Preview de Winter Burrow: un simulador de vida sin complicaciones

A todos nos gusta un buen simulador de vida. Hay algo placentero y encantador acerca de tener una vida virtual, quizás incluso una con elementos más fantásticos, por ejemplo... tomando el papel de un ratón que trata de reconstruir la casa de su niñez en un páramo helado. ¿Parece un ejemplo al azar sospechosamente específico? Bueno, si lo parece es porque lo es, ya que en realidad estoy hablando de Winter Burrow, de Pine Creek Games, un juego de aventura y supervivencia que tuve el lujo de probar cuando estaba en Alemania para la Gamescom.

Así que, sí, el objetivo en Winter Burrow es arreglar la casa de tu infancia como un pequeño ratón. La casa ha sido destrozada con el paso del tiempo, está llena de muebles dañados y sus recursos son casi inexistentes, algo que también se aplica al escenario general del juego: desolado y en ruinas, como si el tiempo se hubiese olvidado de él. Es aquí donde entra en acción tu ratoncito, que, a base de esfuerzo y determinación, buscará reconstruir la casa y arreglar los puntos de interés locales, lo que a su vez abrirá camino hacia otras áreas y permitirá que otros personajes vuelvan y sumen su ayuda al proyecto. En muchos sentidos, es un simulador de vida muy tradicional, pero también es uno sin complicaciones.

El juego es muy básico y rudimentario. No es una crítica, porque a menudo este tipo de juegos caen en la trampa de obligarte a hacer tareas aburridas y repetitivas una y otra y otra vez para lograr progresos nimios. Es algo que podemos ver en Stardew Valley, en la serie de My Time at, en Fae Farm.... básicamente en todas partes. Aquí, lo han refinado hasta el punto de que paseas cogiendo rocas, ramitas, hojas, troncos y otros elementos base similares que luego puedes usar de forma rápida y sencilla para conseguir nuevos materiales o para fabricar objetos que te permitan extraer recursos de forma algo más compleja. La gran diferencia en Winter Burrow es que las mecánicas de supervivencia son bastante más duras.

No estamos hablando de sistemas de supervivencia en la escala de lo que vimos en The Forest, pero al contrario que en Stardew Valley, donde tu mayor problema es trabajar demasiado un día y necesitar echarte una siesta, en Winter Burrow lo haces todo en una carrera contra la amenaza de congelarte hasta morir. Cada vez que sales de tu casa o abandonas las proximidades de una hoguera, la temperatura corporal de tu ratón empieza a caer en picado, y si bajase demasiado... bueno, vamos a dejarlo en que no quieres que baje demasiado. Junto con esto, también hay elementos de supervivencia más tradicionales, como la estamina y la salud, pero la mecánica principal es la temperatura y hace muy bien su trabajo de mantenerte alerta y haciendo tareas útiles.

El mundo del juego en su conjunto también parece encajar en una idea de diseño más dirigida y simple, ya que solo hay unas pocas cosas que hacer o buscar mientras exploras. Puede que te encuentres con mercaderes ambulantes a quienes venderles cosas con las que ganar monedas que luego podrás usar para adquirir materiales raros. Puede que encuentres el cadáver de un ratón ya muerto que necesites enterrar y recordar construyendo un montículo de piedras. Puede que te encuentres con agresivos escarabajos de los que tendrás que deshacerte con un golpe certero de tu hacha. En Winter Burrow no vamos a ver un mundo complejo y diverso, pero eso parece ser el quid de la cuestión, porque desde el minuto uno está claro que el lugar al que tu ratón ha vuelto se trata de un paraje desolado, casi desnudo.

Por suerte, aún hay personajes que aparecen a lo largo de la aventura y que hacen que la soledad no sea tan abrumadora. Además de los mercaderes de los que ya hablamos, encontrarás familiares a los que ayudarás en distintas tareas a fin de reconstruir el área local. Podrás conjuntarlo con objetivos centrados en fabricar equipamiento que mejore las posibilidades de supervivencia de tu ratón, por ejemplo, tricotando un jersey de lana para resistir mejor el frío. Sea como sea, Winter Burrow está diseñado para ser fácil y sencillo de empezar a jugar y lo poco que pude probar me ha mostrado que, cuando el juego salga, la gente verá que lo han conseguido.

Sí que espero que la complejidad del juego crezca a medida que pasan las horas, eso sí, porque ahora mismo me parece que aún necesita un empujoncito para destacarse por sobre otros títulos en su ya muy popular categoría. Pero, pase lo que pase, puedo decir que Winter Burrow tiene corazón y una atmósfera acogedora sin rival y que ya solo por eso no puedo esperar a poder jugarlo en su totalidad.