Reseña de Arcane: Temporada 2 - Episodios 1-6 (Netflix)

Es fácil olvidar la suerte que tenemos de contar con una serie como Arcane. Este proyecto se estrenó en una época en la que aún existía un estigma con respecto a la conversión de videojuegos en televisión y cine, un estigma que a menudo resultaba cierto gracias a innumerables adaptaciones simplemente horribles. Pero no, en Arcane, Netflix y Riot se combinaron para producir algo que parecía casi imposible. Consiguieron tomar el rico y extenso lore de League of Legends y sus innumerables campeones para crear una historia diversa, emotiva y compleja sobre el amor y la pérdida, los ricos y los pobres, el bien y el mal, y todo ello sin dejar de presentarlo de tal manera que hasta el más entregado de los fans y el más novato de los novatos puedan disfrutarlo a la vez. La primera temporada de Arcane fue casi una obra maestra por multitud de razones, y por eso estamos ansiosos por la segunda temporada, aunque probablemente también un poco escépticos al respecto.

Mantener el nivel de calidad que destila Arcane durante una segunda temporada completa es una tarea que pocos proyectos consiguen, independientemente de que se trate o no de una adaptación de un videojuego. Entonces, ¿está la 2ª temporada a la altura de Arcane? En pocas palabras... sí. O al menos lo ha hecho hasta ahora. Por el momento, sólo he tenido acceso a los dos primeros Acts, y el concluyente y ambicioso tercer Acto sigue siendo un misterio para mí. Esto significa que esta reseña se hará con una gran advertencia: ¿podrá Riot aterrizar y atar esta historia en expansión con un pequeño lazo en los tres episodios que quedan? La respuesta a esa pregunta permanecerá durante unas semanas, hasta que el Acto 3 llegue a finales de noviembre, pero en cuanto a los Actos 1 y 2, vamos a entrar en por qué siguen desconcertando, inspirando y aturdiendo.

En primer lugar, Arcane: Temporada 2 se reanuda tras los acontecimientos de la primera temporada, en la que Jinx decide volar por los aires una reunión de la élite de Piltover. Este acto ha provocado que la relación entre Piltover y Zaun sea la más frágil que ha existido nunca y la reciente llegada de la astuta caudilla noxiana Ambessa no hace más que avivar estos fuegos. Vi y Jinx nunca han estado tan distantes, los bajos fondos nunca han estado tan faltos de líderes, las sospechas de Heimerdinger sobre Hextech nunca han sido tan fuertes, y todo esto significa que los campeones de esta historia se enfrentan a problemas insuperables.

Aunque te preocupe que Arcane intente abordar estos temas con demasiada rapidez, en un esfuerzo por llegar a una conclusión al final de la Temporada 2, te alegrará saber que el ritmo sigue siendo uno de los elementos más fuertes de la serie. El Acto 1 comienza con una explosión, ofreciendo una acción emocionante y escenas y momentos enormemente influyentes que te dejan boquiabierto, todo ello equilibrado con periodos más estables en los que se permite que florezca el necesario desarrollo de los personajes, insuflando aún más vida y energía a este mundo cada vez más retorcido y oscuro. El Acto 2, además, demuestra la brillantez de Arcane a la hora de dominar específicamente esto, ya que, aunque los episodios iniciales resultan casi demasiado constantes, el desenlace y la conclusión de este capítulo de la historia golpean como un camión y te dejan sin habla y con una lágrima en el ojo. Destaca la capacidad de transmitir emociones y nunca pierde el ritmo.

En estos episodios, Arcane también consigue volver a la tierra a muchos de sus personajes más ridículos o enloquecidos para que el espectador pueda desarrollar una conexión humana con ellos. Consiguen superar el ascenso a la locura de Jinx introduciendo un nuevo personaje inesperado que convierte a esta ya popular campeona en la verdadera estrella de esta serie, por encima de lo que pueda aportar Vi. No es que Vi (Hailee Steinfeld) decepcione en ningún sentido, es que Ella Purnell presenta una interpretación asombrosa como Jinx esta temporada.

Así que sí, la estructura narrativa, el guion y los diálogos, las interpretaciones y el ritmo son de primera calidad. Nunca querrás tomarte un respiro cuando veas esta serie, querrás ver todos los episodios disponibles a la vez de un tirón, es así de convincente y atractiva desde el minuto uno hasta que aparecen los créditos. Y creo que esto se debe en parte a la fantástica técnica de animación utilizada para la serie, que se aleja del cada vez más manido estilo cartoon o anime que vemos en Dragon's Dogma, Tekken: Bloodlines, e incluso Tomb Raider: The Legend of Lara Croft, como ejemplos. En Arcane: Temporada 2, el estilo artístico combina colores vibrantes y decorados fantásticos para crear tantos entornos y momentos asombrosos que podrías pausar esta serie innumerables veces y encontrar un nuevo fondo de escritorio o de teléfono. A esto se añaden las nuevas técnicas de animación que intercalan para mantenerte en vilo, con montajes punk o emotivos de acuarela. Es refrescante y bello, y sigue pareciendo único.

Sin embargo, se están formando grietas en la impecable armadura de Arcane, ya que, con la continua introducción de nuevos personajes y argumentos, se puede ver que el peso de toda esta expansión narrativa está pasando factura y haciendo que algunos hilos se sientan infrautilizados u olvidados. Por eso me preocupa un poco que los tres episodios restantes tengan lo necesario para concluir esta historia. Espero de verdad que lo consiga con la misma clase y excelencia que no sólo la Temporada 1, sino también los Actos 1 y 2 de la Temporada 2, porque si lo consigue, Arcane será sin duda la mejor adaptación de un videojuego que hayamos visto y que quizá veamos, y también una firme candidata a ser una de las mejores series de televisión de todos los tiempos.