IV en Star Wars. Por ejemplo, yo recuerdo perfectamente la primera vez que la vi en Una nueva esperanza. Tenía 4 años así que posiblemente es el primer recuerdo de mi infancia que mantengo, y una prima mayor que cuidaba a los más pequeños (y a la que nunca se lo agradeceré lo suficiente) organizó una sesión de cine en el salón de casa. La Guerra de las Galaxias se convirtió en piedra angular de mi infancia y adolescencia temprana y siempre me ha acompañado a lo largo de toda mi vida.
Por eso, cuando llegó a mis manos Lego Star Wars: La Saga Skywalker pensaba disfrutarlo de forma calmada y dedicarme a rememorar viejas sensaciones. O eso pensaba yo, porque se trata de un título tan vasto, tan completo y en ocasiones desafiante que voy a necesitar una segunda juventud para poder completarlo al 100%.
Porque como ya viene implícito en el nombre, Lego Star Wars: La Saga Skywalker agrupa las historias de los nueve episodios principales de la franquicia más famosa del cine. Desde el bloqueo de Naboo por la Federación de Comercio hasta la derrota final de Palpatine a manos de Rey, y eso se traduce en el modo historia más rico y completo que podría desear. Podemos comenzar la aventura desde los episodios I, IV o VII que abren su trilogía y según vayamos superando los 5 niveles de los que se compone cada uno podremos seguir con los siguientes episodios. Es importante comenzar por aquí, ya que para poder acceder a la mayoría de coleccionables debes desbloquear primero las zonas y luego usar el personaje apropiado para cada situación.
Al ser un juego de Lego, no hace falta entretenerse mucho en explicaciones porque la mecánica es la misma de anteriores juegos: las plataformas y la acción son la base principal sobre la que se construye pieza a pieza toda la experiencia de juego, sumado a un sentido del humor de lo más ingenioso y que sabe mantener el tono divertido para que no desconectemos en ningún momento. Pero para esta ocasión tan especial, en TT Games le han sacado brillo a cada bloque para que luzca impresionante. Tanto los escenarios como las escenas cinematográficas son mucho más pulidas y bien iluminadas ahora, por no hablar del nivel de detalle en las partículas (la arena de Tatooine sobre las armaduras de los sandtroopers o las gotas de agua salpicando en la plataforma de Kamino durante el duelo con Jango Fett son una delicia). Ahora me encantaría ver una Lego Película de la saga (total, ya hay series de animación).
El combate se ha diversificado para poder enfrentarnos a cualquier situación de la manera que prefiramos. Si manejas a un jedi, no sólo puedes luchar cuerpo a cuerpo con la espada láser, si no que puedes usar la Fuerza para lanzarla contra los enemigos e incluso la mayoría de los objetos. Si manejas a un personaje con bláster disparas con la cámara al hombro y puedes utilizar las coberturas al más puro estilo Gears of War y atacar desde una posición segura. Incluso si tienes a mano un terminal, puedes usar un droide para activar torretas con las que destrozar a grupos de enemigos en un abrir y cerrar de ojos. Las posibilidades son tan amplias como divertidas y si consigues encadenar suficientes ataques, el medidor de combo te dará un buen bonus de piezas extra. Todo lo que está hecho de ladrillos de lego es susceptible de ser destruido y soltar piezas que iremos acumulando para desbloquear información sobre coleccionables o incluso algunos personajes y naves.
Y personajes hay muchos. 380 rostros cilíndricos conocidos del universo Star Wars se dan cita aquí, con algunas estrellas invitadas en forma de DLC (como Grogu y Mando). Este enorme grupo se divide a su vez en 10 clases distintas que aportan habilidades específicas para poder acceder a cada coleccionable o misión secundaria del juego. Por ejemplo, la mayoría de seres hablan en su propio idioma, por lo que necesitaremos un droide de protocolo para poder traducir las pistas que nos aportan. Los héroes pueden utilizar un gancho para acceder a zonas elevadas de otro modo inaccesibles, e incluso hay ancianitas que sólo le confiarán sus peticiones a un cazarrecompensas que se presente ante ellas. Podremos configurar un grupo variopinto al más puro estilo 'ragtag' y alternar el control de cada uno de ellos con solo pulsar un botón.
Y no solo en la superficie de los planetas está la acción, porque una vez nos montemos en cualquiera de sus casi 70 naves el combate en el espacio tiene la calidad para haberse lanzado como un juego independiente. Las batallas espaciales me han recordado a algunas de las mejores experiencias con juego como Star Wars Battlefront o el más reciente Squadrons, con un manejo de los cazas soberbio y fluido. Este rendimiento con el nuevo motor de juego también hace posible que tanto en los planetas como en el espacio podamos jugar en cooperativo a pantalla dividida. Ideal además para resolver algunos de los puzles más complejos en los que la IA de los compañeros puede tardar más en afinar.
Entre cada misión principal podremos explorar el escenario en busca de secretos y objetivos secundarios, pero sobre todo en busca de los Ladrillos Kyber. Estas piezas cuadradas de azul brillante están flotando repartidas a lo largo y ancho de la galaxia y son las que nos permiten desarrollar los árboles de habilidades de cada una de las clases de personaje que hay. La mayoría las obtendremos tras resolver algún puzle sencillo o una pequeña misión secundaria, pero otras habrá que sacarlas completando desafíos específicos de cada misión. En el modo libre hay contenido para pasarse decenas de horas buscando los 1.166 ladrillos Kyber repartidos por el mapa galáctico. Pero eso es sólo la punta de un iceberg de Hoth, porque no solo iremos rebuscando ladrillos cual jawa en una chatarrería. Muchos de los personajes y naves habrá que encontrarlos o construirlos a partir de piezas y minikits esparcidos por ahí, y encontrarlos todos puede considerarse toda una proeza.
Hay muy pocas pegas que pueda sacarle a Lego Star Wars: The Skywalker Saga. Se nota que han aprovechado hasta el último minuto desde que lo retrasaron por primera vez para ofrecernos la experiencia Star Wars más completa en un videojuego. El nivel de mimo al detalle y al lore de la historia hará las delicias de los fans más exigentes, y su jugabilidad y sentido del humor hacen que se pasen las horas volando. Momentos como la misión de huida con el Halcón Milenario de Tatooine en el episodio IV, o el duelo entre Yoda y Darth Sidious en el episodio III ya están entre mis mejores experiencias en un juego de Star Wars. Sólo me ha hecho arrugar la nariz alguna pared invisible para acceder a alguna zona elevada que veía evidente pero el juego exigía avanzar desde otro lado, o una vez que no se activó la escena guionizada en el modo historia porque salté como un loco evitando alguna zona de paso. También hay algún diseño de nivel como la ciudad submarina de Otoh Gunga que no luce tan bonito como otros y su diseño es algo lioso. Dicho esto, teniendo en cuenta la magnitud del proyecto esto es algo totalmente insignificante, como la posibilidad de destruir un planeta frente al poder de la Fuerza.
Lego Star Wars: The Skywalker Saga me ha devuelto a mi niño interior, ese que sigue fascinándose por historias de caballeros jedi y contrabandistas sinvergüenzas que suspiran por princesas luchadoras con peinados imposibles. Y creo que no podría pedir nada mejor que esto.
Que la Fuerza os acompañe, ahora y siempre.