Ayer, el mundo del deporte saltó por los aires cuando Imane Khelif, boxeadora de Argelia, se enfrentó a la italiana Angela Carini. El combate duró 46 segundos, y Carini se rindió tras afirmar que nunca la habían golpeado tan fuerte en toda su carrera boxística.
Por supuesto, Internet hizo lo que hace Internet y saltó sobre Khelif, afirmando que era una mujer trans que había entrado injustamente en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, alguna pequeña investigación señalará que la argelina nació mujer, y que simplemente padece el síndrome de Swyer, una afección que otorga a ciertas mujeres y niñas cromosomas XY al nacer, en lugar de los XX habituales.
Tú decides si eso otorga a Khelif una ventaja injusta en el deporte que practica, pero hay muchos que han sacado conclusiones precipitadas sin investigar por su cuenta sobre el asunto. El debate sobre la inclusión de los transexuales en el deporte es candente y, una vez más, merece la pena señalar que Imane Khelif no es una mujer transexual.
Ni siquiera ha conseguido dominar el boxeo de la forma en que algunos han intentado describir la narración de esta historia. En los Juegos Olímpicos de Tokio, Khelif fue eliminada en cuartos de final, y ha sufrido nueve derrotas en 45 combates en sus 12 años de carrera. Parece que, una vez más, gran parte de la indignación procede de la multitud que clama por la igualdad en el deporte femenino mientras que, al mismo tiempo, nunca lo ve.
¿Qué opinas de la polémica?