A la sombra del próspero sector tecnológico canadiense, donde la confianza de los consumidores depende a menudo de la marca nacional, la mayor plataforma pornográfica del mundo opera bajo la bandera de la hoja de arce, pero sus promesas de seguridad se enfrentan ahora a un escrutinio, con nuevos obstáculos procedentes de Europa.
Te puede interesar:
Ahora, desde el corazón de Europa llega un nuevo guardián digital, una aplicación de verificación de la edad respaldada por Deutsche Telekom y la empresa de biometría Scytáles, cuyo objetivo es remodelar la forma en que los adultos demuestran que tienen edad suficiente para ver lo que quieren en Internet.
Aunque se promociona como segura y respetuosa con la privacidad, la aplicación ha suscitado un intenso debate: ¿quién debe pagar, quién debe controlar el acceso y qué visión de la seguridad debe prevalecer? Para Pornhub, con sede bajo la hoja de arce digital de Canadá, esto podría significar un ajuste de cuentas.
La medida de la Unión Europea no se limita a bloquear los clics de los menores, sino que trata de quién tiene las llaves de las puertas de Internet para adultos. Los críticos advierten de que un modelo estatal podría congelar las soluciones privadas en las que ya confían millones de personas, como las que utiliza Pornhub.
Mientras tanto, otros lo ven como un paso necesario para reclamar el espacio digital a gigantes incontrolados. Pornhub, antaño confiado en su dominio, se enfrenta ahora a una realidad en la que la política pública puede dictar las reglas del juego, por lo que queda por ver cómo se desarrollará la situación.