A su manera, Quake ha dejado su marca en la historia de los videojuegos. Todos nos hemos encontrado alguna vez en la vida con la serie. Recuerdo los buenos tiempos, cuando intercambiábamos juegos entre los amigos (y cuando Internet era el lujo de unos pocos) y Quake II se convirtió en uno de los primeros juegos que instalé en mi Pentium 133 Mhz con 64 megas de RAM.
Un par de años más tarde me topé con Quake III Arena. Un amigo me dijo que lo consideraba demasiado difícil, y era cierto. Pero, sobre todo, se trataba de un juego con online. No había salas o servidores comunes en aquella época, así que había que acordar las partidas con los amigos: que uno hiciera de servidor y que los otros se conectaran a él. Así comenzó el ‘deathmatch', un término que ya todos conocemos pero que en su día era una novedad.
Han pasado once años y Quake III Arena ha llegado a Xbox 360. Ahora se llama Quake Arena Arcade, pero básicamente se trata de una versión en alta definición de aquel título de 1999. Hay poco que decir: single player casi inexistente (sólo una sopa de mapas repletos de bots enemigos) pero mucho, mucho multijugador con los modos habituales de deathmatch, capturar la bandera, 1vs1, etc.
Quake nos hace reflexionar sobre cómo ha cambiado el shooter online. Hoy día, ya sea Halo o Call of Duty, la carnicería online se basa en la velocidad y la precisión. Corres, te encuentras con un enemigo, apuntas y disparas. En Quake Arena Arcade, sin embargo, la precisión no existe. O más bien, no pretende tanto que "alinees tu mirilla con el enemigo", sino que "te anticipes al movimiento del adversario". Esto se debe a que los enemigos se mueven con tal velocidad que hay que desviar la ráfaga: es decir, si el enemigo se mueve hacia la izquierda, tú deberás apuntar el arma unos metros más a la izquierda para acertarle. Tras un tiempo de práctica el ‘truco' funciona, asumiendo que el rival no cambie de dirección, claro está.
Jugando en línea es impresionante contemplar la destreza de algunos jugadores en este tipo de títulos, que requieren no sólo una gran habilidad con los sticks, sino también un conocimiento al milímetro de los mapas, distancias y todos los puntos de armas y de ‘respawn' (reaparición). Puede parecer una cosa de locos, y de hecho lo es, pero Quake Arena Arcade requiere primero un proceso de estudio y después ponerse a jugar. Paciencia, chicos, paciencia.
En resumen, Quake Arena Arcade no es más que Quake III Arena restaurado con algunas ligeras modificaciones técnicas y, desde luego, mucho más accesible en línea gracias a los modernos servidores de Xbox Live. Hay algún conflicto con las traducciones, con algunas frases que parecen generadas con la ayuda de un traductor automático. El resto del título es sólido, agradable y ha envejecido bastante bien para ser el ‘dinosaurio' de los FPS online.
Sólo existe un problema, y se llama Quake Live. Es el juego online que id Software lanzó de forma gratuita hace algún tiempo y que, básicamente, carga Quake III Arena en un navegador web. Gratis, repetimos. Un juego utilizado habitualmente en las competiciones internacionales de jugadores profesionales y que, a diferencia del de Xbox, permite utilizar el ratón y el teclado. Ese detalle no es poco en un juego con las características supersónicas de Quake III Arena.
Por lo tanto, aún teniendo a Quake Arena Arcade como un juego con más valor en líneas generales, antes de invertir más de 10 euros para jugar un título de hace 11 años, ya está disponible otra edición en Internet de forma gratuita que te haría pens. Lo que está claro es que si te crees bueno en juegos como Call of Duty, un reto como Quake Arena Arcade pondrá en tela de juicio tu capacidad real seriamente. No perdona.