Reseña de Here (Aquí)

La vida pasa ante nuestros ojos en la última comedia dramática de Robert Zemeckis, donde millones de años de evolución conducen a una sala de estar en algún lugar de Norteamérica, una minúscula porción del mundo que se convierte en el escenario de la historia humana y en el hogar de generaciones de personas que intentan cumplir sus sueños. Here (Aquí) y "ahora" es el mensaje, vivir el momento, ya que la vida es demasiado corta para malgastarla en ansiedades sin sentido. En otras palabras, es una película con grandes ambiciones... pero con muy pocas sorpresas.

Here es una historia sentimental que hemos visto muchas veces, en la que el encuadre es la atracción principal. Es un experimento divertido presenciar vidas enteras desde un único ángulo, con transiciones que tienen lugar en forma de fotogramas cortados de distintas épocas, como ventanas a otra vida. El cómic en el que se basa la película hacía lo mismo para mostrar lo efímera que es la vida: en la película, actúan como transiciones a la siguiente historia. Algunas de estas transiciones son inteligentes, mientras que otras caen en saco roto, sobre todo cuando la mayoría de las historias no son atractivas. No basta con mostrar constantemente los rostros "desenvejecidos" de Tom Hanks y Robin Wright.

Uno de los problemas es que muchas de las historias de la película se convierten en cabos sueltos que pierden rápidamente su conexión con el hilo conductor de la película. Por ejemplo, la historia de la esposa del piloto se olvida rápidamente y la historia secundaria de la familia de Benjamin Franklin podría haberse eliminado fácilmente, ya que no aporta gran cosa a la historia general. Hay mucho por hacer, pero al final, sigues estando más implicado en la historia de Hanks y Wright, ya que Zemeckis dedica la mayor parte del tiempo a su dinámica y sus visiones del mundo. Hay algunas escenas efectivas en Here (Aquí), pero en cuanto empieza a surgir alguna emoción, esta se desvanece rápidamente por culpa de diálogos planos o feos efectos digitales, como cuando un colibrí de CGI intenta unir las historias.

Todo ello contribuye a una película desigual que nunca consigue conmover realmente al espectador. Como he dicho, aprecio mucho el encuadre, pero tampoco parece que se aproveche todo su potencial. Todo resulta demasiado artificial, y no me refiero solamente a los efectos por ordenador. Las emociones están ausentes y nunca llegan a aflorar realmente, porque las historias convencionales entrelazadas nunca se elevan realmente con la "cámara fija". Hay mucho que Zemeckis quiere decir con Here y lo corta que es la vida, pero sin duda querrás que tu vida sea corta si te gastas el tiempo y el dinero en ver Here (Aquí).