Clones, androides, inteligencia artificial... en resumen, las películas sobre la creación o recreación antinatural de la vida humana abundan en el género de la ciencia ficción. Por eso entré en Mickey 17 con una mezcla de emoción y prudencia, porque es un tema enormemente interesante, pero también es fácil caer en clichés e ideas manidas cuando se juega con estos conceptos, y a menudo es difícil encontrar cosas nuevas que decir sobre las implicaciones morales. Por suerte, Bong Joon-ho ha demostrado una y otra vez que piensa y actúa de forma diferente al resto, incluso cuando trabaja en la historia de otra persona.
Mickey 17 es la adaptación de Mickey7, una novela de 2022 de Edward Ashton. Cuenta la historia de Mickey Barnes, un trabajador de una colonia espacial que ha aceptado el papel de "prescindible": alguien a quien se asignan las misiones más peligrosas -generalmente experimentos abominables sobre sí mismo- porque, cuando muere, vuelve a renacer mediante una "impresora humana". Sus recuerdos permanecen, pero su antiguo ser muere por completo, y al "nuevo Mickey" se le asigna un número: Mickey 16, Mickey 17...
El mayor punto fuerte de la película es que rara vez resulta previsible, incluso con una premisa tan jugosa como ésta, con tanto potencial que es fácil adivinar qué giros tendrá. Pero ése puede ser también el mayor (y quizá el único, aunque importante) defecto de la película: a veces se siente demasiado creativa, y se distrae fácilmente con demasiadas subtramas, secuencias innecesariamente largas que no llevan a ninguna parte y personajes secundarios que quedan olvidados. En una película en la que pasan muchas cosas, la mayoría son muy divertidas y creativas... pero no siempre mantiene el nivel y resulta irregular. A pesar de su duración de 137 minutos, la película nunca es aburrida, pero es justo decir que no mantiene el mismo nivel de interés todo el tiempo, y la segunda mitad... bueno, es rara y probablemente no por las razones que puedas imaginarte.
Una forma de decirlo es que la película no exprime del todo la premisa de la clonación humana. En su lugar, se centra gran parte del tiempo en una raza alienígena de gusanos extrañamente adorables, y -demasiado- en los personajes interpretados por Mark Ruffalo y Toni Collette, el jefe megalómano de la colonia y su esposa. Ambos están muy sobreactuados, aunque no del todo por culpa de los actores, sino por la forma en que están escritos y retratados. Mickey 17 no tiene demasiados excesos formales (usos llamativos de la música, el montaje o la fotografía, como tenían las anteriores películas de Bong Joon-ho) y parece más cortada por las reglas de las superproducciones de Hollywood, pero lo compensa con personajes exagerados y algunos momentos fuera de lugar.
¿Era necesario hacer tan repelentes a los personajes de Ruffalo y Collette, por si alguien se perdía sobre quién son los malos? Amboa encarnan una parodia capitalista demasiado simplona, que no es tan divertida ni inteligente como los momentos más inspirados de la película, que casi siempre giran en torno a Robert Pattinson y su brillante y polifacética interpretación de Mickey(s). Como en todas las películas de Bong Joon-ho, hay mucho comentario social mezclado con entretenimiento y comedia, pero las cuestiones filosóficas más sutiles sobre el valor de la vida humana y la lucha de clases quedan eclipsadas por una crítica muy burda sobre el anticolonialismo, casi como una fábula. La sensación que me queda es que Bong Joon-ho se vio atrapado en un conflicto de intereses entre desarrollar sus ideas y mantenerse más o menos fiel al material original, sin encontrar una solución perfecta.
Se trata, sin duda, de una película mucho más ligera que Parásitos, y aunque todas sus películas se caracterizan por la mezcla de géneros, Mickey 17 es la que más fácilmente puede adscribirse a la comedia, y no demasiado negra, a pesar de algunos momentos violentos. Es mucho más "familiar", una película de puro entretenimiento con un poso algo simple pese a las expectativas que ella misma crea. Pero, aunque la película cuente con un reparto de habla inglesa y unos efectos especiales espectaculares, sigue pareciendo diferente de cualquier otra película occidental de ciencia-ficción de gran presupuesto. Es más "marciana", nunca mejor dicho.
Anteriormente en la crítica, dije que aplaudía la película por ser impredecible. Si bien es cierto, lo consigue dando algunos extraños rodeos que pueden dejarte con la sensación de desperdiciar su potencial. Hasta cierto punto, ése es el precio por evitar que la película siga un camino más fácil y maniqueo. Y considero que es un precio que merece la pena pagar. Incluso con los defectos, el resultado global es una película diferente, divertida, entretenida, espectacular y una exhibición de Pattinson. Es una delicia verle representar tantas emociones y personalidades diferentes.
Mickey 17 es una película fascinante, y a pesar de contar con un presupuesto mayor y estar basada en una novela muy reciente, mantiene algunos de los mejores rasgos de las películas de Bong Joon-ho... y a veces los rasgos no tan buenos, con algunos excesos en la caracterización. Imperfecta y desigual, puedes tener la sensación de que tiene demasiadas piezas que no encajan bien al mismo tiempo. Quizá sea mi paladar occidental el que habla, o quizá sea que de verdad las piezas no encajan bien. En cualquier caso, merece la pena verla sólo por las interpretaciones de Pattinson, y por la gran sucesión de ideas y de "cosas guays" que pone en pantalla, y que probablemente te deje con buen sabor de boca... aunque algo desconcertado.