De alguna manera, encuentro algo distópico en una población mundial que va dando vueltas con unas gafas de sol con cámara y que documenta frenéticamente su propia vida cotidiana, todo ello en la búsqueda casi vacía de crear más contenido o hacer que la vida sea más compartible en las redes sociales. Pero simplemente está ahí. Y así, parece que avanzamos de manera natural hacia una distopía como la de Wall-E: perezosa, egocéntrica y despreocupada. Además, el hecho de que estas gafas con cámara las fabrique Meta no ayuda en absoluto, ¿o sí?
Incluso importantes creadores de contenido como MrMobile parecen estresados y casi amorales mientras corretean por un resort pagado por Meta y lo documentan todo a través de estas gafas. Todos los recuerdos se convierten en gifs y los guiños en fotos para el álbum. ¿Te es familiar esa sensación de cuando ves una grabación profesional de un concierto y todo está iluminado porque todo el mundo está grabando con el móvil en lugar de estar simplemente allí? Ya, pues imagínate esa sensación... todo el rato.
Suena como si estuviera rechazando rotundamente el concepto en sí, sin juzgar las gafas Ray-Ban de Meta por sus propios méritos, y en cierto modo, así es. Sin embargo, da la casualidad de que en los últimos años he añadido EV Hour, o más bien vídeos largos que tratan en profundidad los coches eléctricos, a mi currículum, y debido a esta ampliación de mi vida profesional, estas Ray-Ban son la herramienta más útil que he incorporado a mi pequeño surtido de equipo funcional de filmación.
Entonces, ¿cómo se aborda una reseña como esta? Desde mi punto de vista, estas gafas son el producto más completo, elegante y eficaz que he analizado en los últimos meses, aunque, al mismo tiempo, me da pánico que exista un mundo en el que toda la sociedad las lleve. ¿Te das cuenta del dilema?
En primer lugar, el diseño en sí es sublime. Hay infinidad de estilos diferentes y, del mismo modo que otras gafas de la marca, puedes intercambiar la lente de forma activa para modificar tanto la apariencia como la funcionalidad. Por otra parte, al igual que las "gafas inteligentes" de hace algunos años, las monturas son sorprendentemente finas y, a menos que te fijes detenidamente, de primeras no parecen ser otra cosa más que un par de gafas. El hecho de que podamos incorporar toda esta tecnología en un aparato tan pequeño que realmente pueda ajustarse al rostro sin generar un peso incómodo es impresionante.
Lo que te llevas es un par de gafas que alberga dos cámaras ultrapanorámicas en cada lado, con un total de 12 megapíxeles. Dichas cámaras pueden capturar imágenes en 3024x4032 o filmar a 1080p. Tanto lo fotografiado como lo grabado puede convertirse en archivos que puedes transferir a tu dispositivo móvil a través de una aplicación y, además, puedes hacer transmisiones en vivo de hasta 30 minutos con las gafas. Asimismo, incluyen altavoces direccionales situados en las patillas, lo que significa que podrás escuchar música o hacer llamadas de manera casi totalmente desapercibida por los peatones.
Tienen un almacenamiento de 32 GB, es decir, más de 100 videos en 30 segundos, se conectan por WI-FI 6 y cuentan con clasificación IPX4 resistente al agua. Ah, sí, también están equipadas con Bluetooth 5.2 e incluyen una funda de cuero con puerto USB tipo C. Ofrecen, también, un total de 36 horas de uso con una sola carga.
Así que, independientemente de si te gusta o no la premisa o el estilo de vida para el que están diseñadas estas gafas, es cierto que son alucinantes, y cuando te las pones por primera vez es impactante lo perfecto que se ve todo.
Sin embargo, hay algunos aspectos pragmáticos de los que me gustaría hablar. En primer lugar, estas gafas solo pueden grabar vídeos en modo retrato (en formato vertical), tal vez para que resulte más fácil su publicación en Instagram, pero es una pena que el usuario no tenga la opción de cambiar la proporción para adaptarla al contenido que quiera filmar. Esto es un problema más grave de lo que crees, ya que de esta manera Meta hace que los escenarios de uso sean mucho más limitados de lo que deberían ser. Por si esto fuera poco, para ciertas cosas, las gafas están ligeramente limitadas al ecosistema tan específico de Meta, es decir, solamente pueden enviar vídeos e imágenes aquellos que sean usuarios de Messenger y WhatsApp, y solo se pueden realizar transmisiones en vivo a través de plataformas de la empresa. Es frustrante cuando menos.
La parte frontal cuenta con una lucecita LED que indica de manera clara a los demás si estás grabando y, también, un sensor que se niega a comenzar una grabación si está tapado, por lo que no puedes grabar sin telegrafiarlo. Bien pensado. Las actualizaciones de firmware son prácticamente automáticas y, aunque la parte de IA "Hey Meta" no es tan útil en otros lugares como lo es en EE. UU. (no pude hacer que la función en la que la IA me explica lo que estoy mirando respondiera como debía), las gafas han realizado llamadas e iniciado Spotify sin problemas. El control de voz local tiene serias carencias, ya que dictar un mensaje es obviamente imposible, pero aparte de eso es una experiencia bastante interesante para el usuario.