¿Se ha estancado la revolución de la Realidad Virtual antes de empezar?

El precio de venta del Oculus Rift ha sido un golpe de realidad real para los defensores de la RV. Quizá la nueva era arranque este año, pero nos cuesta creer que vaya a llegar al gran público como la revolución que se anunció. Desde luego, no será así con un coste de entrada de 700 € (además de otros 1.000 € aproximadamente por un ordenador compatible). La mejor baza para entrar en el mercado general en 2016 la tiene PlayStation VR, ya que la inversión inicial en hardware (PS4) es bastante menor de lo que requiere Oculus Rift o HTC Vive.

Aún no sabemos cuánto cobrará Sony por su casco de Realidad Virtual, pero nos sorprendería mucho que fuera más caro que Oculus Rift; teniendo en cuenta que Sony es dueña del ecosistema completo, pueden contar con más beneficios resultantes de vender el hardware (de la consola y no tanto del headset), mientras que el espacio de mercado de los juegos de PC es bastante más complicado (y Oculus no recibirá un porcentaje significativo de cada juego que se compre para el casco). Aun así, Sony está en posición de poder permitirse vender cualquier cosa a pérdida, y es poco probable que PlayStation VR le parezca "barato" a nadie, aunque el precio del Oculus Rift ayude en comparación.

Ahora bien, en Oculus VR son culpables de algunos errores de comunicación bastante atroces: no se puede decir que "rondará los" o costará "más de 270 €" si sabes que va a costar 700 €. Porque claro, aunque 700 euros son técnicamente "más de" 270 euros, nadie en su sano juicio que oiga que va a costar "más de 270 euros" se imagina que el precio de mercado será de 700 euros. Ellos mismos se han buscado esta situación, ya lo han reconocido, y aunque la preventa está yendo bien (al menos según Oculus, no hay otros indicadores imparciales), la coyuntura en la que se encuentran se podría haber evitado fácilmente.

Pero mirado desde una perspectiva más amplia, tiene sentido. Oculus está trabajando con Samsung en las Gear VR, un básico barato para introducirse en la Realidad Virtual, así que tiene lógica que hagan de Rift el verdadero producto premium. Y también es una garantía (o eso esperamos) para una de las mayores preocupaciones que cualquiera tendría al gastarse 700 € en un Rift esta primavera: ¿cuánto tiempo va a pasar hasta que lo sustituya una versión superior? ¿Durante cuánto tiempo recibirá soporte? ¿Se podrá jugar a los juegos de RV más avanzados para PC en 2018 con esta versión de Oculus Rift? La cosa no está clara, pero lo que sí está claro es que Oculus no tiene control total sobre lo que ocurrirá o sobre cómo elijan los desarrolladores dar soporte a los kits más antiguos. Cuanto mejores sean los componentes, mayores son las posibilidades de que tu Oculus Rift aguante el paso del tiempo, pero no hay ninguna garantía de cuándo quedará obsoleta esta tecnología, y menos a la velocidad que evoluciona hoy por hoy.

Por ahora, Oculus Rift es algo que los entusiastas con mucho capital disfrutarán; pero aún está por ver si hay suficientes entusiastas ahí fuera para mantener un mercado sano que permita bajar los precios más adelante, con lo que se puedan abrir a un mercado más amplio.

Hay mucho escepticismo en cuanto a la RV en la comunidad de videojuegos, y si nos lo planteamos como un negocio, tienen motivos. Los periféricos tienen una historia oscura en la industria y son muy pocos los que han conseguido salir bien parados, tanto como sistema de juego como comercialmente. También los hay que simplemente odian por odiar. Podríamos discutir cuántos de ellos han probado las versiones preparadas para consumo de PlayStation VR, Oculus Rift y HTC Vive, pero no viene al caso. Se resisten a cualquier cosa que sea nueva y diferente. "Yo no quiero jugar a videojuegos de esta forma, así que lógicamente nadie más puede hacerlo". Está de más decir que es un razonamiento ridículo, pero incluso le pasó a la Wii, pese a su fenómeno de 100 millones de consolas.

Está genial en todos los aspectos que se prueben y exploren cosas nuevas. El hecho de que nos entretengamos con un juego de Pong no nos excluye de sentirnos tentados por la idea de un futuro con videojuegos en holocubierta. Estoy seguro de que hasta disfrutaríamos de un Pong dentro de una holocubierta, aunque no haya nada como jugarlo en la máquina original. No vamos a malgastar tiempo en la gente que piensa así, pero sí hay que dejar claro que existe esa resistencia automática, ya se trate de escepticismo sano hacia las perspectivas comerciales o de reticencia a aceptar nada que sea nuevo y diferente. Me parece bien: no todas las vertientes de la industria de los videojuegos son para todo el mundo.

Lo que sí consigue el precio del Oculus Rift es quitarle presión a la competencia, dando como siempre el primer paso. Aunque siempre ha parecido que Valve y HTC tenían el paquete más caro, con el sistema Lighthouse y los mandos SteamVR además del headset, quizá ahora puedan ponerle un precio más competitivo, dependiendo de cómo vendan los distintos lotes posibles de hardware. Para Sony, la cosa pinta mucho mejor, naturalmente. Aunque el precio del casco de PlayStation VR podría acercarse bastante al de Oculus Rift (Sony no se ha cortado nunca con los precios), al menos no se van a ver demasiado minados por un competidor impulsado por dinero de Facebook.

El hecho de que haya 36 millones de PS4 en el mercado (como referencia, Nvidia estima que habrá 13 millones de ordenadores preparados para Oculus para cuando llegue el lanzamiento de Rift), y que el precio de una PS4 sea considerablemente menor que el de un ordenador compatible con Realidad Virtual (unos 400 euros frente a 1.000 y pico) es una buena ventaja ahora que comienza la carrera de la RV. Luego habrá que comparar lógicamente tecnología y calidad precio -Oculus no ha tardado en decir que PSVR es inferior, pero el caso es que las preventas se acumulan aunque no se haya anunciado ningún precio oficial, y nos sorprendería mucho que PlayStation VR no fuera la mayor plataforma de Realidad Virtual para cuando acabe 2016 (a no ser que el precio sea mucho mayor que el de Oculus Rift). Valve y HTC son el comodín. Lo que hemos probado nos ha gustado, pero si bien es fácil ver cómo están posicionando Sony y Oculus sus respectivos productos, lo que Valve y HTC se guardan en la manga sigue siendo un misterio. ¿Estará desarrollando Valve una increíble app o juego para RV? ¿Hasta dónde van a llevar el sistema Lighthouse, algo que podría descartar más usuarios que ningún otro requisito del sistema exigente?

Y hablando de comodines, cuesta imaginarse que la alternativa 'indie' de OSVR (open-source VR, Realidad Virtual de código abierto), apoyada por un producto oficial de Razer, pueda competir al nivel de los grandes. Pero ¿quién sabe? Quizá el modelo de código abierto sea más atractivo para el público. Y si vamos más allá, también tenemos un posible competidor como el StarVR de Starbreeze Studios, que desde el punto de vista tecnológico ofrece algo ligeramente distinto y que nos impresionó cuando lo probamos por primera vez. Pero nos estamos adelantando a los acontecimientos, porque ahora mismo solo estamos a las puertas de ponernos el casco y las gafas.

Sigue habiendo mucha incertidumbre mientras la industria de los videojuegos busca expandir sus fronteras en 2016 y abrirse por completo a la RV. La tecnología es impresionante, pero ¿hay un mercado lo suficientemente grande como para respaldar cascos de 700 €? No lo sabemos, pero será emocionante seguir el curso de los acontecimientos, y así lo haremos en Gamereactor: los videojuegos necesitan cambios constantes, ampliar miras y evolucionar; si no, aún estaríamos todos jugando a Pong con paletas. Sin embargo, lo que de verdad triunfará y prevalecerá es más difícil de predecir.

Puedes ver nuestras impresiones del E3 tras probar varios de los productos que compiten entre sí a continuación: