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Nights: Into Dreams

Análisis de Nights: Into Dreams

Cierto mes de 1996, la revista británica CVG Magazine tuvo que dividir en tres la portada de su último número.

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En un rincón estaba Quake, la verdadera secuela de Doom, liderando la carga de una nueva era de FPS. En el otro estaba Mario, en el momento que el icono de Nintendo redefinía los juegos de plataformas con su debut en Nintendo 64.

El tercero era Nights: Into Dreams. Algo único, nunca visto. Y aun así, quitando su abominable continuación, su impacto en el sector de los videojuegos comenzó y terminó ahí. Su legado quedó relegado a "clásico de culto".

En parte le pasó por salir a la sombra de la competencia (la PSOne conquistaría esa generación de consolas), pero también en parte porque las revistas las pasaban canutas para describir qué era Nights.

Y lo mismo pasa hoy. En la superficie es un juego colorido y mono sobre dos chavales que superan sus pesadillas con la ayuda de un bufón llamado Nights. Es brillante y divertido, con una música que terminas silbando. Todas las señas de identidad de un juego del Sonic Team como es debido, entonces cuando el nombre del estudio significaba algo.

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También es increíblemente fácil pasárselo. De verdad: puedes bajar los 2 GB que pesa hoy a tu disco duro, ponerte a jugar y acabártelo en una tarde. Los siete niveles del juego (tres por cada chavalín, un cuarto compartido), se pasan volando.

Pero del mismo modo que Outrun nunca consistió en simplemente cruzar la meta, o un shooter lateral en ver los créditos, Nights no acaba cuando lo hace su historia. En realidad, esto va de puntuaciones altas, encadenar Links y dominar carreras de precisión.

Es un 'crossover' entre un juego de carreras y un 'score-attack', pero enmarcado en un estilo de juego absolutamente único.

Nights: Into Dreams
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Cada mundo tiene cuatro circuitos. Mientras que los escenarios están generados completamente en 3D, Nights vuela a través de ellos en un plano 2D, siguiendo una ruta predeterminada que se entrecruza una y otra vez por el mapa. Cada circuito está repleto de orbes coleccionables, estrellas y varios saltos dispuestos en patrones cada vez más complejos.

Entonces, volviendo a la superficie: el niño llega a un mundo y le atacan los Nightmarens, que extraen y roban cuatro energías emocionales (denominadas Ideyas) y las atrapan en jaulas (denominadas Captures) por el mundo, una por circuito.

Después de liberar a un Nights que está preso por ahí cerca debes recolectar veinte orbes azules en cada circuito para liberar a cada Ideya de su Capture, lo que suele requerir varias vueltas por circuito antes de hacerte con todas. Completa los cuatro circuitos y te transportan al nivel de jefe de ese mundo.

Reglas de la carrera: tienes un tiempo predeterminado para completar cada circuito. El reloj cuenta atrás y te separan de Nights, obligándote a dar una caminata por el mundo para completar el circuito. A los chavales les persigue constantemente el sonido de un despertador que hará su trabajo (y se terminará el nivel) si les pilla.

Aunque en teoría podrías limitarte a recoger los orbes manejando únicamente a los niños, no querrás hacerlo. Porque controlar a Nights es toda una delicia.

El juego es el único en la historia que sabe capturar lo que imaginarías (o soñarías) que se siente al volar. Combinando movimientos direccionales con los gatillos puedes hacer acrobacias aéreas. Pulsa A y te lanzarás en un impulso, mientras que los tirabuzones forman remolinos que arrastran coleccionables cercanos hacia Nights. Ambos son esenciales para mantener los Links.

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Encadenar Links surge de recolectar continuamente orbes y estrellas y de atravesar los saltos sin fallar. Todos están esparcidos en líneas de carrera que recorren cada nivel, así que toca aprenderse su localización y su ruta para construir Links, y con ellos conseguir las puntuaciones más altas.

Todo esto no llega a entrar en juego hasta que destruyes una Capture con los veinte orbes azules por defecto. En ese punto, el circuito se convierte en tiempo de bonus. Los coleccionables se hacen dorados y los segundos que te queden pueden ser (deberían ser... serán) invertidos en conseguir las vueltas más perfectas que puedas para multiplicar la puntuación (y ahora el ranking mundial).

Como resultado, las batallas contra jefes finales adquieren una dimensión completamente nueva, pues completarlos más rápido otorga multiplicadores más altos de bonus para tu puntuación mundial actual, la que decide a fin de cuentas si estás en puestos de Champions o en la cola de la tabla. En este nuevo re-lanzamiento digital aparece la clasificación online y desaparece tu vida social.

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Teniendo en cuenta que los niveles duran unos diez minutos, el juego te invita a "echar una más", así que terminarás viendo líneas de carrera en tus sueños de verdad. Quitando el colorido y el diseño al estilo dibujos animados de Disney, Nights guarda un poder de adicción latente bajo su piel.

Oh, y también tiene un ecosistema A-Life ignorable pero totalmente divertido incrustado en cada mundo. Los Nightopians, querubines que corren con Nights, viven en cada mundo. Puedes cargártelos (accidentalmente o no) si haces un tirabuzón.

Pero si los esquivas, pronto comenzarán a responder positivamente ante tu presencia: tocando música para acompañarte y dejando huevos que puedes incubar con los niños o con Nights para que vayan poblando el nivel.

Como incluye una limitadísima edición Christmas (casi imposible de encontrar en los años 90), la versión original 4:3, opción panorámica para la nueva versión y un montón de desbloqueables, parecería un re-lanzamiento de un clásico perfecto.

Bueno... casi. Hay un problema que sólo afectará a los jugadores familiarizados con el original, y todavía debatimos su validez. El original de Saturn se lanzó con un mando especial de stick analógico que era menos un stick y más una bola y permitía algo más de precisión en los movimientos de Nights. Era algo vital considerando las reacciones en centésimas de segundo que hacen falta para hacer perfect en los circuitos finales.

Nights: Into Dreams

En el remake HD, los controles no parecen tan suaves. Se podría discutir si este control es en realidad digital de ocho direcciones en lugar de analógico, si los sticks no son capaces de igualar aquel dispositivo, o si es la nostalgia la que emborrona la realidad dieciséis años después.

Sea como sea, los que acabaron el original verán que es algo más complicado mantener las líneas rectas o tomar los loops con la versión HD: un ajuste al que pronto te harás, no obstante. Si es tu primera vez con Nights, no lo notarás para nada.

Y considerando que es probable que la mayoría ni lo haya probado, es fantástico que no se haya relegado a la trastienda de la historia de los videojuegos. Le han quitado el polvo y le han dado el lavado que acostumbra SEGA últimamente, así que es mucho más que una curiosidad; es algo que sólo verías aparecer en la escena indie hoy en día. Nights supera la prueba del tiempo y, incluso ahora, dieciséis años después, sigue siendo tan original y único como el original. Para el tipo adecuado de jugador, merece la pena sin dudarlo.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Jugabilidad adictiva, estilo de juego único y con encanto propio.
-
A Christmas Nights le falta contenido del original.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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Nights: Into Dreams

ANÁLISIS. Autor: Gillen McAllister

Cierto mes de 1996, la revista británica CVG Magazine tuvo que dividir en tres la portada de su último número...



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