Pep Guardiola y el Manchester City perdieron su oportunidad de acabar su temporada con una nota positiva: ganando la FA Cup al Crystal Palace. En teoría, el City debería ser favorito dado su historial (es su tercera final consecutiva en la competición futbolística más antigua del mundo, mientras que el Crystal Palace, mucho más humilde, nunca la había ganado). Sin embargo, no estaba destinado a ser así: un 79% de posesión del balón y 23 disparos no fueron suficientes para encontrar portería, y el gol de Eberechi Eze a los 16 minutos bastó para que el equipo del sur de Londres levantara el mayor trofeo en 120 años de historia.
Muchos expertos ya lo llaman "el año de los 'underdogs'", ya que el Liverpool también fue sorprendido por el Newcastle en la Copa EFL. Sin embargo, lo más comentado del partido fue la polémica en torno a una acción de Dean Henderson.
Henderson se convirtió en el héroe del partido, deteniendo todos los intentos del City... y sobreviviendo a una tarjeta roja en el minuto 23, que más tarde fue anulada por el VAR, por mano fuera del área de penalti. Los expertos, como Wayne Rooney, creían que debería haber sido tarjeta roja, pero el VAR salvó a Henderson. Una decisión que podría haber alterado drásticamente el resultado final del partido.
Más tarde, Pep Guardiola se negó a estrechar la mano de Henderson, en un momento captado por las cámaras. El portero, ex jugador del Manchester United, explicó que Guardiola podría haberse enfadado porque perdió tiempo. Se defendió diciendo que el árbitro había añadido diez minutos de tiempo añadido, pero Guardiola no lo aceptó.
Hendersen también fue protagonista por detener el penalti de Omar Marmoush, que Erling Haaland se negó a lanzar, ante la incredulidad de los aficionados del Man City, que ahora exigen una renovación completa del equipo.