Los fiscales surcoreanos se mantienen firmes en su persecución de la condena por insurrección del presidente Yoon Suk Yeol, incluso cuando éste salió el sábado de un centro de detención, a una semana escasa de su arresto de dos meses (vía Reuters).
La liberación se produjo después de que un tribunal dictaminara que su detención durante el juicio era ilegal, alegando el vencimiento de los plazos de presentación. Sin embargo, el fiscal general dejó claro que la decisión no detendría la acusación, afirmando que seguirían impugnando el veredicto ante los tribunales.
El juicio de Yoon, en curso desde febrero, tiene su origen en las acusaciones de que declaró la ley marcial en diciembre, medida de la que posteriormente se retractó. Yoon, que ha sido destituido y sigue suspendido de su cargo, sigue afirmando que el decreto de ley marcial era una medida necesaria.
Se espera que el Tribunal Constitucional se pronuncie pronto sobre si Yoon será restituido o destituido permanentemente, y el resultado sentará las bases para unas posibles nuevas elecciones presidenciales en un plazo de 60 días.