Muchas personas os dirán que la Bruja Escarlata y Visión es la mejor serie de televisión del Universo Cinematográfico de Marvel hasta la fecha, pero yo siempre he opinado que la mejor era la primera temporada de Loki. La primera tanda de episodios nos presentó una serie de personajes muy interesantes y sentó las bases para la próxima era del Universo de Marvel. Hasta ese momento, era posiblemente la producción más importante de Marvel desde el final de la Saga del Infinito. Sin embargo, esta era la situación a mediados del 2021. Desde entonces, el MCU se ha enfrentado a todo tipo de problemas, especialmente con proyectos poco interesantes y sufriendo un brutal temor a perderse las cosas.
Entonces, sobra decir que la segunda entrega de Loki tenía muchísimo en su contra, incluso antes de que comenzara a emitirse en Disney+ en octubre. A pesar de que me gustaría deciros que la serie ha conseguido superar estos problemas y destacar como un diamante en bruto en esta era del UCM, la temporada 2 de Loki es, por así decirlo, una producción que cuesta de digerir y que solo se salva gracias a las actuaciones y a un buen final.
Tal y como había mencionado en mi análisis del primer episodio de Loki, es difícil seguir el argumento de la segunda temporada y no pasa nada realmente interesante en cinco de los seis episodios de la serie. No da la sensación de una confusión deliberada y asombro, como pasó con la primera temporada, cuando se nos presentó a la Autoridad de Variación Temporal y sus funciones. Del mismo modo, no se presagia la figura de un villano que no está presente, de hecho, no hay villano en sí en esta temporada. En su lugar, el reparto lucha a contrarreloj para impedir que el multiverso se deshaga y acabe consigo mismo. A mi parecer, los creadores han perdido la gran oportunidad de producirla al estilo de la serie 24, y que toda la acción se desarrolle a tiempo real en el transcurso de seis horas.
Sin embargo, este no ha sido el resultado. En su lugar, la historia transporta a Loki a su banda por todo tipo de localizaciones entre el espacio y tiempo, mientras que buscan las respuestas y las soluciones para arreglar el telar que teje el espaciotiempo, lo que les lleva a una variante de Kang el Conquistador, "El que permanece". A pesar de que se puede entrever la idea del argumento y la forma en la que se intentaba producir, lo único que nos ofrece esta segunda temporada es una aventura demasiado larga que no lleva un buen ritmo y en la que hay muy pocos momentos que realmente consigan cautivar y sumergir a los espectadores en la narrativa.
De hecho, el episodio que todo el mundo esperaba, en el que por fin conocemos a Victor Timely, una de las variantes de Kang, es uno de los episodios más pesados de la serie. La historia se desarrolla demasiado lento, la gravedad de la situación no está prácticamente presente, y no hay ninguna sensación de urgencia, como si el multiverso no se estuviera viniendo abajo.
Mientras que la primera temporada de Loki destacó gracias a su interesante historia apoyada en una buena escenografía y magníficas actuaciones, esta temporada solo brilla si nos centramos en el reparto y los lugares que visitan. Tom Hiddleston interpreta de forma fluida al ciudadano de Asgard, Jonathan Majors interpreta al excéntrico e interesante personaje de Timely, y Owen Wilson, Sophia Di Martino y Gugu Mbatha-Raw interpretan de forma sólida a sus personajes. Sin embargo, esta vez es Ke Huy Quan quien destaca al darle vida a OB, ofreciendo una actuación animada y que acapara toda la atención, como ya había hecho anteriormente en otras ocasiones teniendo un papel secundario. Por otra parte, es una pena que no se haya hecho un buen uso del personaje de Miss Minutes.
A pesar de todos los problemas, el último episodio por fin nos devuelve esos momentos interesantes y apasionantes. Majors y Hiddleston comparten una escena en el episodio final al estilo de la primera temporada, lo que nos recuerda por qué era tan divertida la serie. El episodio termina de una manera que parece ser importante para el Universo Cinematográfico de Marvel y va en línea con el progreso de la trama. El principal problema de este último buen episodio es que viene detrás de cinco episodios monótonos, lo que provoca cierto desequilibrio en la serie y hace que sea haga pesado verla.
Al final, aunque la temporada 2 de Loki parece tener ciertos momentos de lucidez, me resulta difícil decir otra cosa que no sea que la serie ha sido simplemente una decepción. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no se trata de un problema de la serie en sí, sino de un problema del UCM. Disney y Marvel deberían seriamente concentrarse en resolver este problema y más ahora que se acaba de estrenar en los cines la mediocre The Marvels.