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Rick & Morty tuvo su momento, pero hace tiempo que nos hace falta una alternativa a todas esas descarriladas películas de 10 minutos al estilo de Aqua Teen Hunger Force que se emitían por la noche. La joya australiana Yolo Swag Crystal Fantasy estuvo cerca, pero fue con la comedia absurda Smiling Friends cuando las leyendas de YouTube, Michael Cusack y Zach Hadel, encontraron el punto dulce con Adult Swim. Estrenada en 2022, Smiling Friends fue un éxito rotundo y la segunda temporada sigue poniendo una sonrisa en la cara de este redactor.
La trama es relativamente sencilla. El cínico Charlie y el optimista Pim trabajan para una organización benéfica llamada Amigos Sonrientes, donde el críptico Sr. Jefe envía a los chicos con una única misión: hacer sonreír a la gente. Pero hacer feliz a la gente no es tan sencillo en la caótica pesadilla que Hadel y Cusack han urdido con sus compañeros creativos como Harry Patridge, la pandilla de Redlettermedia y muchos más colaboradores. Para los que crecimos con la época de Newgrounds y la cultura de Internet de las décadas de los 2000 y 2010, esta es una auténtica carta de amor a todos los búhos incondicionales de Internet. Una carta cálida, violenta y retorcida.
Hay tanta mitología oscura de YouTube y escenarios surrealistas que no podrás evitar caer de rodillas y boquiabierto como un paleto. En un episodio, seguimos a un científico loco llamado Profesor Psicótico que intenta crear un homúnculo inyectando su ADN en un huevo de gallina (?!), mientras que en el siguiente nos lanzan a un infierno de alto estrés animado por Flash, y en otro nos asquea un presidente con pañales que compite con una rana asesina que pulveriza a la gente con granadas Goblin. No siempre sabes lo que pasa por las cabezas de Hadel y Cusack, pero es divertido y deliciosamente libre de toda razón y cordura.
Smiling Friends es la frontera entre lo extraño y lo realista, donde el humor a menudo reside en lo incontrolable que es el puro caos en el que viven Charlie y Pim. Smiling Friends se rige por ciertas reglas, pero es sobre todo una vía de escape para la caprichosa narrativa de los creadores, en la que nunca sabes lo que puede salir de la caja de juguetes narrativa de Hadel y Cusack. Todo ello resulta refrescante y sin pretensiones, y la alegría de los creadores por contar historias se refleja también en los diversos estilos de animación, que mezclan a la perfección actores de pantalla verde con criaturas de plastilina, o en los movimientos de manos innecesariamente detallados y los manierismos peculiares.
Por desgracia, la segunda temporada solo tiene ocho episodios y será un fastidio tener que esperar tanto para la siguiente, pero está inteligentemente bien hecha y merece la pena verla una y otra vez gracias a su humor único, su histérico diseño de personajes y su excelente sincronización. Smiling Friends es experimental, absurda, acertada y en ocasiones brillante si conoces tus raíces de Internet, lo que la hace destacar realmente entre toda la animación cínica para adultos.
Gamereactor España
