Cuando Ubisoft estaba a punto de lanzar Splinter Cell, todo el mundo veía esta obra como una copia barata de Metal Gear Solid para Xbox. Pero tan pronto como se estrenó, las críticas cesaron. En vez de encontrarnos la típica aventura japonesa exagerada y absurda llena de humor, recibimos un thriller de espías con mucha miga y un sigilo nunca antes visto en esta industria, sin olvidar un protagonista que se robó los corazones de todos los jugadores. Normalmente odio las obras de sigilo, pero que Spinter Cell aparezca en esta lista ya lo dice todo sobre su absoluta superioridad (si por mi fuera, habría incluido Panzer Dragoon Orta pero no estaría siendo justo).
Cuando se lanzó este título, EA todavía no había adquirido Bioware ni Disney era el propietario de Star Wars. Pero, en manos de un estudio tan talentoso como este, se desarrolló una aventura inigualable que nos permitía explorar una era completamente nueva de la serie Star Wars. Darth Malak era un villano excepcional en este juego de rol que iba mucho más allá que todos los otros proyectos publicados en su momento y que dejaba claro que Bioware en su esplendor, superaba al mismísimo George Lucas en la producción de Star Wars. Sin duda, KotOR sigue siendo hasta la fecha el mejor trabajo de Star Wars de todos los tiempos.
Me encantan los ninjas, la acción en tercera persona y los enfrentamientos contra los bosses y creo que un mando perfectamente calibrado es la herramienta más importante que Xbox siempre nos ha proporcionado. Ninja Gaiden nos dio todo eso, a la vez que destacó por sus gráficos, que eran tan buenos que parecían mentira; pero la cámara era una porquería y lo limitaba muchísimo. Este inconveniente y algunos otros, se solucionaron en la entrega Black, que solo se puede describir como un título perfecto en todos los sentidos. No creo que ningún juego de ninjas pueda estar nunca a su nivel. Esta aventura tan especial no me ha dado más que pura magia y algunos de mis mejores recuerdos jugando.
Este trabajo fue increíblemente bueno de pies a cabeza. Al verlo por primera vez, pensé que no era de verdad. No podía ser tan bonito. Pero, en efecto, sí que lo era. Starbreeze lanzó un juego de acción y aventura tan bueno que parecía casi de otro mundo y dejó a todos los otros por los suelos en varias ocasiones con su protagonista, Riddick. Tras los increíbles gráficos, también encontramos una amplia trama de acción y aventura repleta de ideas originales, ambientes variados y muchísimas escenas espectaculares, además de frases buenísimas que mi compañero y yo todavía seguimos usando el uno con el otro. Sin duda, este título de The Chronicles of Riddick me dejó con una de las experiencias más emocionantes que he tenido nunca con los videojuegos.
Siguiendo con el tema de las buenas experiencias que me he llevado jugando, voy a sacar a la luz la mejor de todas con diferencia. La mejor de todos los tiempos. Pero, antes de que os explique mi argumento, voy a empezar por admitir que Halo: Combat Evolved era un título que ni siquiera quería. Un viejo amigo mío se fue a EE. UU. de vacaciones y le pedí que me comprara una Xbox, cuando esta consola ni se había sacado a la venta en Suecia todavía. En un principio, la quería para probar Dead or Alive 3, pero mi amigo solo accedería si le dejaba comprar y usar también Halo: Combat Evolved. Y eso fue una suerte, porque Dead or Alive 3 se jugaba de hecho a trompicones, pero esta edición de Halo no tenía comparación. El inmenso mundo, la interacción con la música, los formidables enemigos, la historia y, claro está, el Jefe Maestro me marcó de por vida. Mis amigos y yo jugábamos a esto cada semana durante años y ningún otro juego me ha impresionado tanto ni me ha dejado tantos recuerdos maravillosos como este.