Primeras impresiones con Bounty Star: ¿Y si Titanfall se mezcla con Dog the Bounty Hunter?

Estamos en algún momento del futuro. Los mechas conviven con drones de gran potencia y armamento que hacen de la guerra una bestia diferente. Como Clem, hemos dejado atrás nuestras guerras, pero solo podemos utilizar nuestras habilidades como veterano en combate, ganando dinero cazando recompensas en el desierto baldío. Así es Bounty Star, la nueva aventura de acción de Dinogod, con un poco de construcción de bases.

Hace poco jugamos al principio del juego, un día en la vida de Clem. Tras una breve escena en la que nuestra protagonista se prepara para el día, exploramos nuestra granja, recogemos agua para nuestras plantas, preparamos comidas para pasar el día, alimentamos nuestro mecha Raptor con energía hidráulica, compramos armas y munición antes de elegir una recompensa y salir en el mecha. Puede parecer que hay mucho que hacer, pero no se tarda mucho en explorar la granja y prepararse para un día de combate entre mechas. No hay mucho proceso en la mecánica de la granja, al menos al principio. Basta con pulsar un botón para hacer lo que tengas que hacer. No hay minijuego para cocinar, por ejemplo, solo una escena que aparece cuando has seleccionado una receta.

Por un lado, esto significa que no tienes que lamentarte por tener que pasar minutos innecesarios participando en lo que en realidad es una tarea, pero al mismo tiempo hace que ese ritual matutino antes de salir parezca un poco inútil. Lo más interesante ha sido comprobar el correo y averiguar algo más sobre el mundo. Dinogod ha optado por un enfoque más lento en su exposición. No se te da un montón de información como en la introducción de Star Wars, sino que vas conociendo a los personajes, las facciones y la historia a través de lo que puedes encontrar y de las piezas que puedes unir. En apenas 30 minutos de gameplay, no pudimos profundizar demasiado en la historia, pero después de probar el resto del juego, es lo que sigue resultando más interesante en Bounty Star.

Vayamos entonces a la verdadera estrella del espectáculo: el mecha. Tu robot se llama Raptor en Bounty Star, y recuerda ligeramente a las plataformas de movilidad amplificada pilotadas por humanos de las películas Avatar de James Cameron, pero con mucha más personalización. Puedes equipar tu Raptor con armas cuerpo a cuerpo y a distancia, guiones, núcleos centrales y habilidades especiales, todo ello en torno a un acto de equilibrio introducido mediante la mecánica del Calor. Si tu mecha se calienta demasiado, no funcionará, por lo que debes mantenerlo en un punto óptimo entre frío y calor a lo largo de tus misiones de recompensa, asegurándote de que por cada parte de tu mecha que aumente el calor, haya un contador que lo disminuya. Fue bastante fácil de equilibrar en las primeras fases de la demo, ya que teníamos un tablero que nos enfriaba, pero es un concepto interesante si se sigue explorando en el juego.

Las misiones te sitúan en un entorno desértico cerrado y te hacen luchar contra humanos, mechs y algunos enemigos robot con tus herramientas cuerpo a cuerpo y a distancia. Es acción arcade, con algunos efectos llamativos, pero muy poco peso. Especialmente en el combate cuerpo a cuerpo, saltan chispas y explotan robots, pero decir que te sientes partícipe de ello sería poco sincero. Estos combates carecen de impacto y peso, y puedo comparar la experiencia con Saints Row 3, pero sin la risible naturaleza caricaturesca que te hace saber que estás jugando a una parodia. Por el tono castizo de Bounty Star, uno esperaría combates en los que te sintieras como en una pelea.

Los entornos siguen siendo en gran medida anodinos. Hay cofres que encontrar, pero como el desierto tiene un aspecto tan similar, puede ser difícil abrirse camino incluso en el espacio limitado que se ofrece. Incluso localizar a tus objetivos puede ser un reto, ya que pueden esconderse en zonas del mapa. No reaccionan a propósito a tu llegada, sino que simplemente se ocultan por el diseño del nivel, que en realidad no tiene ningún propósito aparte de mostrarte un pequeño arenal. Es duro, y no es justo decir que el juego carece por completo de estilo o de algo que destaque. Las llamativas animaciones para cancelar un combo cuerpo a cuerpo en un ataque a distancia son muy agradables, y hay una buena sensación de estar pilotando un mecha en el movimiento.

Por desgracia, Bounty Star ahora mismo parece que simplemente no hace lo suficiente para impresionar. Se puede encontrar una historia intrigante si escarbas bajo la tierra, pero desgraciadamente los otros pilares básicos del juego de acción mecha de Dinogod parecen genéricos en una época en la que hay muy poco perdón para ello. Bounty Star no es malo en ninguno de sus aspectos, pero las pocas partes que destacan se ven eclipsadas por un bucle que no te atrae.