Starfield

Incluso contando desde hace casi dos semanas con él, me ha resultado toda una hazaña y una lucha contrarreloj completar mi primera partida en Starfield. Porque, aunque el juego ofrezca un objetivo más o menos claro para la campaña principal (o, al menos, nunca te sientes perdido del todo con ella) es tan fácil perderse entre las estrellas explorando, luchando, conversando y descubriendo mundos nunca antes hollados por el hombre que siento que solo he arañado una minúscula parte de lo que este título puede ofrecer.

Para empezar, aquí no empezaremos siendo el último morador de un refugio antinuclear o siendo el Sangre de Dragón destinado a salvar Skyrim de cualquier amenaza. No. Aquí podemos ser lo que queramos. Bien sea un experimentado piloto, un asesino de una facción adoradora de la gran Serpiente, o también podemos ser un simple minero, o un chef, que solo quiere sobrevivir en una galaxia que vive en una paz agitada. El editor de personaje que, aunque en Bethesda insistan en que es el más completo de todos los que han creado desde Oblivion, a mí me ha resultado un poco áspero. Porque el problema aquí (y el principal problema que tengo con Starfield) es que va lastrado por un motor tan parcheado que siento que llevo el mismo rostro desde hace... bueno, demasiados años. Pero dejando a un lado la apariencia física del personaje y de lso NPC, el editor te deja elegir trasfondo o las habilidades iniciales. Sí, es una iteración sobre lo que ya dejaban hacer en Fallout o The Elder Scrolls, pero aquí permea más en la experiencia de juego, y habrá muchas situaciones en las que nuestro mundo de origen, nuestra profesión o nuestras habilidades abrirán nuevas formas de sortear situaciones, e incluso evitar el combate.

Y esto solo es una muestra más de que en Bethesda son los mejores creando historias que brinden libertad al jugador. He dedicado cientos de horas a sus títulos, o puedo asegurar que nunca había encontrado tantas cadenas de misiones opcionales, secundarias e incluso recados que estuvieran tan bien escritos e introducidos en el juego. Que una nota en el cadáver de uno de los piratas espaciales de los que acabas de librar a una explotación minera perdida en el último rincón del universo te lleve a otra localización, donde tras no pocas batallas llegues a conocer la historia de un hombre incomprendido que solo busca el cariño de su madre desaparecida, convierten lo que podría ser un recado de 20 minutos en cuatro horas de acción, reflexiones y una recompensa tan grande y tan genial que no pienso dar más detalles para que cualquiera pueda llegar a descubrirla de forma tan fortuita como lo hice yo.

Y repito, esto es solo una de las muchas aventuras que se desarrollan solo si tú quieres en la galaxia de Starfield. Porque además de nuestro variopinto grupo de exploradores en Constelación (una organización dedicada a explorar nuevos rincones del espacio), también podemos trabajar como agente libre o unirnos a una de las diversas facciones o corporaciones que rigen la vida de la humanidad. Podemos apoyar a las Colonias Unidas, uniéndonos a la Vanguardia, y ser una especie de Guardianes de la Galaxia. Podemos ser un ranger de Texas del Colectivo Freestar y mantener a raya a los piratas y demás escoria que rapiña a los pobres mineros y granjeros de los mundos exteriores. O podemos tomar el camino de la violencia con un grupo de fanáticos religiosos sanguinarios como la Casa Va'runn, o ser el Rey de los Piratas (del espacio) con la Flota Carmesí. Y aun así, no estoy seguro de haberlos encontrado todos los bandos, ni mucho menos cumplido con todo lo que ofrecen de los que sí he formado parte, porque no he explorado ni una décima parte de los planetas de los que tanto se enorgullecía Todd Howard en la presentación del juego.

Lo que sí he hecho, y creo que ha sido mi motor principal en la experiencia de juego, ha sido hacerme con la mejor nave de la galaxia. Aunque sigo manteniendo a la vieja y fiable Frontier a mano, mi nave personalizada tiene unos parámetros y ventajas que me han costado cientos de miles de créditos ensamblar: potencia para los impulsores, mejores escudos, eficacia (y menor tiempo de espera) en los saltos a velocidades superlumínicas), cañones láser, misiles, compartimentos secretos para colar el contrabando en los principales sistemas habitados... Construir la nave de tus sueños, como decía Han Solo en Una Nueva Esperanza "no es como dar un paseo por el campo, niño". Y para hacerla he sacrificado muchas otras partes de la experiencia de juego que pone a tu disposición Starfield, como la creación de bases planetarias, el romance con los compañeros o, como he comentado antes, completar las cadenas de misiones de las facciones.

Y es que todo está a tu disposición desde el primer momento, y solo tú decides cómo vivir tu vida en el espacio. No hay una carrera contrarreloj con una amenaza imposible, ni nada, salvo tu curiosidad y tus ganas de aventura, lo que te motiva para seguir explorando. Ojo, no pienses que es como No Man's Sky, porque aquí hay narrativa incluso entrando en el espacio cercano a una luna perdida. Y si a eso le sumamos su belleza, puede que sea el juego al que más tiempo le dedique lo que queda de año.

Veréis, al principio he hablado sobre lo chirriantes que se me antojan el diseño de los NPC o su apariencia, ya que aquí es donde menos parece que haya innovado el motor gráfico, pero después llegan los paisajes, sean en superficie o en el espacio, y no me cabe en la cabeza como todo esto puede ser un título de mundo abierto. Cada escenario (me da igual si está generado por IA o no) tiene una belleza que enmudece, y no niego que he tenido que vaciar al menos una vez la carpeta de capturas con el modo Foto porque ocupaban demasiado espacio en mi Xbox Series X. Y va más allá de lo evidente. Cada mínimo detalle en cualquier infraestructura, cueva, roca, prenda de ropa o especie alienígena tiene un detalle enfermizo. Si te parecían muchos detalles los paneles de botones en Fallout 4, esto te va a volver loco.

Y no quiero enfocar el tramo final de este análisis sin mandar un mensaje de tranquilidad a aquellos preocupados por cómo rinde el juego o si hay bugs. Al momento de escribir estas líneas el juego llegará a las manos de los jugadores del acceso anticipado en su versión 1.7.22, y no he encontrado ningún bug reseñable del que quejarme, aunque a veces algún personaje haga algún movimiento o postura extraña. Sin duda el juego más pulido hasta la fecha de Bethesda, que se ha cuidado mucho de ofrecernos una experiencia fina con la que ponernos a perdonar su historial.

El segundo mensaje de tranquilidad lo hago a nivel personal respecto a la "densidad" de los mil mundos que se pueden visitar. Es cierto que habrá veces que te encuentras con verdaderos eriales en los que apenas habrá poco más que extraer un par de recursos del suelo y volver a despegar con la nave, pero de nuevo, es cómo quieras jugar tú. Hay tantas cosas que hacer, tantos sistemas, tantas habilidades por aprender, misiones que cumplir, naves que saquear o especies que catalogar que, honestamente, no creo que haya quien se dedique a recorrer cada palmo y piense que así se disfruta Starfield. En una semana todos podréis verlo y encontrar vuestro destino aquí, entre las estrellas.