Este verano llega a PC Roguebook, un roguelike con mazos de cartas que no debe pasar desapercibido porque entre sus hacedores está Richard Gardfield, padre de Magic: The Gathering. Trata sobre las vivencias de un grupo de héroes que se han quedado atrapados en el Libro del Saber de Faeria. Si te suena el nombre es porque el universo de juego lo pone Abrakam Entertainment y es Faeria - Chronicles of Gagana. Con estos mimbres, cada uno se construye su mazo y se lanza a la batalla a base de turnos en mapas que cambias en cada ocasión. Se estrena en junio, pero quienes lo compren por adelantado van a poder probarlo en formato demo, la misma que yo he jugado.
Aquí hay dos tiempos, que son explorar su mundo exterior hexagonal y combatir en las batallas de cartas recreadas en 2,5D. La base del sistema de combate se pilla rápido, pero hay un algo más profundo que se ve venir. Cada jugador dispone de un número de puntos de acción por turno para gastar en las cinco cartas que tenga en su mano. Un rasgo diferenciador es que son cinco nuevas en cada turno y se desechan las no usadas en el anterior.
Las cartas del mazo pueden ser de ataque o de defensa, y cuando el enemigo está en su turno se puede ver sobre la cabeza de los personajes si el movimiento irá en un sentido o en el otro, o si va a descansar. Hacer todo movimientos ofensivos puede generar mucho daño, pero te deja muy expuesto a un contraataque del enemigo. Además de los puntos básicos, en los naipes también puede haber escrito algún efecto añadido, como puede ser potenciar a los aliados o hacer daño de sangre.
Una vez terminada una batalla toca volver al mundo central, representado en una perspecitva aérea y un diseño que simula el tablero de un juego de rol de mesa sobre el que se colocan muñecos. Solo las zonas cercanas al personaje son visibles, ya que el resto están cubiertas de niebla y solo se airean utilizando ítems ganados en los duelos. La importancia de rebuscar por todos lados es que hay que encontrar oro con el que comprar cartas, pociones de salud y algunos objetos raros con atributos positivos para los personajes que los lleven equipados.
Como la colocación del mapa es random, nunca sabes lo que te vas a encontrar al explorar, y esa sensación de riesgo es muy buena. Porque si caes es una trampa enemiga puedes perder en el combate y toca empezar otra vez (que para es roguelike), pero es que hay cartas muy interesantes y el oro no crece en los bolsillos estando en el sofá. Cuanto más lejos del origen, más presión pero también mejor equipamiento, y ni se te ocurra ir al jefe de un capítulo sin la preparación adecuada.
La derrota no supone la pérdida total y el reinicio desde cero. Al menos te llevas cierto elementos que ayudan a llegar un poco más lejos en el siguiente intento. Para empieza, si tienes suerte, al explorar darás con algún pergamino desperdigado y sirve para desbloquear habilidades nuevas en el árbol de habilidades general. Son ventajas permanentes, para siempre, como empezar con más oro o que la recompensas de los cofres sean más abundantes. Además, cada héroe utiliza acumula puntos de experiencia con los que va subiendo de nivel, que es el camino para ir ganando acceso a cartas nuevas.
Otra capa de profundidad de Roguebook está en los propios personajes que pueden apuntarse a la aventura. Cada héroe tiene su propio árbol de habilidades y unas 50 cartas única, más las sinergias que hay que descubrir al ponerlos los unos con los otros y usar determinadas técnicas. Además se adaptan al número de cuántas cartas que te quedan. Por ejemplo, con 14 se gana un punto de habilidad que hay que asignar o bien a un héroe o bien a toda la party. En esta demo, todo lo de los personajes estaba muy concentrado y solo pude sacar a otro héroe de acompañamiento, Soroco. Este semiogro es muy fuerte y me sirvió para esconderme detrás de él muchas veces, a lo tanque.
De todas estas partidas, la duda más grande que me dejó fue si el resultado dependía más de la suerte que del saber hacer. Es cierto que con los roguelikes aleatorios es un factor que siempre está ahí, pero me fui con la sensación de que afecta mucho más que en otros títulos similares. Porque había partidas en las que me lo pasaba con la boina y otras en las que me mataba el segundo enemigo del mapa. También es muy aleatorio lo que te vas a encontrar al descubrir una parte del mapa, pero en este caso sí tiene más sentido que en el propio combate.
Roguebook es una mezcla curiosa de género y estaré en catado de volver a jugarlo en cuanto llegue otra versión, especialmente si han equilibrado la sensación de autonomía en los combates. El sistema es sencillo, se coge rápido, pero obliga a asumir riesgos y eso le da puntos de intensidad. Solo quedan unos meses para su estreno definitivo, que será el 24 de junio en PC.