Cuando salió a la venta la PlayStation, venía con un disco de demostración que incluía una demostración técnica de T-Rex (que, por aquel entonces, parecía fotorrealista) y Wipeout. Este último era increíblemente bueno, pero fue con la secuela Wipeout 2097 donde todo encajó. Por primera vez, el juego era realmente genial y contaba con algunos de los mejores diseñadores y músicos del mundo, complementados por una actitud endiablada y una jugabilidad absolutamente de primera. Wipeout 2097 me cautivó por completo y, a día de hoy, es hipnóticamente bueno y el patrón oro con el que se comparan todos los juegos de carreras futuristas.
La serie Castlevania había encandilado por completo a los jugadores de NES, Mega Drive, Super Nintendo y otros formatos más oscuros con títulos absolutamente fenomenales. Pero fue en la primera PlayStation con Castlevania: Symphony of the Night donde las piezas encajaron y nació el llamado género Metroidvania. La aventura de Alucard contenía capas y capas y cantidades semi-infinitas de secretos, y es uno de los pocos títulos que no necesita un remake. Gracias a los gráficos 2D, se ve tan bien hoy como cuando se lanzó, y la banda sonora es una seria aspirante a la mejor de todos los tiempos.
Claro, Tomb Raider salió en realidad en Saturn justo antes de llegar a la PlayStation, pero casi se consideró una beta. Fue para la PlayStation cuando todas las piezas encajaron y nos deleitaron con una aventura de acción casi irreal que era casi como un simulador de Indiana Jones, y que casi de la noche a la mañana convirtió a Lara Croft en un icono mundial. Tomb Raider era una experiencia en varias fases en la que, misión a misión, me sorprendía cada vez más y me dejaba alucinar por lo que se presentaba.
Este juego fue tan increíblemente bueno que parece una tontería hablar de lo que ha significado para el mundo de los videojuegos, cuando en realidad todo debería girar en torno al valor del entretenimiento. Pero aún así, es la aventura seminal de Hideo Kojima que yo describiría, en muchos sentidos, como la primera aventura de acción moderna y verdaderamente cinematográfica. Tenía tantas capas, tanta historia, tanta jugabilidad, tantas sorpresas y tanta innovación que incluso yo -que desprecio el sigilo- no puedo evitar nombrarlo el segundo mejor juego que ha llegado a la PlayStation.
¿Una elección previsible? Tal vez, pero no me cabe duda de que Hironobu Sakaguchi creó magia en 1997, cuando por fin llegó el momento de que Europa conociera la clásica serie de rol de Square. Muchos de nosotros habíamos leído sobre Final Fantasy en revistas de videojuegos y unos pocos afortunados habían jugado a versiones importadas, pero fue como ser literalmente fulminados por un 'uppercut' al experimentarlo por nosotros mismos de forma oficial. La aventura de Cloud Strife era más grande, mejor y más fastuosa que cualquier otro juego anterior, y tiene una profundidad que era francamente alucinante. La historia también estaba muy bien escrita, y combinada con la banda sonora de Nobuo Uematsu, creó una magia de juego tan especial que los jugadores clamaron por un remake durante casi 20 años, antes de que Square Enix finalmente cediera. No estamos hablando solo del mejor juego para PlayStation, sino de uno de los mejores títulos de la historia de los videojuegos, independientemente del formato. Pura magia.
¿Cuáles son tus cinco juegos favoritos de PS1?