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Need for Speed Heat

Análisis de Need for Speed Heat

Como un coche de camuflaje por una carretera secundaria ha llegado sin hacer ruido este NFS.

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Tenemos muchas ganas de que haya un nuevo Need for Speed Underground. De que EA dé luz verde a un juego de carreras con estructura ligera como la del primer, con todos esos trucajes macarras y las decoraciones de neón. La comunidad lleva más de una década suplicando, pero a estas alturas ya lo damos por perdido. No nos entra en la cabeza cómo no se ha producido ese reboot, al estilo del de Most Wanted. En su lugar, Ghost Games, que tomó las riendas en 2015 para darle un nuevo aire, está sacando entregas a su manera que no acaban de funcionar. Y Heat tampoco es la solución.

Cuando decimos que queremos un NFS Underground, a lo que nos referimos es a un Need for Speed bueno, se llame como se llame. Un arcade racer de esos que te enganchan, con más calidad de la que nos han dado recientemente. Tan necesitada sobre todo este año, con lo decepcionante que ha sido Grid. Need for Speed Heat no dista tanto del concepto puro pues también nos vamos a tirar a las calles a echar carreras ilegales con un Nissan verde lima al que le puedes poner de todo para tunearlo. Esa parte está bien. El resto es un corta y pega de NFS Payback sin los micropagos.

Need for Speed Heat
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Hay que empezar por el chasis del juego, por un aspecto que impregna todo lo demás. El comportamiento físico del coche en las últimas entregas ha sido horroroso. Incomprensiblemente malo. El mayor problema de NFS Heat es que no es divertido jugarlo por lo que transmite la conducción. Hay una especie de carga raro en prácticamente todos los vehículos que hace que parezcan toscos y pesados. Eso no es propio del pilotaje arcade, que tiene que ser ligero y reactivo. Es como si nuestro Nissan 240, que conocemos de la vida real, montara un motor diésel y tirara de un tráiler hasta arriba de cerdos. No es divertido. Como tampoco lo es que, intentes el estilo de pilotaje que intentes, no consigas nunca meter el coche en la trazada porque no responde de ninguna manera.

Ghost Games también tiene tendencia a llevarte del subviraje al control total mediante una deceleración y eso hace que sea imposible conducir bien. De hecho, parece que están al tanto de que esto no gusta, porque han añadido una herramienta para que puedas ajustar la respuesta del volante, o de la pulsación en nuestro caso. Bien, pero es que el efecto no es suficientemente intenso como para compensar. Si lo pones al máximo es como si tu stick analógico perdiera precisión, y aún así el vehículo no mejora su respuesta. Lo que consigue es ponerte de los nervios, porque si lo intentas hacer bien, te penaliza.

Need for Speed Heat

Need for Speed ​​Heat pone a tu disposición las calles de Palm Springs, una ciudad ficticia inspirada en Miami. Es perfecta para las escapadas nocturnas. Toda su estructura está pensanda para atender a dos tipos de carreras, las de día y las de noche. A la luz del sol vamos a tener que competir de forma oficial y ganar dinero de curso legal. El objetivo, gastarlo después en un buen equipamiento estético o mecánico con el que poner a punto los bólidos tuning que luces por las noches. Porque no te juegas el parné, pero sí la reputación bajo la luz de las farolas. En esta fase tienes acceso a mejores partes y configuraciones, pero la parte negativa es que está todo lleno de policías y si te pillan te quitan muchos puntos de experiencia. El concepto está bastante bien equilibrado, y han sabido diseñar la ciudad para que sea adaptativa y cambiante en función de la hora que marque el reloj.

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Las persecuciones policiales son intensas, te ponen a tope, pero al final te dejan bastante sensación de injusticia. Porque justo cuando parece que ya has escapado y puedes estar tranquilo, porque no vas a perder tus costosos puntos de experiencia, aparece un coche patrulla por otro lado, uno que no viene de todo el embrollo, y te da caza. La policía es una parte esencial de Need for Speed y ese poder extra para complicarte la vida siempre se ha agradecido, pero aquí se les ha ido de las manos. Son demasiado agresivos y violentos, hacen lo que sea para empotrarse contra un muro o contra un coche que venga de frente. Por si fuera poco, han añadido un medidor de daños al tuyo, y si lo supera antes de recibir una reparación quedas automáticamente arrestado, aunque no te hayan detenido. La parte positiva es que esto lo pueden ajustar con un parche.

Lo mejor de Heat está en el taller, dejando atrás el desastre de Payback. Se acabaron las cartas y las compras con dinero real. En este juego hay muchísimas piezas para retocar visualmente tus modelitos, como alerones, pegatinas, faldones y muchas lucecitas, y también hay sonidos, con una gama para hacerte el malote de lo más variada. Por otro lado están los componentes que aportan mejoras reales a los coches, y de esta forma han conseguido que la partida dé sensación de progresión, de que están avanzando. De hecho, necesitas que tengan cierto nivel para poder participar en según qué carreras. Aunque tenga un poco de reminiscencia a juego para móvil, ha quedado bien.

Need for Speed Heat

En cuanto a la historia, que tiene muchos tintes latinos, va sobre las carreras ilegales, la juventud rebelde y el control policial sin límites. Sabemos que no hace ni pizca que falta que nos cuenten nada en este tipo de juegos, y visto cómo ha resultado, hubiera sido mejor así. Con tantos personajes tontos que te pegan un chillido a la primera de cambio, lo que te dan ganas es de poner elegir una competición y ponerte a conducir sin saber nada de ellos. No se salva nada.

Gráficamente, NFS Heat es un poco de todo. Por la noche, cuando las carreteras de Palm City están mojadas y la luz artificial refleja sobre los charcos, mola.Pero por el día, cuando todo se ve claramente, es muy soso y todo igual. Los modelados sí que se salvan, pero los reflejos o el comportamiento del agua deja que desear. También es bastante pobre el apartado sonoro exceptuando lo antes mencionado de los motores, porque la radio de la policía es repetitiva y la selección de la BSO no engancha nada con nosotros.

Hasta aquí, EA. Ha llegado el momento de tomar una decisión seria con Need for Speed. Está claro que Ghost Games no sabe gestionar el comportamiento de los coches y eso es imprescindible para tener un buen juego de conducción arcade. Quizá haya que recuperar a Criterion para que se encargue de un Underground 3. Decir adiós al mundo abierto y apostar por carreras directas y muy competidas, un modelo de progresión ameno y mantener todo el sistema de personalización que ya tienen montando. Heat parece una entrega lanzada para cumplir, sin alma, a la que salva la buena idea del ciclo día y noche.

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05 Gamereactor España
5 / 10
+
El ciclo día y noche funciona. La modificación de los coches.
-
El comportamiento físico de los coches es horrible. Injusticia en las persecuciones policiales. Una historia vacía. Gráficos pobres.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Kim Orremark

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