Lo primero que recordamos de Subnautica es salir de la embarcación y avistar los destrozos de nuestra aeronave tras sufrir el accidente. El mar se extendía en todas las direcciones y brillaba bajo la luz del sol. Estábamos solos en una pequeña cápsula de emergencia y teníamos que sobrevivir. Para ello, no tocaba construir una balsa como en otros juegos, sino zambullirnos y explorar qué escondían aquellas aguas. Lo que nos encontramos cuando salió el primer juego en 2018 fue un mundo fascinante y lleno de color con un diseño de sonido increíble. Sumergirnos y ser testigos del trabajo de Unknown Worlds sigue siendo uno de nuestros recuerdos favoritos: el diseño y la música superaron las expectativas y el factor de supervivencia había logrado su cometido. La exploración en busca de agua, comida y equipo era una forma de equilibrar la balanza que, al mismo tiempo, propulsaba esta experiencia.
Hay muy pocos juegos con un mundo que nos enamore tanto como Subnautica. La pregunta es, pues, cómo Subnautica: Below Zero, la esperada segunda parte, hace frente a su predecesora y a la competencia. La respuesta es que muy bien. En esta nueva aventura, te metes en la piel de Robin Ayou, un xenobiólogo que busca a su hermana, desaparecida sin dejar rastro.
La partida comienza de una forma bastante trágica que, creemos, deberías vivir en primera persona. La aventura empieza una vez llegas al planeta helado y, a diferencia de su antecesor, en el que los escenarios fuera del agua eran pequeños y escasos, parte de ella se desarrolla en tierra firme. Para apañártelas en estas ubicaciones, cuentas con nuevos vehículos, tales como el aerodeslizador (hovercraft), objetos que te ayudarán a evitar todo aquello que te quiera comer y pingüinos espía. Como diría Qui-Gon Jinn: siempre hay un pez más grande. Algunos de estos peces son enormes, pero esas no son las únicas pesadillas que te esperan: ciertas criaturas carnívoras tienen tamaños considerables y no resulta fácil escaparse de ellas.
Los pingüinos espía, sin embargo, son muy divertidos y la única manera de acercarte a ciertos bichos sin que te devoren. Para crear un traje que te proteja del frío, por ejemplo, debes hacerte con el pelaje de una bestia de muy mal humor, semejante a un lobo, utilizando el robot. Para ello, tienes que esconderte tras una roca en un lugar apartado y dirigir el pequeño pingüino hacia el espécimen para quitarle el pelaje sin llamar la atención. Otra de las cosas que puedes hacer es visitar pingüinos reales y camuflarte entre ellos; en este sentido, la palabra pingüino se debe coger con pinzas, dado que estos robots tienen colmillos y no se parece mucho a los de su especie. En cualquier caso, resulta divertido lanzarlos por los aires; no podemos justificarlo, pero creemos que arrojar pingüinos es algo muy mítico en el mundo de los videojuegos.
Una vez se te pasa el asombro inicial que causa la belleza de este título, empezarás a pensar en cómo vas a sobrevivir, para lo cual hay nuevas mecánicas. Ya no te tienes que preocupar solo del agua, el oxígeno y la comida, sino que también debes tener cuidado con el frío: no es un problema cuando estás en el agua, pero sí cuando sales a la superficie. Las bebidas calientes, la comida y el equipo te ayudarán a enfrentarte a unas condiciones meteorológicas que abarcan desde el granizo hasta las lluvias de meteoritos. Hemos comprobado, sin embargo, que el frío no importa mucho bajo el agua, por lo que no es un elemento que se tenga en cuenta a la hora de mejorar los vehículos. Hubiera estado bien tener que pensar dos veces hacia dónde vamos y cómo nos movemos en las profundidades, en vez de tener la sensación de que se trata de una mezcla de dos sistemas diferentes que no acaba de funcionar.
No nos quejamos de las novedades: aportan algo nuevo que ayuda a evitar la monotonía. Además, esta nueva trama tiene su peso y te brinda la oportunidad de explorar libremente un mundo variado y entretenido. No desvelaremos mucho, dado que queremos que lo descubras por tu cuenta, pero esta aventura te hará visitar cada rincón, tanto si te centras en la historia como en la exploración. Para ello, necesitarás un lugar donde dejar los objetos: dispondrás de un ordenador en el que, como en el juego anterior, puedes escoger qué llevar contigo, así como leer información sobre las criaturas y plantas que has escaneado. Este sistema funciona muy bien, y tendrás la opción de pausar o reanudar la partida a través del menú cuando te encuentres en él, además de leer noticias que establecen lazos entre los dos proyectos.
Below Zero es más corto que su predecesor y, aunque al principio se concibió como una expansión, se ha lanzado como un título independiente. Si has jugado a otras obras del género, te harás una idea de qué va el asunto; la gran diferencia es que, en esta, no se mata de la misma manera. La exploración tiene un papel muy importante, mientras que una historia bastante clara se dedica a conducir el desarrollo de la partida. En lo que a la extensión de la superficie se refiere, cabe destacar que no es tan extensa como en el título anterior, pero sí más vertical, dado que las ambientaciones están más apiladas las unas sobre las otras. Creemos que se trata de un acierto, aunque con ello se pierda el miedo de alejarse demasiado de la base. Puede que quienes hayan probado el juego anterior recuerden qué se siente al estar bajo varios kilómetros de profundidad en lo desconocido. Si te distancias demasiado de la base, tienes la opción de usar el Seatruck como un equivalente del submarino: es una base portátil que transporta todo lo que necesitas y en la que puedes almacenar tu traje PRAWN.
Subnautica: Below Zero dura entre 12 y 40 horas, dependiendo de en qué elijas centrarte. Para mucha gente, aspectos como la exploración y la construcción de la base, entre otros, alargarán incluso más esta aproximación. Cuando lo probamos, encontramos varios bugs, pero los aceptamos con una mayor predisposición que en el caso del trabajo anterior. Si te apetece sumergirte en una nueva aventura subacuática, esta es la que más te sale a cuenta. Es cercana y hermética, con elementos muy interesantes en la superficie y mucho que nadar. La historia no es el plato estrella, aunque el juego se empeñe en que la sigas: el verdadero tesoro son esos primeros instantes en los que te zambulles bajo las aguas y te dejas fascinar por un singular y acogedor mundo acuático cubierto de nieve y glaciares.