Análisis de Resident Evil: Revelations

Las cadenas distintivas del ADN de Survival Horror y Action Horror, las dos etiquetas de género que se ha ido cambiando la serie durante sus 17 años de historia, se entrelazan y entremezclan eventualmente.

Como tal, esto podría ser menos una parada experimental entre lanzamientos principales y más un significativo prólogo para el juego de noviembre: lo que se promete en Resident Evil 6 se demuestra ya aquí con bastante éxito.

Es un paso lógico para la serie, y esas hebras distintivas de jugabilidad se van complementando, entrelazadas a través de tres perspectivas y marcos temporales fracturados (esa estructura ayuda a los giros en la trama y a dividir los estilos de juego equitativamente) para otorgarle a la franquicia un futuro creíble. La división deja golpes más largos de Survival Horror, cuando Jill y su nuevo compañero Parker investigan el casi infinito laberinto del interior de un barco, intercalados con pequeños estallidos de acción, cuando cambiamos a la pareja de los BSAA en otro lugar.

Durante casi todo el rato, esta técnica está equilibrada de forma magistral, con los cambios sucediendo con la suficiente regularidad como para mantener tu interés constantemente. Adicionalmente, los saltos desde ahorrar munición y explorar en tensión hasta consumir cargadores de rifle y realizar asaltos en zonas abiertas demuestran que las dos dinámicas pueden funcionar en sintonía para ofrecer una experiencia más rica.

Los estilos que se van alternando no se intercambian sutilmente, sino que las tres historias forman la columna vertebral de un Resident Evil por episodios, cada una dividida en capítulos. Si vuelves a empezar o continúas, cada una está precedida por una escena "Anteriormente en Resident Evil..." que por suerte se puede saltar.

Los Rankings que aparecen después de cada capítulo descubren tiempos que al principio oscilan entre breves y extremadamente cortos. Pero Revelations no ha sido mutilado por este cambio de formato: pronto verás que los cronos marcan medias horas y hasta horas completas. El jugador medio encontrará un tiempo de unas ocho horas en el perfil de su partida guardada antes de llegar al final de la campaña principal. El juego ofrece dos ranuras de salvado, ambas borrables, por si aún te preocupaba el famoso caso Mercenaries.

Y ya que mencionamos Mercenaries, el mini-juego de Resident Evil que se convirtió en un lanzamiento completo en tiendas, Revelations incluye su propia versión, que se libera cuando le das la primera vuelta a la historia.

El Raid Mode divide cada sección de la campaña principal, te propone dos escalones de dificultad, coloca unas barras de energía sobre cada enemigo y te permite desbloquear y mejorar personajes y armas para ir subiendo puestos en las clasificaciones, e incluso jugar con amigos en local y online (aunque esta última opción no estaba activa para este análisis, es algo que tocaremos en portada en unas semanas).

Las mejoras para las armas también se pueden recolectar en la campaña, aportando daño extra, mayor tasa de disparo y munición ampliada para tu arsenal preferido. El juego limita las armas que puedes llevar a tres a la vez (las granadas van aparte), pero las clásicas cajas de suministros vuelven en esta ocasión, entrelazando tu equipamiento con otras cajas similares en el barco.

Para Jill y Parker hay poquita munición: tener que ahorrar balas o salir pitando de los enemigos podría ser un paso atrás para la serie, pero sin duda ese paso es en la dirección correcta. Junto a los importantísimos head-shot, que se ejecutan desde una perspectiva en primera persona que sube la tensión, hay que aprender a esquivar a los enemigos y a realizar los ataques cuerpo a cuerpo, todo para ahorrar aún más munición, base de todo el sistema de combate.

Sin embargo, el mayor fallo del sistema llega cuando intentas equilibrar la falta de balas con un movimiento de esquiva que da bastantes problemas. Este mecanismo se explica en un sub-menú sobre los controles desde el principio, pero no se introduce como una mecánica necesaria del sistema de juego hasta que una secuencia marcada por el guión te deja desarmado.

Es una mecánica que, sumada al mayor énfasis de Revelations en el terror y en las apreturas de los pasillos y los calabozos, debería dotar de una incómoda inmediatez a los encuentros con los monstruos.

Pero resulta que su introducción es algo torpe, lo que lleva a un bucle de quince segundos, contra un monstruo que hace embestidas, en el que te matan una y otra vez. Incluso con el texto en pantalla, no queda muy claro cuándo ejecutar el comando. La táctica se olvida y la incertidumbre deriva en abandonar este movimiento.

En este caso había una salida: decidimos rodear la bestia como siempre y absorber el ataque, dejándonos con cinco minutos de pantalla teñida de rojo hasta la siguiente hierba medicinal. Y aun así, la impaciencia se paga muy cara. Más adelante dimos con una batalla de jefe en la que la supervivencia depende de usar ese movimiento para agacharse ante sus cargas. Quizás nos salió uno de cinco.

Mucha mejor incorporación es el Genesis, una plataforma para escanear ítems que no quedaría fuera de lugar en Dead Space, pues descubre objetos secretos cuando lo pasas por el interior de salas en primera persona. Se ha diseñado para que parezca pesado e incómodo, pero te garantiza una recarga de salud con cada 100% que acumules de escanear enemigos. Además, es un pasatiempo entretenido respecto a la exploración de toda la vida y los pequeños puzles basados en la pantalla táctil.

El diseño de enemigos es de calidad variable. El bicho estándar, el que encuentras en el barco repleto de bio-terrores, no tiene el gancho de un buen zombi clásico. Con su piel blanca y pura y su extraña papada puede quedar bien sobre el papel, pero no consigue suponer una amenaza en la pantalla. A su superficie lechosa le falta detalle y, por lo tanto, presencia: su luminosidad natural frente a la oscuridad de los entornos podría ofrece un apuntado más fácil, pero sugiere un diseño sin terminar. Sus versiones evolucionadas y los jefes, por contra, son geniales, con los artistas inspirándose en las criaturas marinas y encontrando una nueva fuente de pesadillas para aterrorizar.

Visualmente, el juego ofrece uno de los mejores panoramas de la consola portátil. La Queen Zenobia, embarcación donde se desarrolla gran parte del juego, y el último caso a desenredar por la BSAA, ofrece las zonas de lujo que uno debería encontrarse en un crucero, mientras que el sistema de iluminación fortalece el efecto 3D. La banda sonora también es la mejor que hemos escuchado en la serie desde hace bastante tiempo.

Resident Evil: Revelations es el primer juego que ofrece compatibilidad con el segundo stick analógico del Botón Deslizante Pro. No hemos podido probarlo durante nuestro análisis, pero realmente lo echamos poco en falta para manipular la cámara: sólo algún movimiento raro para contemplar los alrededores y apreciar las habitaciones más sorprendentes del interior de la nave. Así que tampoco pienses que te pierdes mucho.

Entonces: las mecánicas clásicas de la franquicia con algunos extras, algunos que funcionan y otros que no. Pero ese hecho no fue suficiente para evitar que quisiéramos acabar la campaña y ver qué sorpresa aguardaba a cada paso, ya fuera de la historia o a nivel de juego. Eso ya lleva un tiempo considerable en la primera vuelta, lo que sumado a las recompensas desbloqueables por cumplir requerimientos in-game y al modo adicional que ofrece unas horas adicionales perfeccionando los movimientos para conseguir calificaciones "S", Revelations es mucho más un Resident Evil a escala completa que un spin-off mediocre.