Después de que una terrible pandemia aniquile a prácticamente toda la población del planeta, despiertas en una torre de control en medio de un árido paraje desértico. Una tormenta golpea con fuerza la arena contra las ventanas, provocando un sonido desagradable al arañar el cristal. Debes asumir el papel de Custodio, un guardián cuya tarea es repoblar el planeta, y para lograrlo es necesario reunir el ADN que no resultó dañado por la pandemia. Te encuentras bajo las órdenes de una criatura que flota en un contenedor de cristal, conectado a múltiples cables y tubos. Este ser te ordena salvar el mundo, pero para ello debes atacar a los cyborg mutantes que te impiden obtener el ADN. Sí, suena increíblemente extraño, pero de alguna forma, funciona.
Aparte de la premisa, el resto de la trama no es muy importante. La historia no es el elemento principal del juego, porque no es en lo que Behavior Interactive quiere que nos fijemos. A simple vista, no hay ningún problema con ello. La trama solamente sirve para marcar el tono del juego y mostrar su estilo y dinámica. En estos dos últimos aspectos, Meet Your Maker nos muestra de lo que es capaz. La estética parece sacada directamente de los universos de Warhammer 40000 y DOOM, respectivamente: un estilo crudo de ciencia ficción que mezcla estética industrial y gore. El entorno parece una zona de construcción procedente del mismo infierno y todas las paredes de los edificios están cubiertas de sangre o aceite de motor. En este título se difumina la línea entre hombre y máquina, creando una mezcla perversa y repugnante entre lo corpóreo y lo mecánico. Las chispas procedentes de la soldadura del metal se confunden con sangre e intestinos en un hermoso tributo a la estética 'grimdark'.
La perversión destaca especialmente en el diseño de múltiples de los enemigos contra los que luchas. Estos humanos están totalmente mutilados con cables, acero y lámparas, elementos que contrastan claramente con su piel pálida, enfermiza e inflamada. La fusión de hombre y máquina también se puede percibir en el entorno, cubierto de calaveras entretejidas en el cableado eléctrico por el techo y las paredes. Es un detalle gracioso que recuerda a las películas de Piratas del Caribe, concretamente cuando Bill el Botas se fusiona con la pared del Holandés Errante.
Todos estos detalles muestran la increíble visión artística de Meet Your Maker. El estilo del juego es fácilmente identificable y, aunque toma inspiración de otros de otras IP muy conocidas, consigue destacar por mérito propio.
Por desgracia, no se puede decir lo mismo sobre la dinámica de juego, que también toma elementos prestados de una multitud de títulos y géneros. Meet Your Maker bebe principalmente de dos de ellos: shooters en primera persona y juegos de construcción. Primero tienes que salir al exterior y explorar los caminos creados por otros jugadores y luego volver a la torre de control con los recursos necesarios para subir de nivel. Después, te toca crear tus propios caminos para que otros jugadores los exploren. Esta rutina de partida es interesante al comienzo, pero pierde su atractivo tras un par de horas. Behaviour Interactive ha creado con cierto éxito un FPS interesante, pero solo durante un rato, hasta que acaba pareciendo una lista repetitiva de tareas por completar.
Además de las dinámicas principales (disparar y construir), Meet Your Maker también funciona como un roguelike, un juego de puzles, plataformas y exploración de mazmorras. Está claro que toma inspiración de DOOM, Portal y Minecraft, pero no llega a sobresalir. Por desgracia, acaba dependiendo demasiado de un truco para llamar la atención. Aunque los creadores han decidido deliberadamente no centrar el juego en la historia, quizá una buena trama habría logrado captar interés durante más tiempo.
En definitiva, las primeras horas de Meet Your Maker son interesantes, divertidas y desafiantes, pero tras un tiempo, la magia que te atrae al juego acaba desapareciendo por completo.