Qué pillos estos de Intelligent Systems, siempre haciendo honor a su nombre. No es la primera vez que el estudio de Nintendo demuestra que es de los mejores para crear joyas videolúdicas, ya sean entregas soberbias de sagas queridas (Fire Emblem, Paper Mario, Advance Wars) o ideas simples y adictivas (Panel de Pon o su aporte en Wario Ware). Si lo piensas, todos sus juegos, más allá del arte o el guión, funcionan genial porque combinan sistemas esenciales pero muy, muy probados.
Básicamente, Pullblox (conocido como Pushmo en otros mercados) es como este estudio: un sistema inteligente. De esos tan sencillos y tan ingeniosos que son facilísimos de asimilar cuando estás jugando, pero complicados de explicar (y de abandonar).
Los Pullblox son unos puzles montados con piezas cuadrangulares y comprendidos en un espacio cúbico. Imagina una figura construida con piezas de Tetris, pero ahora piensa que puedes tirar de esas piezas hacia ti. Lo puedes hacer hasta tres veces o profundidades, pero siempre desde un lugar cómodo para el protagonista, el rechoncho Millo. Es decir, no podrá mover una pieza si no tiene donde poner los pies o si él o la pieza se están chocando con algo. Millo es capaz de saltar con el botón A y tirar, empujar o arrastrar de lado esos bloques con el B.
¿El objetivo? Según la historia, salvar a los niños de Villa Pullblox, aplastados en uno de los bloques. De forma abstracta, es simplemente llegar a una casilla específica y sacar la pieza que la contiene, para poder subir a Millo a ella. Viendo las imágenes que acompañan este texto y el vídeo de la página 2 lo entenderás en un periquete, pero jugándolo (y con unas lecciones muuuuy pacientes) lo captarás a la primera... y quedarás enganchado, como ya hay miles de jugadores.
El aprendizaje puede parecer lento, y el juego, fácil. A lo mejor te llegas a preguntar si serán capaces de ofrecer reto o variedad en el siguiente grupo de puzles, pero la respuesta llega pronto: sí. Cuando te atasques por primera vez, cuando no sepas de cuál tirar primero, o si debes replantearte todo el Pullblox desde el principio (hay un botón de reset), cuando uses la vista general o el botón rebobinado para saber qué se te escapa, comenzarás a descubrir el potencial.
Desde ahí, es un no parar. Un reto después de otro, una sensación de "sólo una más" que se repetirá más de 250 veces. A la Nintendo 3DS le hacía mucha falta un juego así, de partidillas sueltas de unos segundos o de muchas seguidas durante horas.
Como la mecánica se ha basado totalmente en el movimiento de los bloques hacia el fondo o hacia la pantalla, la idea va a juego totalmente con la consola. El efecto 3D es fino y agradable, perfecto para un sistema que juega constantemente con la profundidad.
Además, el estilo gráfico que han escogido es idóneo. Con unas tipografías, mensajes y diseños de los espacios muy similares a los de los propios menús de la Nintendo 3DS, siempre te sientes como en casa. Todo es fácil y claro, mientras que esos personajillos y los mundos de colorines, aunque pueden chirriarle a alguno, encajan perfectamente con el propósito. Los sonidos acompañan, con pegadizas melodías también similares a las de la consola y más de un toque retro.
Pero a lo mejor lo que más te pica de Pullblox no es su adictiva propuesta, o avanzar en la colección de más de 250 puzles que incluye. Quizás, lo que te vuelva loco, sea lo que podríamos llamar "La fiebre Pushmo/Pullblox", o la enorme cantidad de puzles creados por los usuarios que ya se pueden encontrar en la red (un ejemplo). El atractivo está claro: los Pullblox, vistos de frente, son como los sprites pixelados de los juegos más retro, así que la gente se ha liado a pullbloxizar cantidad de logos, personajes, iconos... y lo mejor es que cada dibujín esconde un nuevo puzle.
El editor de Pullblox no puede ser más sencillo, sobre todo teniendo en cuenta lo bien que viene el lápiz táctil de la consola. A la hora de crear, puedes pensar si buscas un mejor resultado artístico o un puzle más desafiante, o dejarte llevar a ver qué sale.
Todo esto estaría bien de por sí, pero lo que ha triunfado realmente es la forma de compartir tus creaciones y de guardar las de los demás: para ello se usan los tan de moda códigos QR. Si le das a "Leer QR Code" puedes escanear en unos segundos cualquier Pullblox que te encuentres, ya sea en una revista, en un folleto o en Internet, apuntando directamente con la consola a tu monitor. El sistema no sólo es rápido, sino inteligente: cuando detecta que el Pullblox que quieres guardar, por muy bonito que sea, si es demasiado complicado (basándose en tu destreza en el juego hasta ese momento), sugiere que practiques un poco más. A lo mejor suena abundante o entrometido, pero también puedes verlo como un incentivo adicional para avanzar más en el juego.
Pullblox juega directa y sencillamente con la propuesta 3D de la consola, con una de las mecánicas más innovadoras y accesibles que hemos visto en los últimos años. Por lo que ofrece, ya es el juego modelo eShop; a un precio de 6€, marca el tipo, cantidad y calidad de contenido que deberíamos exigir a partir de ahora en lanzamientos del estilo. Por la comunidad que está despertando, puede convertirse en todo un fenómeno. Cómpralo ahora mismo.