El caótico debut de Ghost Town Games tiene todos los ingredientes de una adictiva experiencia multijugador. En ella, tanto tú como tus amigos tendréis que enfrentaros a una cuenta atrás para cumplir con los pedidos de todos los clientes. Así es Overcooked, desarrollado por un humilde equipo de dos personas, que pretende recrear la magia de los míticos juegos multijugador locales.
En un futuro no muy lejano, el fantástico mundo del Reino de la Cebolla está bajo asedio: bolas de fuego llueven sobre las ciudades y la imparable bestia, Ever Peckish (¿Siempre con el Gusanillo?), amenaza con la destrucción total del reino. Para detener el hambre voraz de la bestia, los mejores chefs del reino unen sus espumaderas y sus talentos para servir los platos más deliciosos. Sin embargo, pronto se hace evidente que sus esfuerzos no serán suficientes y el Rey Cebolla invoca un portal temporal para llevarlos al año 1993 a que refinen sus habilidades culinarias. Con el paso de las décadas, te convertirás en un maestro del arte culinario, aprenderás todas las recetas y trabajarás en todo tipo de cocinas: en camiones, planchas de hielo, en el espacio, etc.
Lo cierto es que el gameplay es encantadoramente simple, de forma que hasta los chefs más inexpertos podrán tomar las riendas de la experiencia con facilidad. En la parte superior izquierda de la pantalla, el usuario podrá ver las comandas de los clientes, con los ingredientes exactos y el orden de prioridad. Así, irás acumulando puntos al entregar el plato correcto a tiempo (e incluso tendrás la oportunidad de conseguir puntos extra si eres muy rápido). No obstante, si te retrasas demasiado, te caerá una penalización y tus clientes se irán del restaurante con un cabreo de cuidado. Es decir, que para poder conseguir las tres estrellas que tiene cada fase, tendrás que ser ágil y estar siempre atento, algo que puede llegar a ser un gran desafío.
En total, tendrás que dominar 30 cocinas en tu aventura culinaria y cada una tiene sus propias características y sus vueltas de tuerca. Al cabo, tendrás que preparar unos platos cada vez más difíciles, mientras lidias con cucarachas hambrientas, te deslizas por plataformas heladas y te aventuras en la oscuridad para encontrar los ingredientes ocultos. De esta manera, el estudio se asegura de que la experiencia emula una cocina real, porque cada nuevo elemento te obliga a trabajar bajo presión y a adaptarte a los cambios inesperados. El sólido fundamento del título permite que las nuevas mecánicas sean totalmente naturales y que nada sobre.
Sin duda alguna, la cuenta atrás, la creciente cantidad de comandas y la cocina (con sus amenazas) son la receta perfecta para el desastre. El caso es que cuando estés haciendo malabares con los objetivos y con los problemas, acabarás cometiendo un pequeño error, con el que perderás unos segundos muy valiosos o peor, harás arder la cocina. Tendrás que encontrar el equilibrio perfecto y no es nada sencillo, porque tendrás que ser rápido, pero cauto. De esta manera, la comunicación es un imperativo para el éxito, ya que los distintos usuarios puedan coordinar tareas para que el equipo trabaje de forma fluida.
Aunque es verdad que puedes disfrutar muchísimo en el modo para un jugador, el cooperativo es el corazón de la experiencia. Tener que autogestionarte y andar cambiando entre dos chefs es lento y le falta fluidez, si lo comparamos con jugar con un amigo. Dicho esto, jugar solo también tiene sus beneficios, porque las tres estrellas son más fáciles de conseguir y las catástrofes en la cocina son menos probables. Lo cierto es que hubiese estado genial que hubiesen añadido un modo online, porque el modo competitivo está fuera de lugar al jugar solo y tener un compañero ayuda a gestionar mejor la carga de trabajo.
Con ese estilo de dibujos animados que tiene, los alegres gráficos de Overcooked son perfectos para una experiencia que va dirigida hacia grupos de amigos. De la misma manera, la banda sonora es igual de buena y en ella escucharás pistas de música muy ufanas que complementan al resto del título. Por otra parte, el esquema de controles, con sus dos botones, es el distintivo de este título, ya que le permite ser muy accesible, con la idea de que cualquiera pueda pillar un mando y ponerse a jugar sin problemas. Incluso si quieres jugar solo, la estructura es bastante sencilla, porque podrás pulsar sencillamente L1 para cambiar entre cocineros.
En el modo competitivo, los usuarios lucharán en una guerrilla de cocina, en la que tendrán que competir contra sus amigos y contra el reloj para completar el mayor número de comandas. Aunque es una alternativa muy fresca a la campaña, le faltan niveles y la ya mencionada funcionalidad online. Admitimos que la acción local es muy buena, pero solo pensar en poder luchar contra equipos de cocineros online para ver quién es el campeón culinario nos parece algo muy atractivo y nos da la impresión de que ha sido una oportunidad perdida para el estudio.
Con esta adictiva experiencia de locura cooperativa de sofá, el primer título de Ghost Town Games nos ha cogido un poco por sorpresa. Los sencillos controles hacen que el título sea muy fácil de entender y disfrutar, y la acción permanece fresca gracias a los entornos y las mecánicas. Puede que la experiencia para un jugador flojee un poco y, desde luego, le falta el modo online, pero eso no impide que Overcooked se convierta en un verdadero festín culinario.