Nuevas impresiones con Dune: Awakening: El patio de recreo definitivo de Dune

Todos conocemos Arrakis, la disputa entre las familias Atreides y Harkonnen, el ascenso de los Muad'dib y, para los lectores de los libros, la gran yihad a través de la galaxia del pueblo Fremen en nombre de Lisan al-Gaib. Gracias a la adaptación de Denis Villeneuve, parece que absolutamente todo el mundo conoce la historia de Dune de Frank Herbert , y es precisamente esta familiaridad lo que hace que Dune: Awakening sea un concepto tan atractivo.

Lo cierto es que apenas se ha explorado este universo de ciencia ficción en un formato interactivo, siendo Dune: Spice Wars una de las excepciones, y este juego de los gurús de la supervivencia en mundo abierto de Funcom es también una visión completamente fresca de la querida e icónica historia. Juega con la idea de que Paul Atreides nunca nació y que los Harkonnen nunca cometieron el genocidio contra los Atreides y Paul nunca se encontró escondido con los Fremen y en la vía rápida para convertirse en un dios emperador. Sí, en esta historia las familias Atreides y Harkonnen libran un interminable tira y afloja por el control de Arrakis y sus valiosísimos e impactantes campos de especias.

Dune: Awakening está ambientado en la misma época que la historia principal de Dune, salvo que, al tratarse de una línea temporal diferente, muchos de los rostros conocidos que no sobrevivieron a 'aquella' fatídica noche son líderes y siguen vivos y coleando. Puedes conocer al Duque Leto, puedes cruzarte con Rabban, puedes encontrar a los Fremen escondidos y viviendo una vida mucho más tranquila que en la línea temporal principal, y lo más importante, no conocerás a Paul, ya que nunca nació. Pero, aunque me encantaría dedicar otras 1.000 palabras a hablar de la tradición y del efecto más amplio que esto tiene en el mundo de Dune: Awakening, permíteme que vaya al grano y te cuente cómo funciona este título en la práctica.

Si alguna vez has jugado a un juego de supervivencia de mundo abierto, ni siquiera a una de las propuestas de Funcom, estarás muy familiarizado con la estructura que también adopta Dune: Awakening. Comienzas con un aterrizaje forzoso en el desierto de Arrakis sin nada a tu nombre. A diferencia de otros títulos que te permiten orientarte, debido a la brutal hostilidad del planeta desértico se te pone inmediatamente a trabajar y se te encomienda la tarea de sobrevivir. Esto significa escapar de las arenas abiertas para evitar provocar una señal de gusano y atraer a un gusano de arena, encontrar refugio del calor abrasador, adquirir humedad de dondequiera que puedas encontrarla (por ejemplo, chupando los residuos de los exteriores de las pocas especies de plantas del planeta) y seguir haciéndolo debido a la falta de un traje retentivo. Mientras que otros juegos de supervivencia tratan más sobre la curva de potencia y los sistemas de artesanía, Dune: Awakening no pierde el tiempo en afirmar que sin una acción inmediata morirás en Arrakis.

En muchos sentidos, la tensión es bienvenida. Te da un propósito que otros juegos de supervivencia solo consiguen vagamente. Te preocupa menos que te mate un jabalí maníaco o encontrar el tipo adecuado de bayas para completar una receta de comida. Dune: Awakening es más básico y rudimentario en sus elementos de supervivencia y eso se debe a que Arrakis es infinitamente más hostil que el bosque de The Forest. En todo caso, los mejores juegos con los que comparar Dune: Awakening son Raft o Stranded Deep, ya que un océano infinito puede ser tan aislante y peligroso como un horizonte de arena infinita.

Pero con este estilo de diseño se puede ver que Funcom ha tenido que retroceder un poco para asegurarse de no crear una experiencia demasiado abrumadoramente dura. Hay un número limitado de enemigos que, en su mayor parte, parecen un paseo por el parque para superarlos, la artesanía y la recolección de recursos -aunque un poco monótonas- son fáciles y bastante refinadas, y la jugabilidad se ha diseñado de tal forma que es a la vez auténticamente Funcom y muy liberadora. Puedes escalar cualquier cosa con facilidad, puedes desarrollar y utilizar un jetpack para escalar verticalidades con aún menos estrés, puedes encontrar o construir vehículos como Ornitópteros para cruzar enormes distancias sin sudar, y a juzgar por mis intentos de ser comido vivo por un gusano de arena, a menos que estés haciendo algo increíblemente estúpido, estos titanes excavadores no supondrán demasiada amenaza para tu día a día.

Por estas razones, Dune: Awakening se siente realmente como un título de supervivencia de mundo abierto bastante único y convincente. Como ocurre con este género en su conjunto, los grandes interrogantes serán, por supuesto, cómo el juego sigue enganchándote y entreteniéndote hora tras hora sin una estructura narrativa lineal estricta. Pero sin duda la nostalgia y las referencias y guiños a Dune bastarán para satisfacer las ansias de la mayoría de la gente mientras siguen reuniendo recursos y objetos y se hacen un nombre entre las muchas facciones que luchan por el control de Arrakis.

Tras aproximadamente una hora de jugar a Dune: Awakening, una hora brutal gracias a que el Koelnmesse, sede de la Gamescom, tuvo grandes problemas con la conexión Wi-Fi, lo que provocó frustrantes caídas, me quedé bastante interesado y con ganas de seguir jugando. Esto no me parece una nueva visión de la supervivencia en mundo abierto y, francamente, se parece a la mayoría de los proyectos que operan en este espacio, pero son los elementos de Dune los que permiten que este título destaque y prospere. Aunque Dune: Spice Wars sin duda supera a este juego por su política y a las películas y los libros por su pura excelencia narrativa, Dune: Awakening supera a todos ellos cuando se trata de presentar un mundo que quieres explorar y que se siente aterradoramente auténtico respecto a cómo todos percibimos el páramo desértico de Arrakis. Awakening es el patio de recreo definitivo de Dune.