Saber Interactive, conocido por sus juegos MudRunner y SnowRunner, da un paso lógico con RoadCraft. El juego pasa de la entrega de suministros a la construcción, siempre con las condiciones desafiantes habituales.
RoadCraft se parece en muchos aspectos a los juegos anteriores de Saber. El jugador sigue poniéndose al volante de grandes vehículos para ir del punto A al punto B. La idea clave de estos juegos nunca es el destino, sino el viaje en sí. Cada año, el motor de física mejorado crean la ilusión de que estos gigantes de metal a nuestros mandos pesan toneladas, por lo que se exige mucha maña.
Esta vez, el jugador (o los jugadores) están al mando de una empresa de construcción especializada en tareas especialmente difíciles. Desde la primera misión de la campaña, queda claro que conducir sobre asfalto es un lujo que no valoramos lo suficiente, ya que todo, desde los caminos a los baches, e incluso el tiempo, te hará el trabajo imposible. Al igual que en entregas anteriores, RoadCraft no es un juego para impacientes, ya que se puede tardar un buen rato en recorrer incluso una distancia corta. Además, las prisas te pueden jugar una mala pasada, ya que tu motor puede quedar ahogado por el agua o el vehículo puede volcar de lado. A veces, un poco de barro es suficiente para encallar por completo tu vehículo...
Como novedad, ahora los jugadores tienen que crear rutas seguras para sus camiones controlados por la IA. Esto suele implicar mapear primero la zona con un jeep, y construir una ruta. Una vez creada, los convoyes de camiones partirán automáticamente por ella. Si todo va bien, empezarán a entregar materias primas en nuevas zonas sin que el jugador tenga que conducirlos hasta allí él mismo.
Esto hace que el multijugador cobre más sentido. Jugando solo, tienes que gestionar toda la flota de vehículos uno a uno, donde los errores suelen ser permanentes. Con amigos, la acción se acelera, y trabajaréis juntos en, por ejemplo, asfaltar una carretera, con una persona volcando los materiales y otra rodándolos suavemente por detrás. Un cabestrante que se engancha a varios objetos (y al vehículo de un amigo) también vale su peso en oro. Si lo juegas solo, lo encontrarás mucho más duro.
A pesar de algunos problemas menores de velocidad de fotogramas, RoadCraft se juega bien e incluso es bastante bonito a la vista, si los terrenos ruinosos despiertan tu interés... Los siete mapas del juego ofrecen una buena variedad de terrenos, desde desiertos a tierras altas lluviosas de inspiración escocesa. Todos tienen algún rastro de devastación o decadencia, pintando un fondo deprimente donde nuestros trabajo de reconstrucción puede marcar la diferencia. Si esperabas escuchar horas y horas de grandes motores diésel, el apartado sonoro no te decepcionará. La banda sonora se inclina mucho del lado de las pistas de acompañamiento sin mucha identidad.
Aunque la historia de RoadCraft trata sobre dirigir una empresa, podría ser fácilmente un juego sobre ayuda en catástrofes. Su premisa es una extensión lógica de las producciones anteriores de Saber, y sirve de excelente motivación para construir carreteras y reparar infraestructuras. Los juegos tienden a fomentar la destrucción sin paliativos, así que reparar esa destrucción es un refrescante cambio de ritmo.