Nicolas Winding Refn ha hecho carrera con su estilo inconfundible y a menudo hipnotizador. Algunos se obstinan en calificarlo de superficial, otros se maravillan de lo que se puede leer entre líneas y se empapan de la atmósfera. En resumen, es un hombre cuya obra tiende a dividir al público.
Tras un paréntesis de ocho años en el mundo del cine, tiempo que dedicó principalmente a producir series de televisión, ahora planea un gran regreso, pero también se dice que será el último, por desgracia.
El proyecto en cuestión es Avenging Silence, del que Refn lleva años hablando, y que tratará sobre un espía europeo que es reclutado para eliminar a un jefe de la mafia japonesa. Algo que en manos de Refn será, por supuesto, a la vez sangriento, extraño y absolutamente maravilloso.
En una entrevista con Variety, Refn promete que "tendrá mucho brillo y mucho sexo y violencia" y que "creo que me resulta difícil escapar de mi identidad autoindulgente en la creatividad. Así que siempre estaré yo en ella".
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