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Nintendo Labo: Kit Variado

Nintendo Labo - impresiones

Nintendo vuelve a lanzar un producto relacionado con los videojuegos que hay que probarlo para conocer todo su potencial.

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Polémicas y éxito viral aparte, desde ya os invitamos a todos, escépticos e interesados por igual, a probar Nintendo Labo durante unas buenas horas con vuestras propias manos. Y en compañía. Es totalmente comprensible que la compañía haya organizado citas "Workshop" para conocer el invento en familia. Es justamente lo que pudimos hacer durante toda una mañana en su showroom en Madrid, y solo tras esa larga sesión de pruebas pudimos comprobar el verdadero intríngulis de todo esto de los juguetes de cartón que interactúan con un videojuego de Nintendo Switch.

Ni los que habéis visto mucho sabéis del todo lo que es (nosotros mismos lo investigamos a fondo desde fuera), ni los que descartáis la propuesta por defecto sabéis lo que os podéis perder vosotros o vuestros allegados. Nintendo lo vuelve a hacer, piensa 'out of the box' y plantea un concepto totalmente dependiente de su hardware de juego y que aprovecha sus innovaciones, sí, pero que propone jugar de una forma diferente y creativa más allá de los mandos tradicionales. Ya pasó con Wii y su mando, con la Balance Board, con el 3D sin gafas de 3DS... te lo pueden (te lo podemos) contar, pero siempre será muy recomendable una vivencia en primera persona.

Nintendo Labo: Kit Variado

Con Labo, además, hablamos de algo que, si bien es mucho más tangible y fácil de captar a simple vista, esconde una profundidad y unas posibilidades que van mucho más allá de "monta el juguetito y pruébalo". Y, sobre todo, el proceso de montaje va marcando una serie de puntos de satisfacción y descubrimiento difícilmente descriptibles.

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Recordamos que Nintendo Labo se pone a la venta el 27 de abril en dos packs posibles: el Kit Variado y el Kit de Robot. Ambos incluyen todo lo necesario para montar los Toy-Con, unos juguetes de cartón que a su vez aprovechan las tres partes de una máquina Nintendo Switch para interactuar con el software, un cartucho de juego incluido en cada una de las cajas.

Durante nuestra jornada pudimos montar el Toy-Con Antenauta y jugar con él. También construimos el Toy-Con Casa y lo probamos, y vimos montar el Toy-Con Caña y echamos una partida. Además, probamos el complejo Toy-Con Piano, y el Toy-Con Moto, ambos ya montados pero con una explicación sobre su funcionamiento. Lo mismo hicimos con el Toy-Con Robot (único incluido en el Kit de Robot, pero el más elaborado de todos), poniéndonos el traje y probando el juego. Por último recibimos una ilustrativa demostración sobre lo que se puede hacer con el Taller Toy-Con de Nintendo Labo, que permite crear y programar ideas propias.

Estuvimos cuatro horas, y creednos cuando decimos que se quedaron cortas, que nos quedamos con ganas de mucho más y que aquí hay juego y diversión creativa para muchas horas más.

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El Antenauta es el más sencillo y se puede montar en media hora, pero sirve de introducción perfecta al concepto y a su proceso estándar, y además da para unas personalizaciones artísticas muy monas (como demuestran las fotos y el vídeo adjuntos). Su estructura de cartón es bastante simple, aunque sorprende lo bien que encajan los Joy-Con en las ranuras destinadas a alojarlos a cada lado. De hecho, la resistencia y la dureza de los materiales son cualidades que nos sorprendieron todo el rato, con todos los juguetes.

La 'magia' del Antenauta reside en su movimiento sin ruedas, empleando solo la vibración de los mandos. Y también en todo lo que puede ver la cámara de infrarrojos del Joy-Con derecho, que hace de sus ojos. El software manda que esta especie de perrito pueda moverse en distintas direcciones y a varias velocidades (en base a la frecuencia de la vibración), pero es que luego incluye modos de visión nocturna o térmica, y es capaz de seguir formas y objetos concretos. Nosotros jugamos a encontrar un amiibo específico a ciegas, debajo de un cajón, como diversión improvisada.

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Este es el único Toy-Con que pone en pantalla lo que ve la cámara. Los demás emplean otro truco, el principal truco detrás de toda la tecnología y la ingeniería de Nintendo Labo. Hablamos de la visión de pegatinas reflectantes dispuestas de una y otra manera. La cámara del Joy-Con detecta el rebote de los infrarrojos tan rápido que permite interpretar acciones analógicas con precisión, tanta como un stick analógico o un sensor giroscópico.

Cuando seguimos con el montaje del Toy-Con Casa advertimos esto y empezamos a vislumbrar la profundidad del producto. La Casa lleva más de una hora de construcción fácilmente, y ya incluye mecanismos que la mente no-ingeniera no concibe a la primera. Hay muelles sin muelles, engranajes sin tuercas, resortes, manivelas o interruptores sin rastro de plástico. Todo es el cartón, su flexibilidad, su resistencia y una serie de gomas elásticas o cordoncillos.

Esos 'checkpoints' de satisfacción que comentábamos llegan de vez en cuando ya en el proceso de montaje, sin esperar a la parte de juego. Pasa por ejemplo cuando estás terminando de montar uno de los mecanismos extraíbles de la Casa y descubres su funcionamiento, exclamando un "no me digas que esto va así" o un "¿y a quién se le habrá ocurrido esto?" El trabajo de ingeniería es fascinante, y es verdad que estimula la misma mentalidad en el usuario.

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Jugar a la Casa no tiene mucho misterio, pues en una analogía bastante apropiada su software es el más cerrado. Una vez montada la construcción la parte pantalla de Nintendo Switch hace de ventana al interior de una vivienda virtual en la que vive un monstruito. Mientras, en la chimenea de cartón, el Joy-Con derecho vuelve a hacer su función: mirar con la cámara lo que pase dentro de esas cuatro paredes. ¿Y qué pasa? Pues cualquier cosa que insertes en uno o en otro costado de la casa (o en su base), esos mecanismos de los que hablábamos. Esto, sumado a la detección de agite o inclinación del conjunto, junto a la pantalla táctil, sirve para varias actividades con el monstruo. Puedes meter un grifo con una convincente sensación de llave para inundar la estancia. Puedes introducir un interruptor para jugar con la criatura. Puedes combinar ambos en varios minijuegos que se van complicando hasta flirtear con los juegos de plataformas, pero poco más. Eso sí, tanto el proceso como el resultado están muy bien pensados y no dejan de sorprender.

A estas alturas también advertimos lo bien que están diseñados los tutoriales de montaje en la propia pantalla de Nintendo Switch. Puedes girar los esquemas en 3D, adelantar o rebobinar cada paso, usando tanto los botones como la táctil (porque, claro, habrá un momento que los mandos acabarán rodeados de cartón). Las animaciones son ideales, las explicaciones son muy claras y siempre se puede poner un doblez o un enganche a cámara muy lenta, para que no solo lo entiendan los niños.

De la mano con todo esto van las propias planchas de cartón troquelado que conforman cada Toy-Con. Aprovechan muy bien el espacio para no desperdiciar material, y por eso para cada pieza te pueden pedir sacar tal o cual plancha, y no van en orden. Para que os hagáis una idea, el Kit Variado incluye 28 planchas y el de Robot, 19.

Asimismo, estas planchas están ingeniosamente 'ambientadas' respecto al Toy-Con en cuestión, para que de un vistazo sepas que estás trabajando con las correctas. Por ejemplo, las planchas de la Casa vienen marcadas con letras y acompañadas de una textura de ladrillos, un color marrón específico y un icono. Agua para la Caña, pentagramas para el Piano, una carretera para la Moto, ondas para el Antenauta.

Nintendo Labo: Kit Variado
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El Toy-Con Caña de pescar que montaron otros compañeros mientras construíamos nuestra casa tiene mucho más misterio del que puede parecer a simple vista, tanto por sus mecanismos de cartón, goma y cuerda como por su software acompañante. El caso es que la sensación una vez construida es ciertamente física, permitiendo (exigiendo, de hecho) pegar fuertes tirones para pescar los peces que nadan en la pantalla vertical. El feedback al recoger el sedal, que hasta hace el ruido característico en el carrete, es de lo más asombroso de todo el Kit.

Además, el software está bastante elaborado, ofreciendo aparte de la actividad pesquera una suerte de acuario de estudio de las especies e incluso permitiendo la creación de peces propios, esto mediante una forma súper curiosa y muy al hilo de todo Nintendo Labo: mediante siluetas de papel o cartón que luego puede 'escanear' el Toy-Con Piano.

Porque el Toy-Con Piano es probablemente el mejor de todo el Kit Variado. Lógicamente no hablamos en esta ocasión de sensaciones físicas como las de la Caña o mecanismos como la llave de la Casa, si bien el tacto de las teclas está muy conseguido. Nos referimos más bien a cómo emplea y combina todas las posibilidades de las construcciones y de la visión de la cámara IR, y luego a cómo va rizando el rizo para asombrar con lo que se puede hacer.

Nintendo Labo: Kit Variado
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Tras un proceso de dos a tres horas de montaje, tendrás ante ti un piano de 13 teclas con un ancho generoso, cuatro diales moduladores con forma de tornillo, una batuta de director de orquesta y varias tarjetas con formas de onda y bases de ritmo. El truco vuelve a ser el mismo, el Joy-Con derecho insertado por la espalda de la caja, para ver cómo se mueven las pegatinas reflectantes de cada tecla, las de los tornillos moduladores y las de los botones y palancas adicionales. Pero es que la respuesta es inmediata y la sensación de estar manejando cierta maquinaria incompresible, de nuevo, mágica.

Uno de los asistentes se dedicaba a la investigación musical y a los pocos segundos de sentarse al piano se sentía como en casa, tocando, componiendo, modificando, probando, trasteando. No es solo el juguete de niño pequeño, ni "mi primer teclado Casio". Es una construcción muy elaborada, una tecnología misteriosa y unas posibilidades adicionales que siguen la misma línea. Mover uno de esos tornillos diales y ver en pantalla cómo se modula el sonido en directo cual sintetizador es bastante chocante, y lo mismo ocurre con las posibilidades de grabación y edición, incluyendo la opción de dibujar ondas específicas para frecuencias concretas (con la misma técnica que la creación de peces).

También echamos unas carreras con el Toy-Con Moto. La experiencia no es tan curiosa porque se parece a otros juegos de control por movimiento, ya muy extendidos, como Mario Kart. Sin embargo, es cierto que la estructura de cartón adicional aporta un poco más a la experiencia en términos de respuesta y tacto. Aquí lo interesante no es inclinar el cuerpo para girar o levantar la mano para hacer caballitos, pues eso ya lo hemos visto. Aquí resulta sorprendente el puño de acelerador con su vuelta, el freno para derrapar o la vibración HD del manillar.

Pero no solo es correr, pues la parte creativa llega más allá del montaje y la personalización del Toy-Con. Aprovechando los sensores de movimiento puedes crear un circuito moviendo una 'mini moto' por el aire con una mano. Aprovechando la cámara IR puedes poner un objeto delante para inventar un nuevo estadio. Esto último lo probamos con nuestro llavero de un Billy Bala, pero parece más orientado al relieve que a las formas y dibujos.

Nintendo Labo: Kit VariadoNintendo Labo: Kit Variado

Por último nos enfundamos el traje del Toy-Con Robot (recordamos que esto es un Kit aparte del Variado) para probar el juego más 'tradicional' del paquete. El traje es una auténtica pasada, lleva de cinco a ocho horas de montaje y sienta de maravilla, como se puede ver en las fotos y vídeos adjuntos. Está todo pensado, incluyendo cuerdas y tiras para ajustar según la talla del usuario.

Funciona parecido al Piano, con la cámara viendo una serie de pegatinas en la mochila para mover las extremidades del robot en pantalla. Esto son brazos y piernas, mientras que el segundo Joy-Con controla la inclinación de la cabeza para girar y la activación de un visor (de mentira, de cartón) para poner el modo en primera persona.

La respuesta es excelente, inmediata. Es mucho mejor que otros juegos de control por movimiento porque tiene unos límites acotados, un principio y un final. De hecho, cuando llegas a ese final con tus puños, suena muy fuerte a cartón, lo que, una vez comprobado que no se va a romper, pasa de molesto a satisfactorio. Es parte de la experiencia.

En el juego te dedicas a destruir la ciudad, volar con los brazos abiertos o convertirte en tanque agachándote. Como era de esperar, incluye power-ups, más trasnformaciones y niveles para ir progresando. Y un toque genial: con unos tornillos parecidos a los diales del Piano que se insertan por encima de la mochila, se puede personalizar el robot que aparece en pantalla. Hasta hay un modo de juego sin pantalla (con la Switch guardada en la mochila) para experimentar con los sonidos, que aún tenemos que probar.

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Hemos llegado hasta aquí abarcando únicamente dos de las tres propuestas que propone Nintendo Labo. Aparte de crear los juguetes de cartón mediante las planchas e instrucciones incluidas, y luego jugar con ellos interactuando con el software, el Taller de Toy-Con de Nintendo Labo deja rienda suelta a nivel creativo y puede implicar donde más horas pasen investigando e ingeniando muchos usuarios.

Aquí no hay reglas concretas. La idea es interrelacionar acciones, causas con efectos, para jugar y conseguir distintas consecuencias. El software de ambos Kits incluye una sección para todo esto repleta de señales y acciones que se van interconectando mediante nodos en un esquema general, como un plano. El cartón puede formar parte o no, puede salir de las planchas y Toy-Con de serie o puede ser cualquier objeto que se te ocurra o crees en casa. Puedes usar vibraciones, pulsaciones, movimientos, la cámara IR, las pegatinas... Se pueden sincronizar hasta ocho mandos y hasta dos consolas, con lo que ello implica a nivel de cámaras mirándo cosas, pantallas mostrando otras y botones y movimientos generando acciones y hasta sonidos.

En la presentación nos demostraron dos programaciones sencillas para modificar frecuencias y hacer caer a un monigote de cartón mediante un 'disparo'. Ya se nos están ocurriendo ideas para jugar con otros tipos de mecanismos e interacciones, y es de aquí de donde saldrán las mayores sorpresas de Nintendo Labo en la Red durante los próximos meses. El catálogo de opciones disponibles parece lo suficientemente amplio, y seguro que los montajes pueden llegar a superar el éxito de Super Mario Maker, al trascender la pantalla y relacionarse con prácticamente cualquier cosa.

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Todavía queremos montar nosotros mismos los demás Toy-Con, explorar a fondo el software de cada uno e inventar un par de ingenios propios para valorar Nintendo Labo con mayor propiedad, pero ya no tenemos ninguna duda sobre la relación tiempo de juego/precio. Este producto puede dar muchísimo de sí, mucho más que algunos videojuegos con el mismo precio. Es cuestión de ofrecérselo a todas esas mentes y manos que lo van a disfrutar como nadie.

Entre crujidos, curiosidades y dobleces vas descubriendo con admiración que todo tiene su función, y sin quererlo vas dejando volar la imaginación para lo que podrás hacer con el taller en el futuro. Cuando terminas te queda esa sonrisa de "lo he hecho yo, con mis manos" y luego te pones a jugar en partidas más o menos limitadas.

De todo esto va Nintendo Labo, y ya nos parece de lo más ingenioso que hemos visto en años. Estamos deseando que llegue el 27 de abril para meter otro trasto en casa, con mucho gusto.

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