Análisis de Rune Factory 5

Hacía tiempo que Harvest Moon no aparecía en escena. Claro, hay juegos que salen cada pocos años, pero el apogeo debió ser durante la generación de consolas con la primera Playstation. Después de eso, los juegos similares han sido bastante escasos. Donde podemos cuidar de nuestra propia granja mientras exploramos el pequeño pueblo en el que vivimos y hacemos amigos. Entonces llegó Stardew Valley y golpeó la escena con fuerza. De repente, el género tenía una nueva vida. Eso hizo que los desarrolladores detrás de la serie Rune Factory se dieran cuenta de que tal vez un nuevo juego de la serie sería algo bueno. En 2019, lanzaron Rune Factory 4 Special (en Japón; 2020 en Occidente), pero era solo un reinicio de un juego lanzado hace diez años para Nintendo 3DS. Los desarrolladores Neverland Co. quebraron en 2013, pero el productor Yoshifumi Hashimoto fundó el estudio Hakama en 2018, y son los que están detrás de este juego.

Si te preguntas qué es Rune Factory, realmente no hay mejor descripción que la de que es como Stardew Valley (o Story of Seasons), sólo que con todos los personajes de rol japonés. Hablando de eso, inmediatamente se nos ofrece lo que a los creadores de juegos de rol les encanta utilizar, es decir, la pérdida de memoria del personaje principal. Entiendo que es una forma de que el jugador aprenda todo sobre el mundo al mismo tiempo que el protagonista, pero se está volviendo bastante rancio. Por favor, haz algo más. ¿Por qué el personaje no puede haberse trasladado allí desde algún lugar lejano? Luego nos lanzamos directamente a la rutina diaria. Nuestro personaje dispone de un pequeño espacio para utilizarlo como su propio jardín, pero, por supuesto, está lleno de maleza, troncos y piedras. Se trata de vigilar los cultivos y regarlos todos los días para que no se mueran. Una vez que las plantas están listas para ser recogidas, puedes venderlas o guardarlas como medicina o similar. Sin embargo, no se trata de un "construye tu propia granja" como lo es Stardew Valley, sino que se centra en la vida cotidiana del pueblo. Entonces la historia es mucho más japonesa y se centra en descubrir quién eres y por qué has aparecido aquí y ahora.

La historia en sí no es nada para colgar en el árbol de Navidad y es algo floja. Sin embargo, al final se pone en marcha cuando aparecen más personas con amnesia, entre otras cosas. En general es una historia bastante buena, pero no genial. Pero largo, es. Si sólo quieres recorrer la historia principal y saltarte todo lo demás, espera 35-40 horas. Pero al mismo tiempo, te hace perder una gran parte del juego. Como hacerse mejor amigo de un montón de habitantes raros.

Para mejorar las relaciones con los residentes, hay que comprobar la situación de vez en cuando, tal vez ofrecer un regalo y realizar pequeñas tareas que hayan colgado en el tablón de anuncios. Algunos de estos habitantes son entonces casables si lo deseas y tienes un estatus de relación lo suficientemente alto. Uno de ellos es un súcubo y no creo que quiera saber cómo será esa relación. Nuestro personaje, que puede ser hombre o mujer, rescata a uno de los habitantes de la aldea de Rigbarth durante la introducción del juego al funcionamiento de los combates. Y es en Rigbarth donde pasamos nuestros días, ya que se nos invita a unirnos a Seed, un grupo de cazadores. Cada uno de nuestros héroes tiene la tarea de cuidar su pequeña zona ajardinada, que cada vez se hace más grande, ayudando a los habitantes y luchando contra los monstruos para que el pueblo quede en paz. Esto se hace a lo largo de cuatro temporadas, cada una con cuatro semanas que constan de seis días. Cosas como el clima afectan a cómo crecen tus plantas y a lo que hacen los habitantes del pueblo. Algunos personajes están en el mismo lugar casi todos los días, como los comerciantes, mientras que otros vagan más libremente. Para evitar que el pueblo se sienta demasiado desolado, se han introducido personajes que simplemente pasean. Es fácil hablar con ellos, pero por lo demás son personajes genéricos.

Otra de las grandes partes del juego son las batallas contra los monstruos. El sistema de combate no es nada nuevo ni revolucionario y realmente se puede jugar machacando honestamente los botones, pero lo mejor es la variedad. Hay muchas armas diferentes, que puedes crear tú mismo con los materiales recogidos, desde espadas pesadas si quieres ser el que va a toda velocidad hasta varitas si quieres sentirte como un mago. Se pueden añadir diferentes rasgos o magias con las armas para construir un personaje y un estilo de juego que se adapte a ti. Hablando de monstruos, se pueden capturar y convertir en tus propias mascotas. Si consigues capturar a un monstruo en una batalla, acabará en tu granja y, al hacerte más amigo de él, podrás llevarlo a la batalla. Pero también es posible que hagan trabajos en tu granja para facilitarte la vida. ¿O por qué no montar uno? Cualquier cosa que se haga en el juego hará que el personaje suba de nivel en diferentes categorías. La defensa sube después de haber sido derrotado suficientes veces en las batallas, por ejemplo. Cada categoría mejora las habilidades del personaje, así que incluso las más innecesarias (como subir de nivel para dormir) son importantes.

Pasemos ahora a lo que considero el mayor problema de Rune Factory 5. Los gráficos. Claro, no espero obras maestras en un juego para la Nintendo Switch, pero igualmente espero que no sea feo. Y Rune Factory 5 es feo. A veces atroz. Es muy borrosa y los entornos no están muy bien hechos. En un juego que tiene tanto contenido, es triste que sea difícil de ver. Sobre todo teniendo en cuenta que las cutscenes, realizadas al mejor estilo anime, son realmente bonitas.

Rune Factory 5 intenta ser muchas cosas diferentes en un solo paquete, pero lamentablemente ninguna de las partes es excepcional. Hay muchísimos juegos de rol japoneses mejores. Para una mejor experiencia agrícola, no busques más que Stardew Valley y casi diría que Animal Crossing: New Horizons es una mejor opción cuando se trata de construir y cuidar un pueblo. Demasiados cocineros, ya sabes. Sin embargo, es un juego único que se puede jugar de muchas maneras diferentes.