Análisis de Mini-Mech Mayhem

Para los aficionados a los juegos de estrategia por turnos no hay precisamente mucho donde elegir de este género para PSVR. Sin duda la variedad es escasa, ya que solo contamos con un par de títulos, como el reciente Skysword, pero por suerte ha llegado a la PS Storeel nuevo trabajo de FuturLab. En resumidas cuentas, se trata de un juego de mesa de estrategia en el que enviamos pequeños robots a luchar mientras coordinamos sus ataques y movimientos en un tablero segmentado cada turno de la partida.

El objetivo es sencillo: debemos conseguir tres puntos de victoria para ser proclamados vencedores, y estos se consiguen destruyendo a los robots rivales tras agotar sus tres corazones o llegando a la casilla del tablero con una moneda de oro al final de una ronda. Las partidas offline disponen de tres niveles de dificultad y hasta tres robots controlados por la máquina, y cada jugador puede realizar tres acciones (moverse o disparar) por turno. No se puede repetir movimientos en la misma dirección ni tampoco repetir la acción de disparar o moverse más de dos veces en un mismo turno. Además, las acciones se desencadenan en un determinado orden dependiendo de los puntos de acción que requieran.

Al principio puede resultar difícil seguir a tres oponentes distintos moviéndose por el tablero, pero nosotros hemos centrado nuestra estrategia en llegar a la casilla de la moneda de oro. En cada ronda, hemos tenido que hacernos una idea del camino que iban a escoger nuestros oponentes para poder lanzar nuestros ataques y conseguir la posición deseada al final del tercer turno. A menudo hemos visto que nuestras suposiciones no eran del todo correctas, y los movimientos interceptores complican aún más las cosas (a continuación damos más detalles), pero cuando las cosas salen como esperamos resulta muy gratificante. Puesto que la casilla de la moneda supone un punto de victoria instantáneo, resulta obvio que los jugadores quieran alcanzarla, pero hemos tenido que ser estrategas y pensar en cómo iba a ser su forma de proceder.

En cuanto al ataque, podemos apuntar a las extremidades para causar efectos secundarios, además de agotar uno de los corazones del enemigo. Si golpeamos a un rival en la cabeza le hacemos retroceder, y si le golpeamos en el brazo lo desorientamos y hacemos que cambie de dirección, mientras que si le disparamos en el torso simplemente le infligimos daño. Cada una de estas acciones cuesta un número diferente de puntos de acción, así que debemos pensar detenidamente cuándo realizar cada uno a la hora de elaborar la cadena de movimientos. Resulta complicado acertar un disparo, ya que no podemos predecir cuántas casillas se va a mover un jugador en cada turno, por lo que en ciertas ocasiones la suerte juega un papel fundamental.

Un tipo especial de movimiento muy interesante es el de los movimientos interceptores, que se pueden usar para conseguir ventajas o realizar un contraataque rápido. Al principio disponemos de dos y podemos barajar al comienzo de cada ronda para intentar conseguir movimientos mejores. Algunos de nuestros interceptores favoritos permiten reparar nuestros robots o modificar todo el tablero, y muchas veces nos han ayudado en el camino hacia la victoria. Hemos descubierto que utilizar interceptores resulta muy divertido, y aunque tardan un tiempo en reunir la energía necesaria, siempre hemos elegido el momento preciso para usarlos. También genera tensión usarlos para contraatacar, ya que disponemos de muy poco tiempo para activarlos a la hora de responder a un ataque enemigo.

Encontramos un inconveniente bastante grande en el hecho de que todas las batallas tengan lugar en el mismo tablero gris aburrido y el mismo escenario, que ni siquiera cambia de día a noche. Sin contar el tablero, el mundo que nos rodea es luminoso, tiene una buena animación y mucha personalidad, pero en cada combate vemos el mismo escenario de una ciudad. Es una lástima teniendo en cuenta el evidente talento que hay detrás del juego. Sin embargo, admiramos la variedad de opciones de personalización, ya que podemos tunear de muchas formas diferentes tanto nuestro avatar como el robot. Podemos cambiar el arma y la armadura al robot y añadir personalidad a nuestra imagen con un traje de calamar, de parca e incluso de perrito caliente gigante.

También queremos señalar que se puede jugar tanto con un DualShock4 como con los mandos PS Move, pero notamos que el DualShock 4, en algunos aspectos, no es lo más adecuado. Hemos jugado con él todo el tiempo y algunas veces al mover las manos virtuales por el panel de control se nos ha escurrido y nos ha llevado un tiempo volver a encontrar la posición correcta. Además, hay un modo de juego online con chat de voz para un máximo de cuatro jugadores, pero las veces que lo hemos probado no hemos podido entrar en una partida pública. Pese a que el modo de un jugador funciona perfectamente, debemos tener esto en cuenta si nos interesa únicamente el modo online para poder competir contra rivales humanos. No todo el mundo tiene un PSVR...

Como conclusión, Mini-Mech Mayhem es un título bastante aceptable, exclusivo para el casco de Realidad Virtual de Sony, y que nos ha hecho pasarlo bien a pesar de algunos defectos en los controles y la presentación. Resulta increíblemente gratificante predecir los movimientos de nuestros oponentes y ver cómo nuestra cadena de acciones funciona y nos consigue la victoria. También hemos disfrutado mucho con las opciones de personalización y la gran variedad de interceptores que permiten alterar la partida. Aun así, nos ha decepcionado el hecho de que solo disponga de un tablero y un escenario y que haya perdido gran parte de la comunidad online tras solo unas semanas desde su lanzamiento.