Un nuevo estudio de la Universidad de Aalto revela que la friolera del 80 % de las empresas no aprovechan las ventajas de la IA, y la culpa no es de la tecnología. Según los investigadores, el verdadero problema radica en las respuestas emocionales y de comportamiento de los empleados ante las nuevas herramientas de IA. Las empresas pueden hacer grandes inversiones en IA, pero si los directivos no abordan el aspecto emocional de la adopción, corren el riesgo de fracasar. La investigación señala que los empleados suelen desconfiar de la IA no porque no funcione bien, sino porque se sienten incómodos con ella. En un estudio de caso de una empresa de consultoría, los empleados se mostraron cada vez más reacios a las herramientas de IA que realizaban un seguimiento de sus actividades diarias, manipulando los datos para parecer más competentes. El estudio sugiere que la confianza -tanto emocional como cognitiva- es crucial para el éxito de la IA, y que los líderes necesitan involucrar los sentimientos y preocupaciones de los empleados. Entonces, ¿podría ser el tratamiento de las emociones la clave para liberar todo el potencial de la IA en una empresa?
¿Confiarías en la IA para que siguiera tus actividades laborales diarias?