Análisis de Slender: The Arrival

Creado en un foro sobre edición fotográfica en 2009, Slender Man fue el producto de un concurso en el que ganaba la imagen más terrorífica. Aunque originalmente no era más que una silueta borrosa, Slender Man se convirtió rápidamente en un icono, en una leyenda mítica moderna.

Docenas de 'fan fictions' y vídeos de Youtube son la prueba de lo rápido que creció esta historia de terror contemporánea. En junio de 2012 el primer juego de Slender Man vio la luz como Slender: The Eight Pages. Es un juego muy corto y sencillo, en el que los jugadores deben recolectar las ocho páginas dispersas por un bosque antes de que les pille Slender Man (algo así como "el hombre delgado"). Pese a contar con un presupuesto muy reducido y a tratarse más de una demo técnica que de un juego completo, The Eight Pages coleccionó elogios y originó un considerable seguimiento.

Slender: The Arrival pretende sacar provecho del éxito inesperado y popularidad del juego original. Versión mejorada y extendida más que una continuación, contiene más áreas a explorar, gráficos refinados y un audio todavía más acongojante. La atmósfera escalofriante y la constante sensación de peligro lo convierten en un videojuego de miedo puro y duro.

Los perturbadores entornos se acercan al fotorrealismo. Imponentes bosques, edificios abandonados, cavernas estremecedoras se exploran en pos de rescatar un amigo y con la intención de vencer al siempre acechante Slender Man. La pantalla se presenta como si estuvieras mirando por una videocámara, y cuando se acerca el peligro la imagen se distorsiona fuertemente indicando que es hora de correr. En pleno pánico, salir corriendo provoca desenfoque de movimiento (motion blur). Estos efectos hacen un buen trabajo para resaltar la confusión y conseguir que los horrores que no se ven parezcan una fuerza tangible.

El estilo visual es impresionante, pero es el diseño de sonido lo que genera de verdad la tensión. Algunos de los momentos más terroríficos de The Arrival se producen cortesía del audio. Un zumbido que emana constantemente se ve interrumpido ocasionalmente por gemidos, gritos, risitas, pisadas y chisporroteos electrónicos. En cuanto se encuentra una nueva pista, otro sonido se suma a la mezcla, de modo que al final de la fase el conjunto sonoro ya es una impactante y espeluznante cacofonía.

A Slender Man no se le puede hacer daño, por lo que en lugar de armas el único objeto utilizable es una linterna con dos modos de alumbrado: amplio o lejano. Los esbirros de Slender Man también aparecen en The Arrival, y como su maestro son letales e invulnerables. Así las cosas, queda una constante sensación de impotencia al saber que la única opción es salir corriendo; haber podido emplear armas de fuego habría entorpecido la elaborada sensación de peligro. Y no esperes piedad, pues los enemigos pueden aparecer en cualquier lugar y te pillarán por sorpresa en más de una ocasión. Para sobrevivir hace falta bastante suerte, pero los jugadores más ingeniosos aprenden a leer las sutiles indicaciones y anticipan lo que merodea más adelante para mejorar sus opciones.

El temor a lo desconocido es lo que hace al personaje de Slender Man tan terrorífico. Aunque la campaña sólo dura unas pocas horas, pasar todo ese tiempo con él reduce el impacto que tiene sobre el jugador. Y si le quitas el miedo a este juego de miedo, lo que queda no es muy impresionante. Los controles van bien casi todo el rato, pero como lo único que se puede hacer es caminar, correr y mirar alrededor, no habría excusas para lo contrario.

El enfoque y objetivo de cada fase es casi idéntico. Los jugadores pasan por escenarios cada vez más inquietantes en busca de cierto número de objetos. La campaña es corta, y aun así el sistema de juego de repetir todo el rato lo mismo se hace pesado. Puede que cambien los decorados, pero no las acciones. Algunos coleccionables y zonas secretas ofrecen algo de historia adicional y revelan algo más sobre el misterioso Slender Man. Son buenos extras, pero cuanto más te rezagas, más cerca estás de que te pille, así que es fácil pasarlas por alto.

La primera partida a Slender: The Arrival puede ser de las más inquietantes y tensas que has echado en un juego de miedo en los últimos años. Por eso es una pena que, cuanto más tiempo pasas con él, menos interesante se hace. Una campaña muy corta, un sistema repetitivo y unas mecánicas limitadas lo hacen difícil de recomendar, pero los fans del terror y los jugadores que busquen una atmósfera bien calculada podrían querer pasar una o dos noches intentando escapar de las garras de este monstruo depredador.