Paulo Fonseca, entrenador portugués del AC Milan, fue despedido ayer tras empatar 1-1 contra la Roma. Los dos únicos goles se produjeron en los primeros 23 minutos, y el Milan fue incapaz de remontar, prolongando su caída en la primera mitad de la temporada: octavo en la Serie A, lejos de los puestos de Liga de Campeones.
La victoria por 1-3 contra el Real Madrid en el Bernabéu, y la victoria por 1-2 contra el Inter (su única derrota hasta el momento) fueron una rara excepción en una temporada muy irregular. Los rumores sobre el destino de Fonseca circulaban desde hacía tiempo, pero incluso antes del empate esas conversaciones aumentaron. Parecía que sólo una victoria podría haber salvado su puesto.
Sin embargo, al acabar el partido, en la rueda de prensa, Fonseca negó los rumores, diciendo que se sentía "seguro en el banquillo, ¿por qué no iba a estarlo?", y habló de sus planes para el Supercoppa esta semana. Fue justo después cuando le comunicaron que estaba despedido.
Lo más sorprendente de todo es que fue Fonseca quien confirmó a la prensa que había sido despedido... anoche, cuando salió del estadio en su coche, y fue detenido por la prensa. "Sí, es verdad, ahora estoy fuera del Milan. Así es la vida. Tengo la conciencia tranquila, hice todo lo que pude", dijo.
Ha sido esta mañana, a las 10 h CET, cuando el club lo ha hecho oficial: "El AC Milan anuncia que Paulo Fonseca ha sido relevado de sus funciones como entrenador del primer equipo masculino. El Club agradece a Paulo su gran profesionalidad y le desea lo mejor en su futuro". Su sustituto será Sergio Conceição, entrenador del Oporto durante siete años, pero actualmente sin club.