Probablemente sea mejor que empiece estas impresiones con una confesión. Pikmin 4 es mi primer juego de Pikmin. Antes de él, la única experiencia que tenía con la franquicia era algún vídeo ocasional y jugar como Olimar en Super Smash Bros. Sin embargo, después de jugar las primeras horas de Pikmin 4, me siento como Danny DeVito al final de la decimotercera temporada de Colgados en Filadelfia. Sentado en mi silla, atónito, pues creo que por fin lo he entendido.
Pikmin 4 comienza con una premisa bastante simple. Nos encontramos perdidos en un extraño planeta alienígena (que podría resultarnos familiar a nosotros, homo sapiens), y se nos encomienda la tarea de encontrar al resto de la tripulación del Cuerpo de Rescate mientras reunimos a cualquier otro náufrago que encontremos por el camino. Para ayudarnos en esta tarea, contamos por supuesto con nuestros variados aliados Pikmin, que vienen en un arco iris de colores asignados a sus especialidades, pero también tenemos al recién llegado Ochin, un simpático cachorro de rescate de dos patas.
Ochin es un compañero excepcional, ya que no solo puede hacer casi todo lo que un Pikmin hace, sino que también sirve como montura desde el principio del juego. Esto resulta especialmente útil cuando el simpático cánido aprende a nadar, porque actúa como un pequeño barco que nos transporta a nosotros y a nuestros floridos amigos a través de grandes charcos hacia nuevos horizontes. No se puede exagerar su utilidad, y no tardé en encariñarme con este extraño perro alienígena, dando prioridad a sus mejoras y defensas antes que a mis propios potenciadores, lo que en realidad podría acabar siendo lo más inteligente, ya que Ochin puede valer como diez Pikmin o más.
A pesar de que Ochin es útil y una buena incorporación a la banda, no tiene prioridad sobre nuestros aliados Pikmin. Al fin y al cabo, el juego no se llama Ochin 4. Desde el primer par de horas, se nos presentan unos cuantos tipos de Pikmin, ya que Pikmin 4 funciona a un ritmo constante, pero rápido, lo que garantiza que no tengas tiempo de aburrirte. Siempre hay un nuevo amigo vegetal que se cruza en tu camino y te permite explorar una nueva parte de una zona, hacerte con un tesoro inalcanzable hasta entonces o acabar con la peligrosa fauna local. Creo que por fin comprendo lo que sentía un emperador romano al lanzar docenas de mis esbirros contra una bestia muchas veces mayor que ellos, sabiendo que la mayoría tendrá un final desafortunado.
Como ya he mencionado, Pikmin 4 se basa en una premisa de juego sencilla. Entras en una zona y poco a poco la vas desgranando con tus esbirros, enviándolos a recoger tesoros, encontrar materiales, construir caminos a través del mapa y hacer frente a cualquier obstáculo que se cruce en tu camino. Pikmin 4, al menos en el tiempo que le he dedicado hasta ahora, ha conseguido evitar ser aburrido a pesar de que la jugabilidad suena bastante formulista sobre el papel. Es increíblemente fácil de jugar, e igualmente difícil de dejar. El ciclo de día y noche del principio del juego ayuda a ello de forma brillante, ya que siempre tienes que hacer todo lo posible antes de que se acabe el tiempo y tengas que volver a la base, lo que significa que cada nueva expedición supone un nuevo reto y siempre hay más cosas que explorar. Las dos zonas que he explorado hasta ahora, Sun-Speckled Terrace y Blossoming Arcadia, están bien construidas y te permiten tomarte tu tiempo para escarbar en cada una de ellas con mucho detenimiento.
Además del mundo exterior, hay segmentos subterráneos en los que sumergirse, que suelen ser donde encontrarás náufragos, así como una gran cantidad de tesoros y savia para dar a tus Pikmin un pequeño impulso de velocidad en sus acciones. Aunque hasta ahora Pikmin 4 no ha supuesto un verdadero desafío, aquí es donde el juego pone sus mejores obstáculos, ya que no puedes escapar de un enemigo simplemente corriendo a otra zona, y estás algo limitado en cuanto a los Pikmin que puedes desplegar, porque entrarás en la zona subterránea sin la fiel Cebolla que los engendra. Aunque estos segmentos subterráneos no supongan un gran desafío, pueden ser un buen descanso del soleado mundo exterior si lo necesitas.
Visualmente, puede que Pikmin 4 no ofrezca los paisajes absolutamente impresionantes de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, pero sigue siendo deliciosamente bello lo que pone en pantalla. Especialmente el agua tiene un aspecto tremendo, y tanto los personajes estilo 'cartoon' como los Pikmin y las criaturas conservan su adorable encanto a la vez que reciben una clara revisión visual. El sonido también crea una atmósfera ligera y acogedora, en la que te sientes como si estuvieras dando un relajante paseo por un extenso jardín.
Pikmin 4 es un juego que me cuesta dejar de jugar y, si mantiene la calidad de las primeras horas, será otro éxito para Nintendo en este glorioso 2023, ya que la compañía continúa con su buena racha de títulos increíblemente divertidos y encantadores que, de alguna manera, se las arreglan para tener un aspecto estupendo y funcionar bien en una consola que está cada vez más cerca de la jubilación. Si aún no te has sumergido en esta querida franquicia, ahora puede ser el momento, y puedes hacerlo de forma gratuita con la demo que llega a la Nintendo eShop desde ahora mismo.