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Monster Hunter: World

Análisis de Monster Hunter: World

Monster Hunter quiere ir un nivel más allá con su salto a las consolas y el PC de hoy en día.

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Esa apisonadora japonesa en la que se ha convertido la serie Monster Hunter en los últimos diez años ha sido incapaz de replicar éxito en Occidente a pesar de los cambios de formato y plataforma. Ha mejorado, en número de jugadores y en reconocimiento, pero se sigue atragantando. La curva de aprendizaje es pronunciada, los menús y estadísticas son complejos, y esas bestias salvajes pueden convertirse en auténticos test de paciencia e incluso de cordura. Monster Hunter: World es un intento de convencer a los escépticos mediante una punto de entrada más relajado y una narrativa cohesionada capaz de conseguir que todo avance a la par. También es el primero para PS4 y Xbox One (y lo será de los PC actuales en otoño), así que tiene la posibilidad de llegar a un público distinto.

La mayoría de los títulos de la serie han pecado de tener un guión pobre, pensando que lo único que se exige de ellos es un buen diseño de juego, monstruos y niveles, pero MH: World tiene una historia completa y bien diseñada que te acompaña durante las 40 o 50 horas que dura la campaña. Todo parte de un personaje (y de una mascota) que te puedes crear con un editor más avanzado que nunca. Una vez creado, hay que adentrarse en un continente recién descubierto, el Nuevo Mundo, como parte de un equipo que está siguiendo los movimientos de un Dragón Anciano llamado Zorah Magdoras. Pero las cosas no van como estaban previstas y os va a tocar depender de este mundo y de lo que os ofrezca, especialmente mediante la caza.

La caza es la caza

Lo lleva en su título y los fans los conocen por su nombre. No se puede valorar un Monster Hunter sin antes presentar a los propios monstruos. Cada una de estas bestias tiene un patrón de comportamiento personalizado dentro de su hábitat. Más allá de sus relaciones, lo importante es conocer sus ataques, ya sea porque te van a pegar un bocado o porque te van a envenenar con una pringue morada. Entre nuestros favoritos están Tzitzi-Ya-Ku, una especie de lagarto azulado que paraliza a su víctima con ondas sonoras, y Anjanath, un T-Rex de boca llameante al que nunca hay que perder de vista la cola. El objetivo de las misiones suele ser tumbar uno de estos, pero antes hay que encontrarlo siguiendo la pista a sus huellas, sus garras o sus plumas.

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Aunque para quienes juegan a ambos pueda parecer que están en las antípodas, una forma de entender su sistema de combate metódico y duro es comparándolo con Bloodborne. Quienes hayan jugado a los juegos de Ryozo Tsujimoto anteriormente no deben andar preocupados por los cambios. Y quienes quieran adentrarse en la saga por primera vez, pueden pensar en el título de FromSoftware de esta manera. Al igual que en el action-RPG gótico, hay que gestionar la barra de energía, esquivar ataques telegrafiados y atacar con una combinación de golpes débiles y fuertes. Hay un cosquilleo constante que te empuja a meterte en la lucha porque solo tienes 50 minutos para completar una misión, y estos monstruos no dudan es escaparse durante el combate para volver a sus nidos y recuperarse de sus heridas. Además, las armas se van estropeando con el uso y hay que parar a afilarlas. La cosa puede ser peor, incluso hay ocasiones en las que te quedas sin pociones, antídotos y otros consumibles, así que no tienes otra opción más que huir y esconderte para reponer.

Las armas son la otra mitad de un Monster Hunter, y en World no hay novedad al respecto, porque sigue prescindiendo de las clases de personaje como tal. En este caso hay 14 tipos con los que ir experimentando hasta dar con la que mejor te acomode. Hay hachas dobles para hacer buenos combos en cuerpo a cuerpo, arcos y cadenas para la distancia y algunas devastadores como el martillo de hierro. Capcom ha hecho muy bien en ofrecer una elección de todas esas armas directamente, y solo con visitar el campamento durante una misión puedes cambiar a otra, así que puedes estar seguro de que siempre estás usando la correcta para el trabajo que toca. Nosotros nos hemos pasado la mayor parte de la aventura cambiando entre armas y siempre hemos tenido la sensación de que estábamos con la mejor alternativa, así que nos alegra que sea así.

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El entorno también tiene algo que decir durante el combate, y de hecho hay que usarlo a favor. Cuando estás de cacería, los monstruos que comparten la misma área a menuda se enzarzan en guerras por el territorio, así que puede que hagan parte del trabajo por ti. También puedes escalar a zonas elevadas para saltar sobre algunas criaturas y, a partir de ahí, intentar montarlas como en un rodeo mientras tratan de tumbarte. Hay ocasiones en las que se quedan atrapados en la vegetación, y en la zona desértica de Wildspire Waste incluso hay algunas trampas en las que puedes hacer que caiga y quede atontado.

Los cambios para conseguir que el juego sea más accesible y así puedan entrar quienes tenían miedo a las viejas dinámicas están en el sistema de combate. Cuando atacas a un monstruo ya puedes ver cuánto daño le hace el golpe, distinguiendo entre daño normal y crítico. Siguen sin tener barra de vida, pero es aún más evidente la condición en la que se encuentran, ya sea porque paran desesperadamente a tomar un poco de oxígeno (¿respiran oxígeno los monstruos?) o porque huyen a un lugar seguro. Otra novedad es el tutorial en vídeo que precede a la selección de arma, e incluso los indicadores que clasifican por dificultad de uso unas y otras. Son aspectos que no deben afectar a cómo se desarrolla un combate, pero que agradecerán los novatos.

Un mundo abierto y bello para compartir

Monster Hunter: World utiliza el motor MT Framework, el mismo sobre el que se movía el viejo Dead Rising de 2006, pero eso no ha impedido a los diseñadores crear un mundo abierto precioso. La gran cantidad de plantas y criaturas logran que transmita vida con un toque orgánico. Es amplio, en horizontal y en vertical, gracias a los nidos de los monstruos colocados en lo alto de los árboles o lo más profundo de las cuevas. Y también es variado, muy variado, porque cada zona te sorprende con su propio ecosistema, ya sea un mundo coralino que parece subacuático sin serlo a unas tierras baldías. Si solo hubieran podido meter alguno más.

Se puede jugar completamente solo, siempre ha sido así, pero también es una verdad universal del género que es mucho más divertido en compañía. En esta entrega es muy fácil encontrar gente porque con darle a seleccionar para entrar ya en la partida de alguien o darle a crear la propia cuando está cargando el juego. Hasta puedes escoger la misión que más te apetezca mirando en un tablón cuáles son las que están ya en marcha y pidiendo la entrada. Nos ha gustado mucho la experiencia cooperativa, y es especialmente útil que en la cacería haya diversidad de equipamiento. Lo bueno es que el sistema equilibra el número de personas ajustando la vida del monstruo. Otra opción, cuando las cosas van mal, es lanzar una llamada de socorro con la esperanza de que alguien venga a ayudar.

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Aunque Capcom ha hecho un gran trabajo en la adaptación a sobremesas de última generación de un juego que lleva una década en portátil, hay algunos fallos que no podemos pasar por alto. El más importante es la cámara, sobre todo por el sistema de fijación de blancos, que nunca consigue captar lo que es importante y que, por si fuera poco, a veces se atasca contra algunas paredes y fuerza un cambio de perspectiva. También nos hemos encontrado con una serie de glitches gráficos, especialmente los que afectan a los monstruos, y conversaciones desajustadas con los PNJ. Sabemos que hay un parche de camino de casi 1GB que descargar el día de lanzamiento, así que esperamos que reparen algunos de estos defectos que, por suerte, no estropean las partidas.

Otro aspecto que deben saber quienes no conozcan esta serie es que Monster Hunter no acaba con la historia. Tras esas 40 o 50 horas se abre el juego a ti, como cazador. Hay misiones secundarias predefinidas, algunas bastante cutres y otras no. Después hay auténticos retos en los que conseguir mejores recompensas. Y, lo más importante, está el coleccionismo. World también va de ir a buscar a esas bestias que no te has encontrado para ver si te dejan como recompensa las piezas que necesitas para mejorar armaduras y armas. No hay nada como formar un equipo de cazadores y salir de forma regular con un objetivo claro y después repartirse el botín. Además, Capcom fomenta este tipo de juego lanzando eventos temporales con premios especiales, a veces de dificultad muy elevada.

Monster Hunter: World da el paso al frente que la serie estaba pidiendo con el paso del tiempo. La gran evolución está en los gráficos y la presentación, porque un entorno tan impresionante es más llamativo cuando mejor sea la calidad técnica, pero también han aprovechado para corregir todos esos defectos en torno a sus mecánicas básicas, sin renunciar a su esencia y a sus formas. Que la cámara no os juegue muchas malas pasadas, porque es lo único que os puede impedir pasarlo muy bien con esta nueva entrega, que lleva su esencia al máximo.

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09 Gamereactor España
9 / 10
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Su mundo abierto está muy vivo. Es capaz de funcionar para jugadores novatos y expertos. El combate sigue invitando a experimentar con su variedad de armas.
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La forma de fijar objetivo y el movimiento de cámara siguen siendo toscos. Hay demasiados fallos gráficos.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Kieran Harris

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