Una de las cosas que hizo de los 80 un periodo épico para el cine fue que las películas podían ser pura diversión tonta y tener éxito. Hoy en día, a menudo existe la percepción de que una película tiene que ser más, ofrecer un mensaje honesto y claro y, por lo demás, ser una proeza artística. Por eso no solemos ver tantas buenas películas de acción tontas y fáciles, pero afortunadamente eso no ha impedido que Amazon MGM Studios haga Jefes de estado.
Esta película es el epítome de la acción tonta y fácil. Nunca iría tan lejos ni me atrevería a decir que está a la altura de los mástiles de acción modernos como Misión Imposible y Dune, pero tiene éxito en aspectos en los que estas epopeyas no lo tienen, a saber, en el hecho de que requiere una cantidad limitada de tu tiempo y no se disfraza de otra cosa que de acción tonta y entretenida.
La idea es que Idris Elba y John Cena interpretan al Primer Ministro del Reino Unido y al Presidente de Estados Unidos, respectivamente, dos individuos que no se ponen de acuerdo. El Presidente de Cena es una ex estrella de cine, un auténtico Johnny Cage, mientras que Elba ofrece un político más verosímil y veterano, y estos dos cuerpos polarizantes se ven obligados a trabajar juntos a pesar de sus diferencias después de ser objetivo de unos terroristas internacionales. La verdadera motivación nunca se revela hasta el acto final, pero digamos que alguien intenta asesinar a la pareja derribando Air Force One, para utilizarlos como mártires y como motivo para derribar la OTAN.
Es una trama tan satírica y creíble como se puede conseguir hoy en día. Es una visión absurda y muy directa de la geopolítica moderna, que no requiere mucha reflexión, pero que te da la profundidad suficiente para comprender las partes importantes en movimiento. Es el cuerpo perfecto para apoyar las escenas de acción que giran en torno al dúo protagonista que se abre camino desde el hostil territorio bielorruso hasta la próxima reunión de la OTAN, todo ello en un esfuerzo por detener el plan final del gran arquitecto.
Hay elementos adicionales, como la hábil agente del MI6 de Priyanka Chopra Jonas, el loco agente de la CIA de Jack Quaid y el traficante de armas ruso de Paddy Considine, individuos que dan a la trama un poco más de variedad y permiten que la acción siga prosperando y ocupando el centro del escenario.
Y hablando de la acción, es quizás donde Jefes de estado más brilla, al ofrecer secuencias llamativas y memorables que, aunque poco creíbles, son agradables y divertidas de consumir. Recuerdan un poco a las escenas de acción de una película de Michael Bay, donde no están tan finamente coreografiadas como en una película de John Wick, ni son tan espectaculares como en Misión Imposible, pero te mantienen enganchado y deseando que llegue el siguiente momento explosivo.
No olvidemos tampoco el humor. Las películas de acción tienden a ser mordidas con el estilo de comedia Marvel que socava la emoción de una película, pero Jefes de estado consigue superar esto en su mayor parte al contar con un dúo protagonista muy carismático que trabaja junto sin esfuerzo. El compañerismo y la forma en que Elba y Cena rebotaban el uno en el otro en The Suicide Squad se mantiene aquí, proporcionando momentos hilarantes, ingeniosos y divertidos, algo a lo que contribuye especialmente la breve aparición de Quaid.
Por supuesto, los diálogos y el humor pueden resultar cursis, y se podría argumentar que el ritmo es quizá demasiado rápido, ya que a veces da la sensación de que la película avanza a una velocidad vertiginosa, dejando poco espacio para que florezcan emociones sinceras. Pero dicho esto, se ajusta al tema y a la factura, y el uso de un montaje creativo y de ángulos de cámara y técnicas de filmación permite que Jefes de estado mantenga constantemente tu atención, aunque el acento ruso de Paddy Considine te haga querer pulsar el botón de silencio cuando habla...
En resumen, 'Jefes de estado' es una película de acción sorprendentemente entretenida y divertida. Nunca se propone ni intenta ser nada más que una tontería explosiva, pero eso es también lo que hace que sea tan divertido seguirla durante dos horas. Es un ejemplo perfecto de acción tonta bien hecha, y si buscas algo que ver el fin de semana, esta es sin duda una forma agradable de pasar dos horas.