Análisis de Nuclear Corps: Veterans in Fukushima

Voy a comenzar diciendo una verdad que hay que tener presente en todo momento mientras lees este análisis: Nuclear Corps ha sido desarrollado por alumnos de FP Superior en clase. Eso es toda una hazaña y una muestra más del potencial de la nueva generación de creadores de videojuegos en España. ,Y al ser estudiantes y crear algo a la vez que adquieres las bases del conocimiento, es inevitable que haya muchas carencias y fallos que en otras circunstancias no pasaría por alto. Dicho lo cual, ya podemos adentrarnos en este Nuclear Corps: Veterans in Fukushima.

Ahora que se cumplen 10 años después del desastre medioambiental por la explosión en el reactor de Fukushima, la zona sigue siendo tremendamente peligrosa para la vida. Con un claro mensaje hacia la sociedad sobre los riesgos de la energía del átomo, comenzamos con este título de acción y puzles donde tomamos el control de 3 héroes ancianos que deben enfrentarse a los peligros y animales mutados creados por la radiación durante la explosión, mientras tratan de frenar el desastre de la central en ruinas.

Nuestros tres personajes cuentan con capacidades y herramientas únicas para solventar los problemas y combatir a los monstruos que nos iremos encontrando en cada una de las 14 fases del juego. Lola es la especialista en movimiento, con pinta de haber protagonizado algún shonen de ninjas hace 50 años por lo menos. Haciendo uso de un gancho puede sortear abismos y acceder a zonas elevadas, mientras que su movimiento acelerado le permite sortear a los enemigos o las lenguas de fuego para ponerse a salvo y servir de apoyo a sus compañeros. Dordok es la fuerza bruta y combate a melé, además de ser el gemelo perdido del maestro Mutenroshi. Puede crear un escudo protector con el que frenar a los enemigos y un golpe de kárate con el que aturdirlos temporalmente. Además puede mover objetos pesados por el escenario para activar interruptores. Smartie es el tirador del grupo con pinta de científico loco. Tiene una pistola de energía con la que hacer frente a las hordas de animales mutantes y destruirlos definitivamente. Igualmente los diseños de enemigos son bastante buenos y graciosos, como los osos-tortuga o los toros vestidos para San Fermín. Se nota que el modelado 3D es uno de los puntos fuertes en su desarrollo.

La combinación de las habilidades únicas les permitirá sortear cada una de las fases para llegar a los círculos brillantes y completar el nivel. En cada nivel, bien por interruptores o bien por enemigos, tendremos que pensar en la forma de mantener a nuestros ancianitos con vida y llegar a la zona marcada, como si de un gran puzle se tratara. Esquivar lenguas de fuego, enemigos con ataque a distancia o simplemente recoger unos sencillos coleccionables (pepinos) en cada fase. Es muy importante estar pendiente de cada uno de los ancianos, ya que para superar la fase deben llegar los tres al final con al menos un punto de vida. La vida está limitada a tres golpes y las habilidades tienen un tiempo de recarga que también debemos tener presente. Habrá ocasiones en que debamos explorar varias veces el nivel para desactivar las trampas o limpiar la zona de enemigos antes de avanzar con el grupo.

Además de superar los niveles en equipo, hay una serie de niveles de jefes en los que tenemos un combate uno contra uno usando sólo un personaje. En estas secuencias, lo importante es buscar el punto débil y aprovechar las habilidades con que cuentas, aunque aquí sí he percibido como un error algunas mecánicas de las peleas de jefes. Si afrontas el combate con un personaje concreto, éste debería hacer uso de sus habilidades (o del entorno) para derrotarlo, pero en vez de eso el personaje hace un ataque extraño que no había utilizado hasta ese momento. Quizá el personaje no debería hacer uso de una habilidad desconocida y después del combate no volver a usarla porque no existe fuera de esa pelea. Añadirla tras el combate para los niveles restantes podría ser la solución, incluso sin que fuera necesaria usarla.

Y no es el único problema que tiene Nuclear Corps. El movimiento es bastante tosco en general y las colisiones y áreas de daño son muy dispares. Parece que es inevitable recibir golpes de enemigos o de las trampas del escenario aunque no las estés tocando con el personaje. También los escenarios tienen errores de paredes y puntos donde te puedes quedar atascado, y la única solución es reiniciar el nivel. Es muy injusto perder cuando estás a punto de llegar tras sortear todos los problemas y ver que lo que te detiene es un fallo técnico.

Por supuesto, eso no quita que me haya mantenido pegado a la pantalla de principio a fin. Puedo ser condescendiente y entender que ha sido un grupo de chavales inexpertos y nuevos el que ha desarrollado el título durante sus clases. Lo que ya no me parece tan adecuado es lanzarlo con algunos de los errores ya comentados y además con un precio de 12,99 € en la PS Store. Se ve el potencial en muchas de sus facetas, pero ponerlo a la venta exige un nivel extra de rendimiento. Aún con todo es posible terminar el juego y sacar el platino sin mayores problemas en una sola sesión. Me ha llevado unas 4 horas, y ha sido más por el gameplay tosco que por la dificultad de los rompecabezas. Nuclear Corps es un excelente ejercicio para poner a prueba las habilidades de desarrollo de videojuegos, pero hay mucho margen de mejora.