La mayoría, si no todos los comentaristas de la NBA, lo describen como el mayor intercambio del siglo. Quizás el más impactante de la historia, con los aficionados debatiendo durante las últimas 24 horas sobre el traspaso: Luka Dončić a Los Angeles Lakers, Anthony Davis a los Dallas Mavericks, como parte de un acuerdo de tres equipos que incluye a Maxi Kleber y Markieff Morris para los Lakers, Max Christie y una elección de primera ronda de 2029 para los Mavs, y Jalen Hood-Schifino y dos elecciones de segunda ronda de 2025 para los Utah Jazz.
¿Tiene sentido? ¿Es un error? Los Lakers (campeones de 2019-20) han conseguido una joven estrella para sustituir a LeBron James, de 40 años, mientras que los Mavs (finalistas de 2023-24) refuerzan su defensa con un jugador más completo, sin duda mejor en ese aspecto que Doncic... pero más viejo y con lesiones recurrentes. Todo el mundo tiene una opinión, pero probablemente nadie pueda saberlo de verdad hasta que se asiente el polvo y empecemos a ver los resultados.
Llevará tiempo acostumbrarse a ello, y a los aficionados y periodistas encontrarle el sentido... y recuperarse emocionalmente. "Realmente pensé que estaba soñando o incluso que había muerto", dijo el comentarista Kevin O'Connor. Pero el traspaso es tan inesperado y, hasta cierto punto, tan aleatorio, que muchos temen que, se mire como se mire, esto de verdad no tiene sentido. Y aunque a los fans de los Lakers les hará ilusión ver a Luka con la camiseta de los Lakers y jugando con LeBron (probablemente mucho más de lo que a los Mavs les hará ver a Davis), esto nos lleva a un terreno incómodo: al final son sólo negocios.
Dončić, jugador esloveno de 25 años, en los Mavs desde 2018 tras iniciar su carrera en el Real Madrid, se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la NBA de su generación, no bajando del sexto puesto en las votaciones para el MVP de las últimas cinco temporadas, así como cinco veces elegido para el All-Star ( este año se lo perderá por una larga lesión). Lo único que le faltaba era un campeonato de la NBA, tras ser finalista el año pasado.
Estadísticamente, tiene más posibilidades de ganarlo con Los Angeles Lakers, lo que podría ser la razón por la que decidió marcharse, como dicen algunos aficionados... salvo que , al parecer, a Doncic (ni a ningún otro jugador o entrenador) NO se le consultó sobre el fichaje, y le pilló por sorpresa, que tardó horas en romper su silencio.
De hecho, según informó Marc Stein, Doncic estaba en proceso de una ampliación de contrato con el equipo de Dallas por 345 millones de dólares durante cinco años, lo que habría supuesto un salario récord pero correspondiente con el convenio colectivo. Parece que Nico Harrison, jefe de los Dallas Mavericks, decidió que no valía la pena y lo traspasó al equipo de Los Ángeles, en lugar de negociar con el jugador, cuatro días antes de que finalizara el mercado de fichajes: un movimiento financiero en lugar de deportivo.
Eso significa que, al final, por muy buenos que sean, los jugadores no son más que mercancía.
"A los jugadores se les exige un nivel diferente de lealtad y compromiso con un programa, pero a las organizaciones no se les exige el mismo nivel desde fuera", se lamentó Kevin Durant sobre el intercambio. Esto demuestra que las personas que dirigen los equipos dan prioridad a las oportunidades comerciales por encima de las decisiones deportivas lógicas... aunque eso signifique dejar a los aficionados con el corazón roto.