Primeras impresiones en Where Winds Meet: una épica aventura que combina acción y combate exigente con la tradición china

Uno de mis juegos favoritos de la pasada generación fue sin duda Ghost of Tsushima. Todo en aquel título (ambientación, gráficos de primer nivel, una historia impactante con un mundo que se sentía vivo y vibrante) y su fabuloso combate me encandilaron desde el primer minuto hasta el mismo final de la aventura. Y es que la tradición oriental es un filón recurrente entre los videojuegos de las regiones de Japón y Asia, pero no es tan frecuente que encuentren el abrazo del gran público fuera de sus fronteras. Sucker Punch lo hizo de forma impecable respetando la historia y la veracidad del mundo samuráis, y ahora Everstone Games parece tener algo parecido con la tradición china en Where Winds Meet.

No me gusta comenzar unas impresiones hablando de otro juego que no sea el protagonista, pero creo que en este caso la comparación (o más bien los paralelismos y las sensaciones) encajan perfectamente, porque viendo y probando la demo de Where Winds Meet tuve la misma sensación que cuando tomé el control de Jin Sakai por primera vez.

Where Winds Meet es un título de acción y aventuras en mundo abierto cuya historia se sitúa al final del período de los 10 Reinos y en final de la dinastía Tang. Nosotros encarnamos a un espadachín sin nombre que debe enfrentarse a un mundo en conflicto y tomar parte en él. ¿Será un defensor de los oprimidos, o el adalid de la muerte y la destrucción de la región? Eso ya es cosa tuya.

Where Winds Meet toma mucha inspiración del cine de artes marciales de China y Hong kong, como ya pudimos apreciar en su primer tráiler hace unos años. El desarrollo del título ha permanecido en relativo silencio hasta esta Gamescom, y lo primero que me encontré en mi primer paseo fue a un enemigo formidable (casi monstruoso) con el que me enzarcé en una lucha digna de un jefe en God of War. No me atrevo a mencionar exactamente que el combate sea como los títulos de FromSoftware, pero sí es cierto que parte de los movimientos y esquivas y contraataques también se beneficiaron de su legado. Pero Where Winds Meet bebe mucho más del género Wuxia y de las artes marciales, como caminar por paredes (¡y por el aire!), combos ultrarrápidos con armas clásicas y el uso del Chi. Cada tipo de arma tiene su propio set de movimientos, rango y progresión, pero puedes alternar entre ellas tanto en combate como fuera de él. Además, el equipo nos comentó que podríamos aprender técnicas especiales de individuos de toda la región, otra razón más para explorar cada rincón.

El viaje rápido es cosa del pasado, ya que eligiendo una habilidad concreta de progresión podremos incluso volar por el aire (de nuevo, al más puro estilo del cine de artes marciales) y movernos por un gigantesco mapa dividido en varias regiones y biomas. No estoy seguro de si llegué a verlo al completo en el menú, pero es muy extenso. Y cada parte de él se siente vivo con animales, NPCs, vegetación y buen worldbuilding. Eso sí, aunque sea una obra muy inspirada en la historia clásica china, hay ciertos toques de folclore y fantasía que puedes percibir en ciertos enemigos, construcciones y (lógicamente) en los poderes del protagonista.

Where Winds Meet podrá disfrutarse en solitario o en multijugador. Este segundo modo es totalmente libre, y permite establecer alianzas, comunicarte con otros jugadores y desafiarles en duelo. Esta vertiente del juego no la pude experimentar, pero desde el estudio dicen que será una elección que podremos tomar y revertir en cualquier momento de la partida.

Todo lo que vi y oí, como ya dije al principio, me sumergió de lleno en este próximo título que presumiblemente llegará como acceso anticipado en 2024. Me comentaron que dependiendo de la acogida se plantearían llevar el título a más plataformas, y no puedo desearles más que suerte en ello. Estoy deseando jugar el año que viene a Where Winds Meet, y creo que ha sido una de las mejores demos que disfruté en Gamescom 2023.